Debía escribirle a Lorraine antes de que se entere por sus medios de su "accidente". Iba a enloquecer como siempre y de seguro la obligaría a contárselo a sus padres cosa que, no podía de ninguna manera suceder.
Albus como siempre, le dió las palabras que necesitaba escuchar. "No midas tus habilidades basándose en situaciones injustas e innecesarias Alondra, no dejes que la oscuridad te haga sentir odio, no le des ese gusto."
El también, la envió a descansar y a decir verdad siendo las 8 de la noche debía hacerlo. Su cabeza estaba realmente matandola y su pierna no podía seguir caminando mas.A diferencia de otros días, al entrar a la casa recibió una música bastante alegre y las voces de sus dos... ¿compañeros? ¿colegas? ¿amigos...?.
Estaban en la sala de estar brindando con dos copas y unas sonrisas enormes en sus rostros los cuales giraron hacia ella quien los miraba algo confundida y graciosa.-¿...hola?- Dijo entre risas.
-¡Alondra!- Exclamó Sirius tomando otra copa y dándosela en sus manos. -¡Llegaste justo a tiempo!-
El hombre tomó una botella de un liquido rojo oscuro y lo vertió en su copa para luego acercarla a ambos tomándola de su espalda.
-Wow wow wow- Sonrió. -¿A que se debe tanta fiesta?-
Remus sonreía de lado algo tímido pero muy feliz mientras que Sirius no paraba de moverse alrededor de ambos.
-Se debe a que el pequeño Remus por fin consiguió un trabajo!- Exclamó abriendo sus brazos. -¡Te presento al nuevo inspector de seguridad!-
-Temporal...- Aclaró levantando su dedo.
-Agh solo por ahora.- Giró sus ojos sin dejar de sonreír. -¡Estoy feliz por ti amigo!-
Alondra abrió su boca sorprendida y lo miró emocionada. Realmente había visto la cantidad de entrevistas a la cual había ido desde que lo conoció y le pareció increíble que sea Figger el que le haya dado la oportunidad.
-¡Remus!- Gritó emocionada. -¡Eso es genial! ¡Felicitaciones!-
Dejó su copa en la mesa pequeña de la sala de estar y corrió a abrazarlo con fuerza sumergiéndose en sus brazos cálidos y suaves.
Remus solo pudo cerrar sus ojos sonriendo y ahogándose en el aroma que su cabello castaño soltaba, tan hermoso y tan delicado. Sintió su pequeña cintura entre sus brazos y lo hizo estremecer de alegría.
Alondra no podía dejar de sonreír, realmente sentía que había ayudado a alguien que se lo merecía.-Gracias Alondra- Dijo el hombre rompiendo el abrazo casi contra su voluntad. -En serio debo agradecerte, Figger me dijo que...-
-No tienes que agradecerme a mí- Negó frunciendo sus finas cejas. -Si tu currículum no le hubiera gustado en serio no te iba a contratar. Hoy Sr Lupin...- Tomó su copa para ponerla en alto. -...Es todo por tí.-
Sirius se unió al brindis con una gran sonrisa y se quedaron festejando casi toda la noche. Hacía tiempo que la casa de los Black no presenciaba semejante alegría y festejos de madrugada.
El dolor del herido cuerpo de Alondra se hizo minimo al oír las graciosas historias de ambos en sus días de adolescentes, lo único que la aquejaba ahora era su estómago de la fuerza que hacía para soltar carcajadas.-Ni siquiera James podía con tu genio Sirius-
Rió Remus sentado en el piso al lado de la chimenea con sus piernas estiradas y su cabello algo revuelto de las copas que llevaba encima. Alondra estaba desplomada en el sillón, un poco ebria y con sus ojos clavados en el techo de la casa oyendo con atención.
-James era el único que tenía mi misma forma de ver la vida y lo sabes.-
-¿Cual es tu forma de ver la vida Sirius?- Preguntó Alondra.
El hombre de cabello negro dió un gran suspiro mirando por la ventana, la noche era tan oscura como debía en estas epocas confusas y temerosas. La pequeña nieve empezaba a formarse en las calles dandole la bienvenida al verdadero invierno.
-Ya no lo sé....- Negó pensativo. -...A veces no recuerdo si de verdad disfruté vivir en algún momento..-
Alondra pudo sentir el tono de voz del hombre marchitándose a cada palabra que soltaba. Una molestia en su espalda hizo que llevara sus dedos a lo que parecía ser una herida reciente, seguramente de ayer. Sabía lo que esta decía, no hacia falta preguntar.
-Lo haremos por ellos Sirius...- Dijo Lupin serio, buscando en su amigo una mirada algo mas tranquila. -Y lo lograremos.-
-¿Y si no lo logramos?-
-Lo haremos.-
La voz de Alondra rebotó por toda la sala de estar a pesar de que sus ojos seguían clavados en el techo y sus dedos sentían suavemente su herida.
Sirius buscaba su mirada al igual que Remus, pero solo pudieron contemplar su perfil serio y pensativo.-¿Por qué te convertiste en Aurora Alondra?- Preguntó la voz que hacía que sus cabello se erizaran.
El cabello marrón de la joven caía a un lado del sillón, siguiendo la silueta de de las hendiduras del diseño. Un silencio reinó en la sala de estar, profundo pero no incomodo, solo tranquilo.
-Por que me lo debía.- Los miró con sus ojos color miel algo rojizos en parte por el alcohol y en parte por la emoción de la situación. -Y ahora se lo debo a todos los que perdieron su vida por inútiles cobardes y dementes que dicen llamarse personas-
-No te preocupes niña- Dijo Sirius con una mirada triste. -Como dijiste, lo haremos.-
Casi media hora pasaron en silencio, aunque parecieron solamente minutos hasta que Sirius decidió acostarse.
La joven Aurora y el ex profesor de Defensas Contra las Artes Oscuras yacían en la sala de la gran casa de los Black con el ruido de la repentina lluvia cayendo en la ventana.
Remus no podía dejar de mirarla, tan pensante, tan calmada por fuera tanta batalla por dentro. Alondra sentía sus ojos, pero a penas podía moverlos del fuego danzante frente a ellos.-Deberías descansar Alondra...- Dijo sentándose en el sillón pequeño a su lado. - Ya rompiste las reglas yendo a trabajar, déjame quedarme aquí.-
Lo miró débilmente, sentía su cuerpo pesado y poco capaz de ponerse de pie. Sus ojos se encerraban con sus pestañas difuminando la imagen del hombre un poco despeinado con una copa en la mano que la miraba con una sonrisa de lado y su agradable bigote.
-Creo que ya es demasiado tarde para moverme...- Susurró. -...y honestamente estoy muy comoda..-
Vió sus ojos cerrándose, y su aspecto cansado y ebrio le provocó una pequeña risa.
Tomó una manta roja que yacía en el piso y la cubrió delicadamente intentando que no despertara.
Su rostro parecía volverse mas perfecto a medida que la miraba.-Alondra...- Susurró rompiendo el intento de no interrumpir su sueño.
La joven movió su cabeza un poco, dandole pie a que siguiera.
-En serio gracias por lo que hiciste... no tienes idea lo mucho que esto me ayuda.-
Los ojos color miel de Alondra se conectaron con los suyos en un silencio lleno de paz. Sonrió un poco apenada, nunca sabía que decir cuando le agradecían y sobretodo cuando le agradecían de corazón.
-No creo que seas el primer lobo trabajando para el ministerio Remus...- Confesó.
El se quedó helado. Primero se sintió muy sorprendido y curioso por saber como había descubierto eso, luego se sintió aliviado... le gustaba que Alondra supiera su maximo ser.
La miró levantando su ceja izquierda y con una sonrisa confundida. Ella solo rió un poco y antes de darse vuelta para seguir durmiendo dijo:-Yo sabía que el sombrero seleccionador hubiera cometido un grave error en enviarme a Gryffindor.-
Remus rió un poco y se dió cuenta en ese preciso momento que si su corazón pudiera hablar como quisiera, ya la hubiera besado.
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Quizás Nunca - Remus Lupin
RomanceAlondra solo al verlo entendió que necesitaba ayuda. Ella era fuerte y capaz, al menos así se mostraba por fuera. Remus parecía ser lo que necesitaba y parecía necesitarla a ella pero... no creía merecerla. ¿Iban a estar juntos? Quizás para siempre...