La presentación de Akihiko fue hermosa, la gracia auténtica con la que él tocaba el violín fue muy cautivadora. Sin embargo, Akihiko quedó de cuarto lugar, pero realmente estoy orgulloso de él. Dió un espectáculo impresionante. Tal vez fue por la iluminación del escenario, pero sus ojos verdes parecían brillar.
—Lo hiciste excelente—le dije mientras caminábamos al estacionamiento, Akihiko dijo que me llevaría a casa en moto.
—Cometí errores mientras tocaba porque no apartabas tu vista de mí—admitió Kaji con sus mejillas aún rojas, nuestras manos estaban unidas y nuestros dedos estaban entrelazados mientras caminábamos. Nos subimos a la moto, yo me subí atrás suyo y abracé fuertemente su cintura a lo largo del viaje a mi apartamento.
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—¡Ya llegué!—anuncié ingresando a mi hogar e invitando a Akihiko a entrar.
—¡Hasta que por fin apareces!—respondió Ugetsu con un libro sobre su cara. El violinista estaba echado sobre el sofá, no había señales de Mafuyu o Ritsuka—. ¡Por un segundo creí que iban a ir a un hotel y no llegarían hasta mañana!.
—Te prometí que llegaría hoy, no soy tan irresponsable—dije cerrando la puerta de mi apartamento.
—¡Confío en ti, en quien no confío es en Akihiko!—espetó Murata cruzando sus brazos—. Incluso los niños se quedaron dormidos. Por primera vez Mafuyu pudo dormirse sin la influencia de la leche o té.
—... Bueno, yo creo que ya me voy—dijo Akihiko sonriéndome antes de depositar un dulce beso en mi frente.
—¿Eh?, ¿por qué no te quedas un rato aquí?—cuestionó el violinista.
—Simplemente no—respondió el rubio—. Hasta luego, Ugetsu, Haruki...
—Nos vemos, Aki—musité viendo cómo Kaji se iba de mi apartamento y cerraba la puerta.
—Ya es demasiado tarde, no creo que vayas a permitir que Mafuyu y yo regresemos solos a casa a estas horas de la noche—dijo de repente Ugetsu. Fuí a la cocina notando que había un plato servido—. Oh y te guardé algo de comida, conociéndote supuse que no habrías comido nada.
—¿Entonces se quedarán tú y Mafuyu a dormir?—inquirí dirigiéndole una fugaz mirada. Él sonrió.
—Sip—respondió Ugetsu antes de dedicarse a leer uno de mis libros mientras yo comía la cena que me habían guardado.
Luego de lavar el plato y los cubiertos que usé, Ugetsu y yo nos dirigimos a mi habitación donde descansaban Mafuyu y Ritsuka en mi cama, el pelirrojo estaba abrazando fuerte el pecho de Ritsuka.
—Mi niño, levántate un momento para colocarte las pijamas—le susurró el violinista con una voz suave y calmada al pelirrojo.
Ambos pequeños se removieron incómodos antes despertarse y frotarse el ojo con el puño. Sus actos estaban algo sincronizados.
—Papi Ugetsu...—murmuró Mafuyu con sus ojos entrecerrados y a punto de ser consumido nuevamente por el sueño.
—¡Debes colocarte las pijamas!—exclamó el mayor desabotonando la camisa del pelirrojo—. Ven, vamos a cambiarte.
El violinista cargó al pelirrojo y lo llevó al baño.
Mientras, me senté al lado de Ritsuka y revolví su oscuro cabello.
—Ya llegué—le dije en voz baja.
—Bienvenido, Haruki-chan—respondió el pequeño de ojos azules con una dulce e inocente sonrisa.
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Su hijo (Given)
RandomHaruki tiene una increíble paciencia para todo incluso para los errores de Akihiko, pero... ¿que sucederá luego de que se enteren de la llegada de un nuevo ser?, desde que se anunció la llegada de aquel nuevo ser, los cambios drasticos en la vida de...