Capítulo 26

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-¿Y si entra alguien?-

Preguntó mirándolo con sus ojos color avellana recostada debajo de el en el frio piso de mármol con sus mejillas algo rojizas y su respiración agitada.

- Nadie va a entrar... - Respondio el serio como siempre mientras acomodaba un mechon de su cabello detras de su oreja. -...Es tarde y nadie sabe que estamos aquí...-

Asintió intentando relajar su mente de todos los pensamientos que le recorrian su cabeza en ese momento. Joe la analizaba con detalle intentando entender todo lo que podía sentir mientras acariciaba su mejilla con un rostro serio.

Ninguno tenía ropa, pero el vapor de la enorme bañera del baño de los prefectos los mantenía aclimatados a la perfección y algo transpirados.

-No voy a lastimarte...- Dijo.

A ella se le pusieron los pelos de punta.

-...dime si quieres que me detenga.-

Solo asintió. Joe depositó un beso en sus labios y comenzó a entrar delicadamente, como si tuvieran realmente todo el tiempo del mundo.

Alondra se aferró a el tomándole la espalda con fuerza y escondiendo su rostro en su cuello. Se sorprendió al no sentir tanto dolor, y se sorprendió aún mas cuando eso se transformó en puro placer y un sentimiento de calma.

Cerró sus ojos y dejo caer su cabeza hacia atrás soltando un pequeño gemido que hizo que el sonría de lado viéndola con atención, dandole así más y mas ganas de seguir. La tomó de la mejilla besando suavemente su cuello mientras el vapor del baño crecía cada segundo. Ella se perdió en sus ojos verdes intensos mirándola con profundidad, la manera preferida de el para entrar en su cuerpo.

Sus gemidos lo hacían subir mas la velocidad y de a momentos tenía que ponerle su mano sobre sus labios para que no se excedieran de volumen mientras le sonreía.

-Shh niña..- Susurró entre risas. -...harás que nos descubran.-

Ella lo tomó de sus mejillas y con otra sonrisa agitada lo besó fuertemente.

-Joe...- susurró mirándolo. -...Esta es la mejor magia del mundo.-

El cabello negro del muchacho rozaba la frente de Alondra y sus ojos seguían clavados en los de ella con una sonrisa, pero ahora asintiendo.

-Ya lo creo...- Besó sus labios. -... y aún no llegó la mejor parte.-

Terminaron abrazados dentro de la gran bañera del baño, con el agua templada cubriendo sus cuerpos y sus palpitaciones bajando lentamente. Joe la veía serio mientras sostenía su cuerpo delgado flotando entre sus brazos. Sus ojos estaban cerrados y sus labios rosados mojados al igual que el resto de su rostro.

-No puedes quedarte dormida Alondra...- Dijo en un tono serio, grave y suave. -Ya deberíamos volver a los dormitorios..-

-Solo 10 minutos mas...- Respondió casi dormida. -...porfavor.-

Joe soltó una pequeña risa y con sus dedos salpicó un poco de agua en su rostro haciéndola fruncir su ceño y automáticamente sentarse a su lado.

-¡Hey!- Dijo molesta. -¡No hagas eso!-

-Vamos- Rió mientras sus delgados pero definidos músculos se ponían de pie para buscar la toalla acolchonada y blanca que estaba al lado de la bañera. -Mañana tenemos exámenes.-

Se anudó la toalla en su cintura luego de secar su torso y revolver su cabello. A Alondra eso le pareció particularmente encantador y mordió su labio inferior mientras se sumergía en el agua. El soltó una pequeña risa y apoyó sus manos en el borde de la bañera para acercarse a sus labios con una sonrisa.

-Te prometo que esta sala estará libre mañana también...- Besó sus labios. -...y al otro dia...- Los besó otra vez. -...Y el día después.-

Alondra soltó una risita y lo tomó del cuello para que la ayude a ponerse de pie y recibir la toalla que le dió. Se envolvió en ella y salió de la bañera delicadamente tomando su mano.

-Sabes que no estaré en dos días..- Dijo suavemente mirándolo. -...vacaciones, tu sabes. Mi familia me reclama.-

Joe frunció su ceño un poco y luego giró sus ojos fastidiado.

-Yo te reclamo. ¿Por que no te quedas aquí?-

-Mmm ¿Quizás porque mi madre y mi padre quieren que pase navidad con ellos?- Sonrió.

El se quejó y fue a buscar sus pantalones negros y camisa blanca para ponérsela. Ella hizo lo mismo pero con su calza negra y su sweater verde algo grande.

-Ya te lo dije varias veces amigo... - Negó. -...No podemos estar siempre juntos.-

-Creí que esto iba a tener otro peso en nuestra "amistad"- Dijo marcando las comillas con los dedos.

-¿A que te refieres con esas comillas?- Preguntó sonriente con el ceño fruncido mientras se sentaba en el banco junto a la pared abrazando sus rodillas.

El joven ya estaba cambiado y refregaba su cabello con la toalla.

-No lo se- Se encogió de hombros. -Siempre fuimos amigos... lo sabes. Pero los amigos no hacen estas cosas ¿Sabes?-

-Bueno... tienes razón. Pero tampoco somos novios- Negó. -Y me gustaría que sigamos siendo amigos a pesar de todo esto.-

-Oh...- Dijo nervioso. -No, claro, claro es decir...- Negó. -Yo no podría tener una relación contigo es decir... mis padres jamas...-

-Jamas lo aprobarían- Rió asintiendo. -Si, esa es una de las razones.-

Joe la miró por unos segundos, perdiéndose en sus ojos... tuvo que concentrarse antes de volver a negar. Sus músculos no se movieron ni un centímetro. Tomó todas sus cosas y se acicaló en frente del espejo ocupándose de quedar prolijo y arreglado como siempre. Ella sonrió y se puso sus zapatillas, su cabello chorreaba agua aún pero nada le podía importar menos.

Empezó a caminar hacia la puerta y el la siguió. Vieron a ambos lados del pasillo antes de empezar su camino hacia la sala común de Slytherin. Ella giraba y daba saltititos por los pasillos oscuros con Lumos en su varita molestando a los retratos que colgaban de los pasillos.

El la miraba con una sonrisa caminando lentamente detrás de ella y en linea recta. Cada unos minutos giraba sus ojos fastidiado, siempre le fastidiaba tanta alegría de su parte.

Llegaron a la sala común y se detuvieron frente al ventanal que mostraba la oscura agua del lago negro. Como siempre, ella se perdió en lo curioso del agua, como podía moverse tan libremente sin temor y sin reglas. El, como siempre, la miraba a ella haciendolo.

-Siempre me molestó que te avergonzaras de mi... ¿sabes?- Dijo intentando buscar la luna detrás del agua oscura. -Pero creo que no es justo juzgarte a ti por eso... son tus padres los que te hacen tener esos estupidos prejuicios.-

-Mis padres son magos respetables y honrados- Dijo rápidamente mirándola algo sorprendido. -No los conoces..-

-No- Lo miró. -Pero se como piensan, y esos pensamientos son antiguos realmente. Se que tu lo sabes.-

-Yo respeto todo lo que mis padres piensen, y no sabes que opino sobre eso en realidad-

Ella soltó una risita y acarició su mejilla con ternura.

-Es verdad...- Dijo acercándose a el lentamente y depositando un beso tierno y cálido. -No sé que opinas sobre eso.-

Le guiñó el ojo y se fue caminando hasta su habitación. El la observó todo el camino, hasta que la puerta los separó.

No pudo dormir esa noche, y recién era el comienzo.

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2023 ⏰

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Quizás Nunca -  Remus LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora