-¡Te confié todo!...-
Su voz sonaba en su cabeza tan clara como el día en el que sucedió todo. Parecía tener un eco digno de pesadilla y podía sentir su cuerpo comenzando a transpirar en la cama.
-¡Te elegí a pesar de que eres una maldita sangre sucia!-
Volvió esa sensación, la misma de ese día. Como magia empezaba a actuar. Sentía las raíces del árbol que le ataban sus piernas apretarse mas y mas, pero también sentía su varita en la mano calentarse... nunca antes sintió algo parecido.
-¡Suéltame ahora Joe!- Gritó ella. -¡Suéltame ya mismo!-
Vió su mirada perdida, oscura y llena de ira sobre ella. Sus ojos verdes prendido fuegos, rojizos de contener las lagrimas.
La varita de Joe se elevó frente a ella a punto de soltar un hechizo, pero sus dedos intensificaron el calor, su cuerpo se llenó de adrenalina, el cielo se tornó gris, mucho viento vino y de pronto la varita de Alondra soltó un brillo color blanco, intenso y electrificante que daño hasta su propia mano casi rompiendo su dedo anular en mil pedazos.
Un silencio pesado se formó. Levantó su vista y vio sangre, mucha y que caía por el pasto frente a ella.
-¡Alondra!-
La voz de Remus Lupin la hizo estremecer, casi como si viniera del cielo. Miró para todos lados buscándolo, hasta que abrió los ojos.
El hombre la miraba preocupado acostado a su lado en la cama y tomándola de los brazos. Ella se sentó en la cama respirando con dificultad intentando volver al momento en el que estaba y no a la pesadilla del recuerdo.
-Tranquila... tranquila linda..- Dijo el acariciando su espalda intentando conectar sus ojos con los de ella. -Dime que te pasó.-
La joven aurora lo miró con lagrimas en los ojos mientras sus pulmones pedían mas y mas aire. Remus la abrazó con fuerza y la acostó sobre el calmando de a poco y besando su frente.
-Tranquila... yo estoy aquí.- Le dijo suavemente. -Estamos en tu casa.. nadie va a lastimarte ¿ok?-
Las lagrimas caían por su mejilla y escondió su rostro en el cuello de Remus sintiéndose lo mas resguardad que podía. La aurora, valiente y sin temor buscó refugio en los brazos del ex profesor de defensas contra las artes oscuras.
-Quiero ayudarte...- Dijo susurrando en su oído. -... pero no puedo hacerlo si no me dejas ¿entiendes?-
Acariciaba su cabello con delicadeza y besaba su mejilla de la misma manera. Ella lo miró son una pequeña sonrisa y asintió.
-Te juro que te lo explicaré... pero es una historia que no me gusta recordar.-
-¿Joe te hirió?- Perguntó. -¿Eran amigos? Si un mortifago tiene una historia contigo necesito saberla, quiero protegerte.-
Ella negó secándose las lagrimas.
-El no se acercará a mi...- Negó. -...Y si lo hace yo me cargaré de el.-
Remus dio un suspiro mirándola y asintió con su cabeza resignado para luego besar sus labios. No podía evitar pensar que Alondra se quería mostrar fuerte hasta en los momentos mas débiles y eso lo hacía preocuparse, quería ayudarla.
-Gracias...- Dijo ella sonriendo levemente.
-¿Por que?-
-Por quedarte conmigo.-
El soltó una risita y besó sus labios con pasión, apegándola a su cuerpo lo mas que pudo.
-Alondra... desde hoy no me voy a separar de ti. Espero que estes lista para eso.-
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Quizás Nunca - Remus Lupin
RomanceAlondra solo al verlo entendió que necesitaba ayuda. Ella era fuerte y capaz, al menos así se mostraba por fuera. Remus parecía ser lo que necesitaba y parecía necesitarla a ella pero... no creía merecerla. ¿Iban a estar juntos? Quizás para siempre...