Capítulo 12

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Los labios de ambos comenzaron una batalla fuerte y ansiada. Las manos de Remus la tomaron de su pequeño mentón casi rodeando toda su cara, parecía diminuta entre sus dedos. Sentía sus labios entrelazándose con los suyos y como su cuerpo iba aumentando la temperatura.
Alondra quiso tomarle la corbata pero entendió en ese mismo instante que ahora era él quien tenía el control de todo.
La llevo a al sillón dejándola debajo de su cuerpo totalmente para él sin separarse ni un segundo de su boca húmeda y dulce. Sentía su respiración agitada al igual que la de él y vio sus manos dirigiéndose al cuello de su camisa.
Comenzó a desabrochar sus botones uno por uno con su mano izquierda mientras los dedos de Remus jugaban con el nudo que unía la bata de Alondra.
No necesitaron cruzar ni una palabra para ponerse de acuerdo, sus cuerpos eran los que fluían uno con el otro. La lluvia era más intensa cada vez como si el clima se hubiera mimetizado con lo que ellos sentían.
En dos movimientos Remus Lupin quedó sobre ella sin camisa dejando a la vista todas las cicatrices que ella en algún momento había curado y otras viejas que recordaba como también muchas nuevas.

Alondra lo hizo girar para sentarse sobre su cintura mirándolo desde arriba. Ambas respiraciones estaban agitadas como si hubieran corrido una maratón y a ella se le erizó toda la piel cuando sintió las manos de Remus acariciando sus piernas subiendo hasta su pequeña cintura.

-Eres....- Habló entre jadeos mirándola con deseo. -Eres... tan hermosa...-

Ella sonrió y acarició su mejilla con ternura.

-Lo mismo digo Remus...-

Con sus delicados dedos Alondra desajusto el delicado nudo que la cubría delante de los ojos del hombre quedando completamente desnuda como el suponía que lo estaba desde el primer momento.
Su instinto atacó y cargándola en sus brazos se sentó con su espalda en el respaldo y la aurora sobre sus piernas mientras comenzaba a depositar besos en sus pechos ahora desnudos.
Los pequeños gemidos de Alondra solo lo incitaban a seguir y fueron minutos los que duró hasta que se quitó el pantalón rápidamente.
La movía con tan poco esfuerzo que ella quedó sorprendida al encontrarse nuevamente debajo de el mirandolo a los ojos.

-¿Lista?- Le preguntó perdido en sus enormes pestañas acariciando su mejilla.

-Siempre- Respondió ella.

Sintió la fuerza de su miembro penetrándola profundamente acompañándose por un gemido que retumbó en todo el apartamento. Remus la apegaba a el embistiendola suavemente pero con decisión sintiendo como sus pieles se humedecían más y más y como sus cuerpos se fundían en uno.
La velocidad aumentó y tambien la intensidad de sus sensaciones corporales y cuando llegó el momento ambos parecieron haber tocado las estrellas con las manos.

Quedaron abatidos sobre el sofá, Alondra sobre su pecho con su cabello revuelto y su respiración agitada y Remus abrazándola mientras acariciaba su espalda.
Escuchaban como el otro se calmaba de a poco y aunque querían decirse de todo, optaron por el silencio hasta que ella no pudo contenerse.

-Podría repetir eso toda la vida...- Confesó.

Remus buscó sus ojos pero solo se encontró con su cabello castaño que yacía sobre el. Dió un suspiro.

-Si.. lastima que tendrá que permanecer aquí.-

De inmediato los ojos color miel de ella lo miraron frunciendo el ceño, preguntándose si en realidad solamente habían cometido un error.
Otra vez.
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Ups....😬😬

Quizás Nunca -  Remus LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora