Capítulo 13

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-¿Entonces esto solo será un amorío de una noche?-

Pregunto Alondra con sus brazos cruzados mirándolo de pie. Su bata volvió a cubrirle el cuerpo desnudo y resguardado del frío que comenzaba a surgir luego de tanto agite.

Remus la miraba algo serio mientras se ponía el pantalón.

-Suena algo duro si lo dices así...- Confesó con su voz nuevamente grave y cálida. -...es solo que tu sabes... esto es complicado y...-

-Esta bien Remus no te estoy pidiendo que nos casemos pero.. suenas como si nunca mas quisieras volver a verme..-

-No es eso- Negó. -Es solo que siento que seria lo mejor para ambos y para las tareas que debemos cumplir...-

-Tu habla por ti- Dijo firme caminando a la cocina. -No importa, en serio.-

-Alondra no creas que tu tienes la culpa... realmente me encantas pero se por experiencia que nada bueno puede salir de esto.-

La joven apago las luces de la cocina y con un simple movimiento de varita las tazas que antes estaban usando para tomar te volaron hacia la mesada de la cocina junto al grifo de agua, se encargaría de ellas luego.

Otro movimiento más basto para cerrar la cortina pesada del gran ventanal y el siguiente apagó el fuego de inmediato, Remus la seguía con la mirada como si fuera la primera vez que veía a alguien hacer magia con una varita. Sus ojos celestes veían su cabello balancearse de un lado al otro mientras caminaba con dirección a una puerta.

-Puedes irte cuando gustes, me voy a dormir.-

-Alondra..-

El hombre se puso de pie y la tomo suavemente del brazo para encontrarse con su mirada. Sus ojos estaban serios y firmes, pudo casi oler su enojo y decepcion. No queria que se sintiera asi, pero debia dejar claras las cosas. No podia mentirle sobre lo que significaria, no a ella.

-Hacia mucho tiempo... en realidad hacia años que no la pasaba tan bien con alguien. Me encantaste desde el segundo en el que te vi pero realmente tienes que entender que para mi esto es muy dificil y..-

-Remus..- Sonrio falsamente., -...Si hay algo a lo que estoy acostumbrada es a que la gente se aleje de mi, olvidalo. Adios.-

Y cerró la puerta detrás de ella quedando impregnada en un silencio repleto de tristeza y amargura. Nunca creyó que una noche podía sentirse tan solitaria a pesar de tener una persona del otro lado de la puerta.

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-Y me fuí...-

Dijo el hombre un poco delgado y ojeroso que estaba sentado en la silla de madera del comedor de la casa de los Blacks. Cicatrices nuevas afloraban de sus mejillas lo suficientemente gruesas como para tener que presionarlas con una gasa.

Su amigo lo miraba casi como a un demente con sus ojos pegados a los suyos buscando una explicación al menos un poco lógica.

-¿Te fuiste?!- Preguntó Sirius casi indignado. -¿Como que te fuiste?-

-Si Sirius.- Su voz se puso mas firme. -Me fuí, y tu sabes que hice lo correcto.-

-¡No Remus!- Dijo enfurecido. -¡Tu sabes que NO hiciste lo correcto! Dios mio hombre, en verdad planeas ser infeliz toda tu vida ¿verdad?-

-Sirius imaginate a esa mujer conmigo...- Negó. -...Mirame el rostro Sirius por favor.-

-Solo veo un cobarde- Refunfuñó mientras se ponía de pie. -Veo un maldito cobarde. Estuviste con una mujer que podría tener a cualquiera, pero te eligió a ti.- Lo miró. -¿Crees que es por lastima? o vas a entender por una maldita vez que MERECES tener algo bueno en tu vida Remus!-

-¡Ella merece algo mejor!- Grito.

-¡No hables por ella Lupin!- Le devolvió el grito. -Eres un idiota, perdiste tu oportunidad y seguro volveras a hacerlo si se presenta otra!.

-Ay ya basta Sirius- Refregó sus ojos con cansancio y suspiró. -De igual manera no importa, ya pasaron meses de eso y cuando me la cruzo en el ministerio me ignora como si no me conociera.-

-¿Que pretendes?- Le preguntó sin bajar ni un gramo de indignación. -¿Que te abrace y te invite a tomar el té?-

-Ya Sirius...- Se puso de pié también. -...No quiero hablar más sobre Alondra. Albus de seguro llegará en cualquier momento-

Remus salió de la cocina y Sirius luego de golpear el aire con sus manos descargando algo de frustración lo siguió.

La limpieza de la casa era exhausta y parecía cada día estar mas y mas sucia. Por suerte los Weasley vendrían en unas semanas y Molly había dicho poder combatir la suciedad de una vez por todas.

Al director Dumbledore no parecía importarle mucho aunque sí remarcó que la última vez que la visitó esta lucía más ordenada.

-Su Aurora preferida se encargaba de eso Albus- Dijo Sirius esbozando una sonrisa dirigida plenamente a su amigo.

-Bueno...- Dijo el anciano de barba larga y blanca. -...entonces deberán utilizar fregoteo mas de una vez para volver a darle el orden que necesita.- Asintió.

-Albus...- Dijo Remus llamando su atención desde el sillón que solía ocupar. -...Las noticias del joven Diggory si fueron terribles... pero me gustaría saber como se encuentra Alastor Moody. -

-Recuperándose...- Asintió con una pequeña sonrisa. -...y tanto él como a muchos otros debemos tenerlos en máximas condiciones para volver a formar de una vez por todas la orden. -

-Coincido.- Afirmó Sirius. -Aunque el ministerio este negándolo como los malditos que son,.. nosotros no podemos dejar de actuar.-

-Eso mismo Sirius. Yo me encargaré de reunir a todos los aurores posibles, Harry se encuentra seguro en lo de sus tíos y debe permanecer así. Tenemos que intentar involucrarlo lo menos posible en nuestras planificaciones, la razón es ya sabida.... luego...-

Remus tomaba nota de cada palabra que Albus decía como si otra vez estuviera escuchando al profesor que alguna vez fue. Coincidía con cada palabra, debían juntar aurores, Harry debía quedarse en su casa con los tíos y claramente el ministerio estaba completamente ciego de la situación que se venía. Todo era realmente como la última vez que Voldemort tomó el poder.

Sirius estaba preocupado por Harry y era lógico, pero si la conexión era cierta debían permanecer separados, no podían tomar ese riesgo.

-...Remus necesito que tu la busques.-

Dijo la voz del director de Hogwarts. Remus levantó su vista mirándolo, se había perdido en sus pensamientos una vez mas.

-¿A quien?- Preguntó.

Sirius solo sonreía de brazos cruzados, típico de que se estaba por salir con la suya.

-A Alondra Studd.-

Su nombre pareció resonar por toda la sala y el tono de voz de Albus solo lo hacía más profundo y ensordecedor.

-¿A Alondra?- Preguntó. -¿Por que no le enviamos una lechuza?-

-La señorita Studd está en casa de sus padres y no quiero incomodarla con lechuzas- Sonrió con sus manos sobre el regazo. -De seguro no será un problema para ti ¿Verdad Remus?-

¿Como decirle que no a Albus Dumbledore verdad?. Solo pudo suspirar y vió en los ojos de Sirius una felicidad que hacía mucho no veía.

-La señorita Studd es importante para la Orden, no solo por sus habilidades si no por su cercanía con el ministerio y debemos tenerla de nuestro lado. Necesito que la convenzas y que vuelva aquí para administrar la orden junto a Sirius.- Afirmó.

Entonces.... Mañana viajaría a buscar a Alondra para convencerla de volver. ¿Que tan loco sonaba eso?. 

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Bueno quiero decirles gracias por el apoyo que estoy recibiendo. Gracias por leer y por comentar, voy a actualizar mucho en estos días. Espero les este gustando la historia y no las decepcione!  :)

Quizás Nunca -  Remus LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora