Este capítulo va dedicado a latialolita, espero que te guste❤❤❤.
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Los ojos de Jeno siempre te transmitieron esa paz que necesitabas, aún si todo era un caos a su alrededor bastaba con mirarse a los ojos para saber que todo estaría bien, cuando sus ojos se encontraban se llenaban de ese hermoso brillo que cualquiera notaría a simple vista, con solo saber que se tenían el uno al otro era suficiente para despertar felices cada mañana e irse a dormir igual de felices ansiando volverse a ver.
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Por la apretada agenda de ambos a veces era difícil poder verse pero siempre encontraban algún momento para escapar de sus monótonas vidas y poder vivir en su propio mundo al menos por 5 minutos.
-quiero huir a un lugar en donde nadie nos conozca y podamos ser felices toda la vida- ambos estaban caminando tomados de la mano.
-es lo que más deseo pero ahora no pensemos en eso que solo tenemos 30 minutos para escapar del mundo- le hablaste para luego mirarlo y sonreírle.
-ven- afianzó el agarre en tu mano para comenzar a correr sin importarle como los veía la gente.
-¿¡donde vamos!?- preguntaste intentando seguir el ritmo de su corrida.
-a escapar del mundo mi amor- detuvo su andar repentinamente para mirarte y dejar un corto beso en tu frente, luego volvieron a correr.
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-¿hacia falta correr?- preguntaste una vez que pararon en una calle muy poco concurrida.
-no realmente- soltó una pequeña carcajada mientras caminaba de forma lenta.
-eres- antes de terminar la frase te interrumpió.
-hermoso, lo se- te miro de forma divertida.
-eso también- reíste junto con el para luego dejar un pequeño beso en sus labios. -¿donde estamos?- miraste a tu alrededor intentando adivinar en donde se hallaban.
-no seas ansiosa- respondió mientras miraba el camino.
Al minuto llegaron a una especie de parque en donde no había casi ninguna persona.
-¿qué es este lugar?- observaste todo a tu alrededor, parecía un lugar solitario pero acogedor.
-cuando era pequeño descubrí este parque, desde entonces es a donde recurro cuando estoy afligido del mundo- explicó mientras jalaba tu mano para sentarse en un banco que había allí.
-es bonito- dijiste sinceramente.
-lo sé, te prometí que escapariamos del mundo, es lo más cercano que puedo lograr- te dio una media sonrisa.
-mientras sea contigo lo que menos importa es el lugar- le diste una sonrisa completamente sincera. -tenemos 20 minutos para estar lejos del mundo- ambos se miraron y era increíble como a pesar de los años ese brillo seguía presente en los ojos de ambos.
Su amor no había sido nada sencillo en un principio, al parecer los padres de ambos tenían planes muy distintos para ustedes, los padres de Jeno, que tenían un alto poder adquisitivo, planeaban que su hijo se casara con una joven a la que el ni siquiera conocía, por otro lado, tus padres planeaban enviarte a otro país para estudiar pero nada de esto sucedió. El universo los quiso unidos desde el primer instante en el que se vieron hace unos 4 años en aquella cafetería. Sin el apoyo de ambas familias para su relación tuvieron que conseguir trabajo antes de que sus pocos ahorros se acabaran porque separarse no estaba en los planes de ninguno de los dos, el consiguió empleo al poco tiempo en la cafetería en donde te conoció y tu, por tu parte, eras asistente en un consultorio médico, a ninguno le importaba nada en cuanto pudieran seguir juntos siendo felices. A los 2 años de ser pareja pudieron obtener su casa propia luego de ahorrar muchísimo pero estaban muy felices de poder haber hecho todo eso por cuenta propia.
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Solo con estar unos minutos los dos en su propio mundo ya era suficiente, se amaban tanto, todas las personas a su alrededor notaban el amor que se tenían. Durante 20 minutos solo se dedicaron a abrazarse, besarse, hablar sobre su futuro y decirse cuanto se amaban.
-es hora de volver- observaste la hora en tu celular con algo de tristeza.
-bien, hay que regresar al mundo- Jeno suspiro pesadamente.
-te amo- lo abrazaste haciendo que su corazón se sintiera tan cálido como siempre.
-tambien lo hago mi amor, te amo más que a nada en todo el universo- sus ojos brillaban al igual que los tuyos, dejó un delicado beso en tus labios antes de tomar tu mano y salir de aquel lugar.
Tal vez no siempre la vida sea color de rosa para ustedes, pero mientras se tengan el uno al otro nada malo pasaría, en este caso su amor era más fuerte que cualquier tormenta y nada podría romperlo.
