-¡Prepárense!-
Gritó Vera frente a los dos espectadores que tenía sentados frente a ella. Remus sonreía emocionado con sus dedos entrelazados sobre sus piernas y sus ojos celestes siguiendo cada acción que hacía.
Alondra tenía sus piernas dobladas sobre el sillón y sonreía de lado mientras apoyaba su cabeza en su mano izquierda. Vera siempre era el centro de atención de la casa.
-¿Están listos para ver un poco de magia real?- Preguntó tan emocionada que sus ojos verdes se hicieron aún más grandes.
-¡No puedo esperar más mujer!- Respondió Remus.
Alondra sólo contuvo la risa girando sus ojos y mordiendo su labio inferior.
El conejo de peluche se podía ver en un doble fondo del sombrero antes de que siquiera el truco comenzara pero cuando mostró el sombrero por segunda vez y lo sacó por sus orejas, Remus llevó sus manos a las mejillas como si realmente hubiese visto el mejor truco de su vida entera.
-¡Eso es increíble Vera!- Exclamó. -¿Cómo lo haces?-
-Oh Remus- Giró sus ojos la pequeña con una voz algo más burlona. -Si te lo dijera no sería un truco ¿Verdad?-
Remus rió al igual que Alondra mientras la pequeña sonreía de oreja a oreja con una capa negra brillante que seguramente había traído su kit de magia.
-Okey- Dijo el hombre poniéndose de pie sacudiendo su saco. -Ahora es mi turno.-
Alondra entrecerró sus ojos sonriendo. ¿Qué estaría tramando?.
-¿Puede prestarme su varita señorita bruja?- Preguntó extendiendo su mano frente a ella.
Vera le dió su varita de plástico y corrió a sentarse junto a su hermana mirándolo con una emoción increíble mientras balanceaba sus piernas ansiosas. Alondra acarició su cabello y sonrió mirándola con ternura.
-En este solemne acto haré aparecer una bella flor para la bella Vera...- Anunció forzando un tono de voz digno de presentador de televisión. -...¿están listas señoritas?-
-Sii!-
Dijeron a coro ambas. Remus movió la varita de juguete tres veces pero Alondra comenzó a sonreír al ver que era su mano izquierda la que estaba buscando su verdadera varita en su saco. En cuestión de segundos, unos pequeños brillos comenzaron a salir frente a él formando el contorno de una rosa y en un abrir y cerrar de ojos la varita de Vera era ahora una rosa, roja y deslumbrante.
Vera abrió sus ojos como dos platos y sus labios formaban una perfecta O.
Remus se la alcanzó delicadamente depositandola frente a sus ojos. La pequeña mano de la niña la tomó y miró los ojos celestes del hombre que a penas conocía pero ya admiraba como a nadie.
-¡Eso fue increíble!- Gritó poniéndose de pie sobre el sofá y dando saltos. -¡Tienes que contarme el truco! ¡Por favor por favor por favor!-
Alondra rió un poco y giró sus ojos fastidiada. Remus la miró y le guiño el ojo con una sonrisa de lado.
La pequeña saltó a sus brazos y este la cargó riendo.
-Wow- Soltó una risita. -Menos mal que te atrapé-
-¡Tienes que enseñarme eso porfavor! Mary McPattin dijo que mi magia no era real y que esas cosas no existían- Frunció su ceño mirándolo con sus manos rodeando su cuello sentada sobre los brazos de Remus. -Además siempre se burla de mi frente a todos en el colegio y dice que mi cabello es horrible-
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Quizás Nunca - Remus Lupin
RomanceAlondra solo al verlo entendió que necesitaba ayuda. Ella era fuerte y capaz, al menos así se mostraba por fuera. Remus parecía ser lo que necesitaba y parecía necesitarla a ella pero... no creía merecerla. ¿Iban a estar juntos? Quizás para siempre...