Capítulo 25

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-¡Te confié todo!...- 

Su voz sonaba en su cabeza tan clara como el día en el que sucedió todo. Parecía tener un eco digno de pesadilla y podía sentir su cuerpo comenzando a transpirar en la cama. 

-¡Te elegí a pesar de que eres una maldita sangre sucia!- 

Volvió esa sensación, la misma de ese día. Como magia empezaba a actuar. Sentía las raíces del árbol que le ataban sus piernas apretarse mas y mas, pero también sentía su varita en la mano calentarse... nunca antes sintió algo parecido. 

-¡Suéltame ahora Joe!- Gritó ella. -¡Suéltame ya mismo!- 

Vió su mirada perdida, oscura y llena de ira sobre ella. Sus ojos verdes prendido fuegos, rojizos de contener las lagrimas. 

La  varita de Joe se elevó frente a ella a punto de soltar un hechizo, pero sus dedos intensificaron el calor, su cuerpo se llenó de adrenalina, el cielo se tornó gris, mucho viento vino y de pronto la varita de Alondra soltó un brillo color blanco, intenso y electrificante que daño hasta su propia mano casi rompiendo su dedo anular en mil pedazos. 

Un silencio pesado se formó. Levantó su vista y vio sangre, mucha y que caía por el pasto frente a ella. 

-¡Alondra!- 

La voz de Remus Lupin la hizo estremecer, casi como si viniera del cielo. Miró para todos lados buscándolo, hasta que abrió los ojos. 

El hombre la miraba preocupado acostado a su lado en la cama y tomándola de los brazos. Ella se sentó en la cama respirando con dificultad intentando volver al momento en el que estaba y no a la pesadilla del recuerdo. 

-Tranquila... tranquila linda..- Dijo el acariciando su espalda intentando conectar sus ojos con los de ella. -Dime que te pasó.- 

La joven aurora lo miró con lagrimas en los ojos mientras sus pulmones pedían mas y mas aire. Remus la abrazó con fuerza y la acostó sobre el calmando de a poco y besando su frente. 

-Tranquila... yo estoy aquí.- Le dijo suavemente. -Estamos en tu casa.. nadie va a lastimarte ¿ok?- 

Las lagrimas caían por su mejilla y escondió su rostro en el cuello de Remus sintiéndose lo mas resguardad que podía. La aurora, valiente y sin temor buscó refugio en los brazos del ex profesor de defensas contra las artes oscuras. 

-Quiero ayudarte...- Dijo susurrando en su oído. -... pero no puedo hacerlo si no me dejas ¿entiendes?- 

Acariciaba su cabello con delicadeza y besaba su mejilla de la misma manera. Ella lo miró son una pequeña sonrisa y asintió. 

-Te juro que te lo explicaré... pero es una historia que no me gusta recordar.- 

-¿Joe te hirió?- Perguntó. -¿Eran amigos? Si un mortifago tiene una historia contigo necesito saberla, quiero protegerte.- 

Ella negó secándose las lagrimas. 

-El no se acercará a mi...- Negó. -...Y si lo hace yo me cargaré de el.- 

Remus dio un suspiro mirándola y asintió con su cabeza resignado para luego besar sus labios. No podía evitar pensar que Alondra se quería mostrar fuerte hasta en los momentos mas débiles y eso lo hacía preocuparse, quería ayudarla. 

-Gracias...- Dijo ella sonriendo levemente. 

-¿Por que?- 

-Por quedarte conmigo.- 

El soltó una risita y besó sus labios con pasión, apegándola a su cuerpo lo mas que pudo. 

-Alondra... desde hoy no me voy a separar de ti. Espero que estes lista para eso.- 

Quizás Nunca -  Remus LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora