Despertaste gracias a los movimientos que hacía tu acompañante, miraste hacia el notando lo inquieto que estaba al parecer cuando está enfermo se pone muy inquieto a la hora de dormir. El día anterior el chico tocó tu puerta diciendo que se sentía enfermo y necesitaba tus cuidados, claro que accediste, no ibas a dejar a tu novio en aquellas condiciones.
Luego de cepillarte los dientes bajaste para hacer el desayuno, hiciste un té para el y un café para ti ambos con unas tostadas lo llevaste hacia tu habitación y proseguiste a despertar al chico.
-despierta- lo moviste suavemente sin obtener ninguna respuesta. -jun, cariño, despierta- lo moviste un poco más fuerte obteniendo que un suspiro salga de sus labios. -vamos jun- sonreíste cuando notaste como el chico arrugaba su nariz.
-creo que voy a morir- dijo el chico una vez que abrió sus ojos.
-¿no estaras exagerando un poco?- hablaste mientras te dirigías al otro extremo de la cama para sentarte.
-tal vez- se sentó en la cama aún con sus ojos a medio abrir.
-bien, ve a cepillar tus dientes antes de tu desayuno se enfríe- tocaste su cabello acomodando los pelos desordenados.
Luego de que se cepillara los dientes prosiguieron a desayunar en la cama mientras veían algo de televisión.
-¿te sientes mejor?- dejaste la taza de café sobre el mueble que estaba junto a la cama.
-un poco- alejo la taza de sus labios.
-aun no me dijiste como fue que terminaste así de enfermo- giraste un poco tu cabeza para verlo.
-¿recuerdas el día que hacía mucho frío?- ese día había salido sin ningún abrigo y se negó a volver a su casa a buscar uno.
-dejame adivinar, saliste sin un abrigo y seguro luego te mojaste por la lluvia- dijiste mientras le sonreías.
-¿acaso me estabas siguiendo?- a veces se sorprendía de como sabias todo lo que pasaba.
-no, simplemente te conozco demasiado bien- ambos rieron. -¿cómo te dejaron salir así de casa los chicos?- sus amigos no iban a dejar que saliera así de casa tan simple.
-tal vez solo tal vez estaba siendo algo molesto y tal vez los amenacé con golpearlos a todos si no me dejaban venir- dijo inocentemente sonriendo./☁️/
Luego de que terminaron el desayuno ambos se levantaron de la cama, el ayudó un poco con la limpieza y en poco tiempo ya estaban los dos en el piso de abajo sentados en la mesa mientras conversaban.
-ni siquiera te has peinado- comentaste al notar el desorden en su cabello.
-¿me peinas?- te mostró esa dulce sonrisa a la que era imposible resistirse.
-esto es extorsión Renjun- sin más fuiste hasta tu habitación a buscar el peine.
Cuando volviste proseguiste a pasar el peine por sus finas hebras, su cabello era tan suave como ningún otro.
-bonito- comentaste viendo lo bien que se veía, aunque se veía bien todo el tiempo.
-¿le darias un beso a este chico bonito estiró un poco sus labios.
-no- solo te estabas haciendo rogar un poco, claro que le darías un beso.
-por favor- te miro con sus ojitos de cachorrito.
-tu ganas- te acercaste hasta su altura para dejar un corto pero profundo beso en sus labios. - ahora si me disculpas iré a cocinar- dejaste un último beso en su mejilla antes de irte a la cocina.
Así estuviste todo el día cuidando de él, le diste de comer en la boca como un bebé porque dijo que sino no comería nada, era algo caprichoso pero, también, era demasiado tierno y no podías resistirte a el. En la noche tuvo un poco de fiebre por lo que le diste una pastilla para que se sintiera mejor, cuando estuvo mejor cayó rendido en la cama con sus brazos abrazando fuertemente tu cintura y su cara enterrada en la curva de tu cuello, poder apreciar su rostro sin ninguna gota de maquillaje y durmiendo ta relajadamente era una de las cosas más bonitas que podías ver.
-descansa cariño- dejaste un beso en su frente antes de caer dormida en la comodidad de sus dulces brazos.
