「 16 」

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Esa semana en verdad había sido caótica.

Nunca antes había visto a Jung Kook de esa manera, incluso era divertido verlo así porque era extraño y nuevo para él ver ese comportamiento en el omega. Aunque igual había un lado malo en todo eso, y es que prácticamente no podía descansar más de diez minutos, ni en las noches podía hacerlo; su querido novio siempre solía abrazarlo y pedirle que hicieran cosas, sin importar la hora que fuera. Ahí se dio cuenta que Jung Kook cuando está en celo es bastante hiperactivo, algo que no le molestaba pero tampoco le beneficiaba del todo. Había sido una semana bastante larga, y pensar que en unos meses puede volver a vivir lo mismo... debía admitirlo, le emocionaba.

Y ahora no era normal que sus piernas se sintieran tan débiles, tampoco que su cadera doliera, ni que su garganta ardiera; eran cosas que nunca le habían sucedido tan de la nada, así que por eso él no lo considera normal.

¿A caso es lo que cualquier omega siente después de estar la mayor parte de su celo muy activo sexualmente? Porque, quizá, ya no querría repetirlo.

Entre jadeos y quejidos logró llegar a la cocina de ese gran departamento; a pesar de ya haber estado muchísimas veces ahí antes, nunca había estado después de despertarse solo en la habitación de Yoon Gi, así que era fácil perderse al olvidar que no estaba en su hogar. Va directo al refrigerador para tomar algo de agua, porque sentía demasiado calor aún en su cuerpo —aunque no tanto como los días anteriores— y su garganta parecía estar seca por el mismo dolor que tenía en ésta. No llega a abrir el refrigerador cuando se topa con una nota pegada en la puerta con ayuda de un bonito imán de flor.

"Espero que los síntomas del celo al fin hayan cesado, porque yo estoy demasiado agotado, amor; nunca pensé ver esa parte tan salvaje de ti, y me encantó demasiado.

Llámame cuando puedas. "

Al leer la nota, sentirse totalmente abochornado, servirse agua y tomarla, busca su teléfono en todos los rincones de aquel departamento, porque no recordaba dónde lo había dejado la última vez que estuvo con él. Lo termina encontrando entre los cojines del sofá, sin entender cómo rayos llegó ahí, aunque restándole importancia mientras busca el número telefónico de Yoon Gi en sus contactos.

—Buenas tardes, omega precioso —es lo primero que escucha, aunque las primeras dos palabras las dijo en tono burlón.

Ni el mismo Jung Kook había notado que ya casi son las dos de la tarde... ¿cómo demonios durmió tanto? Él no suele hacer eso, siempre se despierta a las siete o a las ocho de la mañana.

—Carajo... —maldice—. ¿Tanto así fue como para despertarme a esta hora?

—Igual no es como si yo estuviera del todo cuerdo; de los dos soy el que más duerme, y esta vez fue al revés. Estuve cuidándote toda esta semana para que no hicieras locuras, porque ni siquiera dormido parecías calmarte —Jung Kook siente sus mejillas sonrojarse de la vergüenza de sólo imaginarlo.

—Perdón... —susurra, queriendo que la tierra se lo tragase. Yoon Gi ríe.

—Descuida, fue una travesía muy interesante; no me molestaría repetirla. ¿Cuándo es tu próximo celo, cariño?

—¡Yoonie! —Se queja, aunque tiene una sonrisa tímida en sus labios mientras que muerde la punta de su dedo pulgar.

—Sé que es una locura porque en verdad estoy exhausto por completo, pero lo disfruté por igual. Además... quiero volver a estar con ese Jung Kook atrevido que conocí hace una semana —el omega nuevamente siente sus mejillas calientes.

𝐲𝐤 | Fake love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora