IV."Ramé"

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[ Residencia Demon, habitación de Meliodas ]

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[ Residencia Demon, habitación de Meliodas ]

—Joven Meliodas, señor, ya es tarde —sacudía el cuerpo de su jefe más sin embargo este se inmutaba a despertar.  —¡Señor Meliodas! 

—¿Q-qué pasa? —abrió los ojos con pesadez, encontrándose con el rostro de su ama de llaves. 

—Pasa que su madre llega hoy, y el señor Zeldris me dio la orden de avisarle que es su turno de organizar la reunión familiar —ese simple comentario hizo que el blondo suspirara con pesadez.

—Lo que me faltaba —llevó sus manos hasta la cabeza para de alguna manera dejar salir esa terrible jaqueca. —Me siento de la chingada —un franelaso en la cara fue lo único que recibió. —¡Merlín!

—Lo siento señor, pero el vocabulario es muy importante —su jefe torció la boca, esa bruja. Solo se aprovechaba de la situación.

—Ajá si —respondió sin dejar de masajear sus sienes. —Puras mamadas.

—Me dassssss~ —confundido. Volteó a ver al dueño de esa segunda voz, ¿Qué hacía Ban arriba del tocador?, pero peor aún, ¿Por qué estaba semidesnudo?

—¿Tu que haces aquí? y ¿Por qué no traes los pezones de fuera?

Merlín soltó una carcajada, haciendo que el platinado hiciera un puchero y se tumbara al suelo desde la base del tocador.

—¿No se acuerda de nada? —soltó con un eructo de por medio, ocasionando que la sonrisa de Merlín cambiará a una mueca de asco. 

—Yo mejor me retiro, señor —se apresuró a decir la azabache, tratando de escapar de la tarea de limpiar el vomito de los hombres, se lo dejaría a otra empleada. —Nos vemos, Ban —dijo antes de salir de la habitación del Demon.

—Joder Ban, me dejaste el suelo hecho mierda —masculló, cubriendo sus fosas nasales por el penetrante olor que salía del vomito seco de su amigo.

—¡Ay!, si para eso tienes sirvientas señor delicado~ —cantó mientras volvía a eructar. En esos momentos el blondo quería ser Merlín para poder escapar.

—Sabía que era mala idea —habló King mientras salía del baño y masajeaba su estomago, su rostro mostraba una cara de disgusto y su ropa estaba más sucia que el suelo de la habitación. Meliodas arrugó las cejas molesto.

—¿En serio?, ¡Ahora mi baño esta hecho mierda también!

—Para eso tienes a Merlín —la mencionada paso por ahí mientras le paraba el dedo medio a Ban por el reciente comentario que acababa de hacer. —¡También te queremos! —vociferó con una sonrisa ladina haciéndola sacar la lengua como una niña pequeña antes de perderla de vista.

Casanova ¦ Melizabeth ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora