Eterno (Reyes Volturi)

Capítulo Tres

La guardia tuvo que explicar lo que vieron a Marcus y Caius porque Aro parecía estar parado allí como una estatua con la boca abierta.

"¿Una deidad musical?" Caius se burló después de escuchar su historia, la cual encontró increíble. Aro rompió su trance y miró a su hermano.

"¿Crees que estoy mintiendo, hermano?" Acusó.

"Parece absurdo, puede que Geraltine te esté jugando una mala pasada" Él dijo.

"No era ella, la habría reconocido en cualquier lugar. Esta... quienquiera que sea, tenía el pelo blanco pálido y parecía estar bailando con tanta elegancia y aplomo... y había... mariposas  que estaban también bailando a su alrededor" Aro una vez más se perdió en su imagen mental.

"Todavía puedo escuchar su música, maestro" Dijo Demetri.

"Es fascinante" Jane susurró.

"Dijiste que nos encontraríamos con ella mañana, Aro. Entonces la veremos, parece que Caius y yo somos los únicos que no hemos sido hipnotizados" Marcus se lo explicó y Caius estuvo de acuerdo con él.

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A la mañana siguiente, Aro y la guardia estaban tan emocionados de irse y ver a la mujer de cabello pálido que literalmente arrastraron a Marcus y Caius con ellos, bueno, Aro lo hizo.

Marcus suspiraba mientras Caius ponía los ojos en blanco.

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Geraltine había regresado a altas horas de la noche y Celine no se molestó en preguntarle a dónde había ido en el cumpleaños de su hija porque sabía que la respuesta sería 'Correspondencia privada".

Celine sabía que estaba tratando de ayudar a su hija, pero a veces, especialmente en los últimos años, tiene algún tipo de objetivo. Cuando Geraltine tenía una meta, no se detendría ante nada para lograrla.

Si no fuera por el violín que tenía o las mariposas que amaban bailar con ella, Celine se habría deprimido. Para un extraño, su rutina puede sonar aburrida y sosa y ella estuvo de acuerdo hasta cierto punto.

Disfrutó de la sinfonía de último día, ya dominaba el baile con las zapatillas de ballet, se lo puso y se dirigió a la gran parcela de césped verde frente a su casa, que era su lugar habitual.

De pie en la hierba verde, agitó la mano y, de repente, rosas blancas y rosadas brotaron del suelo y la rodearon como una pared. Enredaderas delgadas y pequeñas rosas envueltas alrededor de sus brazos y una también envuelta alrededor de su cabeza haciendo una corona de flores con rosas rosadas. El resto de las enredaderas se extendían a su alrededor como la raíz de un árbol en busca de agua.

Sonrió a las pequeñas mariposas brillantes que se la unieron de nuevo, para hacer que el brillo se intensificara, agrandó los árboles circundantes y brotaron ramas más gruesas que bloquearon la luz del sol.

Sostenía el violín en la mano derecha y el arco en la izquierda, por cierto, era zurda. Encontrar su para-verso no fue tan difícil como su mente en un mundo distante en cuestión de minutos.

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Los tres reyes y la guardia se dirigieron al bosque, Jane y Matteo los dirigían.

"¿Estamos cerca?" Aro preguntó con impaciencia.

"Estamos casi cerca de la pared, Maestro" Matteo respondió.