Capítulo 10

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Querida Alondra,

Me pides que no me preocupe pero tardaste casi dos meses enteros en contarme algo tan grave como el ataque de un mortifago... No puedo creer que me lo ocultaras tanto tiempo, podría haber buscado la forma de verte... no lo sé.

Que amables Padfoot y Remus que cuidaron de ti, sobretodo Remus. Me tranquiliza un poco saber que estás en buenas manos aunque, ya lo se!: no necesitas que nadie te cuide.

¿Volverás a tu casa ahora que Padfoot se fue? ¿Se sabe cuando volverá? ¿Qué opina Dumbledore de todo esto...? Lo siento.. son muchas preguntas pero, no lo sé. Estoy teniendo unos días complicados y esta noticia no me tranquilizan mucho. Quiero verte. Porfavor respondeme cuanto antes.

Ni siquiera había firmado, y eso delataba que su mejor amiga realmente había escrito nerviosa y apurada. Vió como la lluvia caía en la gran ventana de su apartamento, realmente había extrañado esa vista de Londres tan fascinante y cautivadora pero... no sabía porque aún no se sentía en casa.

Pidget soltó un chillido que casi la paraliza, sabía lo que significaba. Tomó su pluma y empezó a escribir.

Querida Lorrie,

No tienes remedio ¿verdad?. No hay nada de qué preocuparse, en serio. Si te sirve de algo, como el irremediable Padfoot decidió estar cerca de su ahijado, yo ya estoy de vuelta en mi apartamento. Dumbledore me dijo que podíamos pausar la misión por un tiempo y que aprovechara a hacer buena letra en el ministerio ya que necesitaba tenerlos cuanto más tiempo posible de su lado.

Estoy 100% recuperada de mis heridas y planeo descansar lo más posible, aunque no lo creas, solo me envían a escoltar prisioneros...

¿Por qué no vienes? Estaría feliz de tenerte conmigo como en los viejos tiempos.

En fin, te envío esta carta antes de que Pidget me coma viva, si que lo tienes entrenado amiga...

Con mucho amor,

Alondra.

Vió el ave volar a toda prisa, como si realmente su dueña lo hubiera amenazado a muerte si no volvía con noticias. Lorraine lo consentía demasiado y ambos eran bastante caprichosos a la hora de completar una misión asi que, no le sorprendía.

La lluvia se había vuelto mas intensa y ruidosa tal como le gustaba lo cual la decidió a ponerse su bata color crema de seda larga hasta el piso. Siempre le encantó como la textura suave de la seda acariciaba su piel haciéndola sentir particularmente en calma.

Su cabello marrón un poco revuelto caía por su espalda mientras hervía agua para el té en la pava que su madre le había regalado hacía tanto.

"Mama... ¿si sabes que soy una bruja verdad?"

"No importa. Toda casa tiene que tener una pava, mas si es tan linda como esta."

Siempre que pensaba en ella sonreía. También la extrañaba.

De pronto, sus pensamientos se vieron interrumpidos por un toquido bastante particular en su puerta. Los primeros golpes fueron suaves pero los siguientes subieron el volumen a una forma de llamar mas decidida.

¿Quien podría ser a esta hora? No creía estar esperando a nadie.

Con sus pies descalzos se acercó a la puerta blanca de madera y preguntó:

-¿Quién es..?-

-Alondra...- Dijo una voz del otro lado, un poco confusa y miedosa. -...Soy yo... Remus-

Quizás Nunca -  Remus LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora