No era habitual que tu tuvieras que ir a recoger a tu hermano a la escuela pero el auto de tu madre se había averiado y no había otra opción más que fueras tu en el transporte público. Pusiste tu mochila en el asiento libre a tu lado mientras ibas observando el paisaje por la ventana sin prestarle atención a nadie hasta que alguien tocó tu hombro.
-disculpa, ¿puedo sentarme?- un chico realmente lindo estaba parado frente a ti.
-claro- alejaste tu mochila para ponerla en el piso y permitir que se siente el chico.
El viaje transcurrió tranquilo y cuando menos te diste cuenta estabas a punto de llegar a tu destino, el chico a tu lado se levantó dirigiéndose a tocar el timbre para indicar que iba a bajar lo seguiste por detrás ya que debias bajar en el mismo lugar. Caminabas tranquilamente, aún había tiempo por lo que te podías tomar tu tiempo, por delante tuyo iba el chico que había ido sentado junto a ti al parecer iban al mismo lugar, ambos llegaron a aquella gran escuela.
-oh, eres la chica del colectivo- se sorprendió un poco cuando te vio a su lado.
-si, soy yo, que casualidad encontrarte aquí- lo miraste con una pequeña sonrisa.
-mis padres acaban de cambiar a mi hermana a este colegio por lo que es su primer día- explicó.
-ya veo, mi hermana viene aquí- comentaste.
-¿quieres dar una vuelta? Aún tenemos tiempo- el te miró expectante.
-claro- respondiste antes de emprender viaje.
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Desde ese día era común que ambos fueran a retirar a sus hermanos, cualquier cosa con tal de hablar un poco, Doyoung era u chico realmente increíble que te gustaba mucho al igual que tu a el. Tenían una relación de amistad pero ambos conocían los sentimientos del otro y estaban intentando llevar esa amistad al siguiente nivel.
-¿crees que podamos vernos en el parque?- hablabas por teléfono con el.
-claro- respondiste de inmediato.
-bien, nos veremos allí- del otro lado de la línea el chico sonrió antes de colgar.
Luego de hablar con tu madre y que te diera permiso fuiste hacia donde habían acordado encontrarse.
-¿qué necesitas?- preguntaste una vez que estuviste a su lado.
-lo estuve pensando mucho y creo que es hora de dar el siguiente paso- el observaba el paisaje frente a sus ojos.
-¿de que hablas?- respondiste algo desconcertada.
-quiero intentar estar contigo, se que podemos ser muy felices juntos, ¿quieres ser mi novia?- te pregunto con esa dulce sonrisa que siempre te mostraba.
-claro que si- exclamaste con felicidad.
Lo abrazaste fuerte para luego darle un pequeño pico en sus labios.
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El tiempo pasó y su relación era de las mejores, cada día parecía que se amaban más y más, pero como todo en la vida, nada separa siempre. A Doyoung le habían diagnosticado un cáncer de páncreas terminal, no podía hacer nada para salvarse y eso lo tenia muy afligido no sabia como darte la noticia, sabía lo triste que te ibas a poner, finalmente decidió no contarte nada por lo menos por un tiempo.
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-¿por qué me ocultaste algo así?- lágrimas salían de tus ojos.
-no quería lastimarte- su mirada era tan triste, como nunca lo habías visto.
-Doyoung yo no quiero perderte- estabas destrozada.
-yo tampoco quiero que esto pase pero no puedo hacer nada- agachó su mirada por un momento.
-pero- antes de que pudieras seguir el habló.
-disfrutemos lo que nos queda juntos ¿está bien?- el se acercó para acariciar tu rostro.
-te amo tanto- lo abrazaste aferrandote a su cuello.
-tambien te amo, que no te quepa la menos duda de eso- soltó un suspiro cerca de tu cuello.
Los siguientes días intentaron disfrutarlos lo más que podían aunque no podían olvidar que el podría morir de la noche a la mañana sin dejar rastro, era demasiado duro para ambos.
-me gusta ver las estrellas- comentaste mirando hacia el cielo.
-no hace falta mirar al cielo porque tu eres mi estrella favorita- el estaba recostando su cabeza sobre tu regazo.
Esa noche el te había propuesto salir afuera a ver las estrellas sentados en el césped, ambos disfrutaban la presencia del otro.
-¿sabes?, nunca imaginé encontrar a alguien tan perfecta como tu- el observaba tu rostro.
-yo estoy tan agradecida con la vida por haberte encontrado- bajaste tu mirada para sonreírle.
-te amo como nunca amé a nadie, eres el mejor regalo que la vida me pudo dar, eres mucho más de lo que podría pedir de hecho no merezco estar con alguien tan perfecta como tu- sus ojos tenían un brillo que nunca habías visto.
-me vas a hacer llorar- comentaste intentando no sonar triste.
-mira las estrellas, de ahí te estaré cuidando para toda eternidad- sus ojos estaban húmedos por algunas lágrimas que amenazaban con salir.
-te amo, eres tan especial para mi- te acercaste a dejar un corto beso en sus labios, el último que le darías.
Dirigiste tu mirada al cielo por unos minutos, cuando volviste s mirar a Doyoung notaste como sus ojos estaban cerrados mientras mantenía una sonrisa en su rostro, intentaste moverlo pero nada, su corazón había parado de latir.
-te amaré por toda la eternidad mi estrella favorita- dejaste un beso en su ahora fría mejilla antes de comenzar a llorar.
Ibas siempre que podías a visitar su tumba y recordar todos los momentos de felicidad que pasaron juntos.
-hoy estaríamos cumpliendo 5 años desde que estamos juntos, me hubiese encantado que me cantarás con tu hermosa voz, te extraño tanto pero se que estas bien en donde sea que te encuentres mo amor. Felices 5 años mi estrella favorita- dejaste una rosa en su tumba antes de pararte, miraste al cielo mientras notabas como todo tu rostro estaba lleno de lágrimas.
Nunca dejarías de amarlo de esa estabas segura, el te hizo tan feliz esos 3 años que habían estado juntos. El por siempre sería tu estrella favorita en todo el extenso cielo.
