"Si te concentras podrás controlarlo. Si te concentras podrás controlarlo." Repetía la joven estudiante de Hogwarts mientras caminaba con su vista baja abrazada a su libro de defensas contra las artes oscuras. Sus pasos eran apurados intentando atravesar el pasillo del patio lo más rápido posible para alejarse de los constantes murmullos que escuchaba a su alrededor.
"Oí que Joe sigue en la enfermería... ni me imagino lo que esa loca debe haber hecho."
Susurraba la niña rubia que solía haber visto en una de sus clases de pociones.
"¿Tu crees que la expulsen?" Preguntó su compañera.
La joven Alondra solo pudo concentrarse en su respiración, inflando su pecho a su máxima capacidad con tal de pensar en lo que sea además de las voces que la perseguían.
Apresuró aún más su paso para llegar a la enorme gárgola que la llevaría a la cita que Dumbledore había programado a las 3 de la tarde. No iba a negar que se puso un poco alegre al saber que saltaría la clase de transformaciones donde claramente su compañero iba a faltar y significaba que iba a tener que hacer todos los trabajos por su cuenta. La profesora McGonagall igualmente iba a entender.
Dijo la contraseña y en cuestión de segundos vió a su director observándola con una sonrisa mientras sus manos se unían detrás de su espalda. Vestía una túnica color gris y su barba aún no tan larga brillaba como siempre.
-Justo a tiempo señorita Studd- Asintió. -Siempre me alegra la puntualidad-
La joven solo sonrió un poco con su vista a penas mirándolo sin dejar de aferrarse a su libro.
-Ven Alondra, puedes sentarte aquí-
La dirigió a la delicada silla frente a su escritorio mientras el se sentaba frente a ella.
-Cuéntame Alondra... ¿Cómo están tus clases?-
Sus nervios comenzaron a subir, directo desde su estómago hasta la punta de su lengua. Sintió como sus cabellos se ponían de punta y su corazón latiendo más fuerte cada vez. No había hablado desde lo que pasó con Joe hacía una semana, ni siquiera en las clases, ni si quiera con Dumbledore.
Las luces de las velas que flotaban cerca del escritorio de su director comenzaron a titilar y a moverse como si un viento fuerte se aproximara en su despacho. El hombre levantó sus ojos viendo el curioso evento que lo rodeaba y sin dejar de sonreír volvió a los ojos de la joven bruja.
-Interesante...- Asintió. -...muy interesante señorita Studd.-
Los ojos de Alondra se llenaron de lágrimas sintiendolos pesados y muy húmedos. Ahora su vista estaba en el piso intentando que la situación no empeorara. Cuando la primer lágrima rodó por su mejilla una jarra, elegante y llena de agua digna de estar en la oficina del director Dumbledore explotó en mil pedazos y el agua empapó la alfombra del piso.
Cerró sus ojos con fuerza queriendo volar tan lejos de esa habitación como fuera posible, volver a los brazos de su madre y pasear por el pueblo con su padre mientras solamente se preocuparía por que iban a cenar en la noche. Se sentía aterrada.
-No debería estar aquí...- Dijo sin abrir sus ojos ni un centímetro con una voz pequeña y débil. -...No es seguro para los demas.-
-Señorita Studd...- Sonrió su director. -...Su ingenio es digno de un Slytherin, me sorprende que realmente crea que privar a Hogwarts de su presencia sería una buena decisión.-
-Solo causo problemas...- Lloró. -...todos en Slytherin lo dicen... todos me odian.-
El Director Dumbledore entrelazó sus dedos mirándola con la misma atención que Fawkes, solo que el ave giraba su cabeza lentamente mientras sus lágrimas caían.
-La magia... Alondra...es algo impredecible a veces...- La mano de Dumbledore comenzó a elevarse lentamente y junto a ella los pedazos de vidrio que se encontraban esparcidos por el piso y el escritorio comenzaron a elevarse formando perfectamente la botella que hasta hace unos segundos estaba completamente destruida -... pero con algo de dedicación y práctica siempre podemos controlarla.-
Alondra vió como todos los pedazos se unieron a la perfección frente a sus ojos rojos y tristes.
-Las únicas lágrimas que son realmente valiosas aquí las tiene mi amigo de plumas...- Sonrió. -...las tuyas solo hacen que tu magia quiera apoderarse mas de lo que te rodea querida Alondra. Lo mismo puedo decirte de tus compañeros... no serían los primeros en el mundo en decir algo sin sentido.-
-Ellos creen que yo ataque a Joe....- Negó. -...el fue el que...-
-Hogwarts, Alondra...- La interrumpió. -... no solo enseña magia. Dejemos que el resto tenga su aprendizaje y hagamos que tu...- Le sonrió- -...Te vuelvas más fuerte. ¿Qué te parece todos los Martes a las 3? La profesora McGonogall dijo que te enviaría la tarea mas tarde.-
Alondra refregó sus ojos secando sus lágrimas y miró el piso unos segundos mas antes de ver a su director que la observaba con una sonrisa tan cálida como siempre.
-Esta bien profesor...- Asintió. -...Intentaré hacerlo.-
"Alondra.... Alondra... ¡Alondra!"
La joven Aurora levantó su vista rápidamente encontrándose devuelta envuelta en la oscuridad de la casa de los Black.
Remus Lupin la observaba de pie nuevamente, con sus manos en la cintura y un rostro confundido.
![](https://img.wattpad.com/cover/255472146-288-k224843.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Quizás Nunca - Remus Lupin
RomansaAlondra solo al verlo entendió que necesitaba ayuda. Ella era fuerte y capaz, al menos así se mostraba por fuera. Remus parecía ser lo que necesitaba y parecía necesitarla a ella pero... no creía merecerla. ¿Iban a estar juntos? Quizás para siempre...