꧁ 𝑵𝒐 𝑫𝒆𝒋𝒂𝒓𝒆 𝑸𝒖𝒆 𝑻𝒆 𝑳𝒂𝒔𝒕𝒊𝒎𝒆𝒏 ~ 𝑪. 𝑫. ꧂

Capitulo 24

Parecía un deja vu encontrarse en esa situación una vez mas un año exacto después, había sido despertada por los rayos de sol que se colaban por la ventana, aspirando el aroma esterilizado y de diferentes medicinas que destacaba la enfermería, se escuchaban varias voces en la sala de diferentes personas, intento mover su cuerpo antes de abrir sus ojos para sentir como unas grandes se ponían sobre su brazo, al sentir el contacto con su piel recordó todo lo que había visto hace unos momentos, todo el sufrimiento y dolor que haba visto y las fuertes heridas que había sentido en el otro plan, se alejo de golpe asustada viendo como la persona que la había tocado previamente se trataba de su padrino, quien la miraba preocupado por su reacción, como si de un cachorro lastimado se tratara, al verlo ahí, tan real recordó algo que también era real, y esas eran sus heridas, todos sus huesos del cuerpo le dolían, y podía ver como sus brazos estaban vendados ocultando sus heridas, así como una presión en su cuello, indicando que este también estaba vendado ocultando su gran herida.

—La enfermera dijo que no te movieras mucho, tus huesos podrían no curar bien— le dijo con voz serena tratando de volverla a tocar, pero esta se alejo nuevamente sin querer tocarlo —Todos los huesos de tu cuerpo estaban rotos Alice, debes descansar— abrió mas los ojos sorprendida, recordando como las heridas habían pasado junto con ella en en plano terrenal

—¿Cuánto llevo dormida?— su voz se escuchaba mas ronca de lo normal, doliendo cada vez que decía una palabra, por el corte en su cuello.

—No uses mucho tu voz, se puede dañar— suspiro y se acomodo en su silla —Solo llevas dormida unas horas, vine en cuanto Nymphadora me dijo que entraste a la prueba, ella esta hablando en el ministerio sobre tu situación, hable con Carrie y esta en camino.

—¿Cedric donde esta?— volvió a hablar con su voz mas aclimatada tratando de sentarse con cuidado en la cama

—Alice el...— el aire se fue de su cuerpo pensando en la posibilidad de haber fallado, y que el sacrificio de su madre hubiera sido en vano —Parece muerto, nadie sabe que pasa con el.

—¿Quiénes saben de eso?— miro alrededor de la enfermería sin girar su cuello impidiendo lastimar su herida

—Lo que estamos aquí, el señor Diggory, la señora Pomfrey y yo, aun no se lo dicen a nadie, cuando los encontraron creyeron que ambos estaban muertos, eso fue lo que dijo Harry cuando llegaron, hasta que abriste tus ojos y tus heridas empezaron a aparecer— al escuchar esas palabras no pudo contenerse y se puso de pie rápidamente de la cama, solo pudo dar tres pasos para que sus piernas volvieran a doler y fallar, cayendo al suelo de golpe soltando un gran quejido de dolor, sintiendo el dolor retumbar en su cuerpo —Alice tranquila— Lupin se puso de pie llegando rápidamente a un lado de su ahijada cargándola en sus brazos para volverla a poner en su cama, los presentes en la habitación salieron de los paneles que ocultaban una cama, corriendo hacia la cama de la morocha con los ojos llorosos, la enfermera de la escuela llego verificando el estado de la chica mientras el señor Diggory solo la miraba viendo su estado.

—Tiene que estar tranquila niña— escucho la voz chillona de la mujer mayor que la trataba de volver a meter a su cama mientras esta se oponía moviéndose con fuerza.

—Tengo que ver a Cedric por favor, déjenme ir a verlo— los adultos en la habitación se voltearon a ver, dudando en si hacer caso en sus ruegos o no, pero de todos el primero en tomar acción fue Amos Diggory, quien sin pensarlo mucho tomo una silla de ruedas de la habitación llevándola a un lado de la cama de la chica.

—Ayúdeme a subirla señor Lupin— la voz del pequeño hombre salió de sus labios rota, dejando claro que había estado llorando por un gran rato. Ambos hombres vieron a la enfermera esperando a que esta diera el visto bueno, conocía a la chica de diferentes veces que había estado en esos rumbos, así que sabia que no se mantendría quieta hasta recibir su reclamo.