Capítulo 23.7: Plan

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Narra Ugetsu Murata

Tuve un sueño... en este podía ver con claridad como Haruki se iba alejando más de mí, y yo simplemente lo veía irse, ni siquiera me esforzaba por detenerlo, no quería detenerlo solo porque sabía que sería más doloroso para él mantenerlo a mi lado. En mi sueño, recuerdo haberle susurrado algo...

"Bye bye..."

No era lo que realmente quería decirle, no era realmente lo que quería ver. Mi voz no salió para susurrar su nombre, yo simplemente lo veía irse mientras susurraba una simple despedida. Al despertar me detuve a mirar el techo, mis ojos estaban cristalizados y una lágrima se me escapó.

Una desagradable sensación me asfixiaba y me hacía doler el corazón, pero creo que está bien por ahora. No me esforzaré por intentar sanar la herida, la dejaré tal y como está, no quiero lastimarme más al tratar de sanarme.

Fue entonces que oí...

—¡Mafuyu-chan, estoy bien!.

Esa voz...

—¡No, debes comer un poco!.

Es Mafuyu y...

—¡Te digo que estoy bien, Mafuyu-chan, en la tarde comí media caja de cereal!.

Me senté rápidamente y dirigí mi atención a la cocina de dónde provenían esas voces infantiles. Me sorprendí de ver a ese mocoso junto a Mafuyu.

—¡Ritsuka-chan, va a comer porque yo lo digo!—declaró Mafuyu cruzando sus bracitos.

Me levanté rápidamente de la cama y prácticamente corrí a abrazar a Ritsuka. Ese mocoso me había hecho preocupar bastante.

—Ugetsu-chan... me asfixias—musitó Ritsuka tratando de apartarme, pero luego simplemente sonrió—. También te extrañé, Ugetsu-chan.

Me separé del de ojos azules para revisarlo buscando en su cuerpo alguna marca que muestre que sufrió agresión. Afortunadamente no encontré nada, solo sus rodillas raspadas, pero ya era típico en Ritsuka el tener las rodillas ligeramente heridas.

Noté que la mano de Ritsuka tomaba la de Mafuyu mientras Kedama daba vueltas alrededor de Ritsuka. Tomé las mejillas de Ritsuka.

—¿No te duele nada?, ¿no te pegaron?, ¿te sientes bien?—preguntaba yo mirándolos.

—No, no me pegaron, Ugetsu-chan, estoy bien...—respondió Ritsuka sonriendo—me siento feliz de poder ver a Mafuyu-chan de nuevo.

Ambos pequeños tenían un brillo en los ojos y un ligero sonrojo en las mejillas.

—Bueno, bueno, ahora lo que tenemos que hacer, Ritsuka, es alimentarte, estás muy delgado y eso no le hace bien a un niño en desarrollo—dije colocándome de pie para buscar algo de comida que quedó del almuerzo y dársela a Ritsuka.

—¡Exacto!—afirmó mi hijo.

—Debes ser un niño igual de fuerte y grande que Mafuyu—comenté mientras sacaba del refrigerador un envase con arroz y luego buscaba algo de pollo—. Hijo, muéstrale a Ritsuka la sopresa que dijiste que le tenías.

—Ah cierto—dijo Mafuyu, se posicionó de frente a Ritsuka con una enorme sonrisa mostrando sus dientes y dando a notar que le faltaba uno—. ¡Mira, se me cayó un diente!.

—¡Increíble, Mafuyu-chan!—exclamó el de ojos azules tomando las mejillas de Mafuyu para observar mejor el espacio dónde debería ir el diente que le falta al pelirrojo—. ¡Entonces Mafuyu-chan es grande!.

—¡Sí!—afirmó Mafuyu soltando una dulce risa.

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Su hijo (Given)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora