—No estás bien—declaró mi hermana mayor acariciando mis cabellos, ambos estábamos sentados en el sofá de mi casa, mi cabeza estaba recostada sobre su hombro—. ¿Qué pasó con tu hijo?.
—Es una larga historia—dije sonriendo sin mucho ánimo—. Tal vez algún día te la cuente...
—Tenemos tiempo ahora...
—Sí, pero ahora es un tema que prefiero no tocar mucho... la herida está muy abierta...—musité, mis ojos estaban llenos de lágrimas. No quiero llorar y menos frente a mi hermana ya que no quiero preocuparla más, aún así, sigo sintiéndome devastado. Mi hermana se colocó de frente hacia mí y comenzó a pellizcar y jalar mis mejillas—¡duele, duele, duele!.
—¿Dónde está el niño que siempre sonreía mientras jugaba?—preguntó ella sin dejar de jalar mis mejillas—. Aquí solo veo a un universitario deprimido...
—Eso es lo que soy ahora... un gran-
—Dí "inútil" y lo último que verás será a mi caballo pisoteandote.—Me amenazó.
—La verdad iba a decir "idiota"—murmuré desviando la mirada. Ella siguió molestando mis mejillas—. ¡Duele, duele!.
Mi hermana dejó salir un suspiro antes de soltar mis mejillas. Mis hermanas siempre saben cuando estoy deprimido y siempre se encargan de hacerme sentir mejor. En este caso, mi hermana mayor decidió hacerme compañía un rato para animarme. Ella notó mi depresión cuando hablamos por teléfono hace un rato.
—¿Cuando creciste tanto?—preguntó la mayor de repente—. Todavía recuerdo cuando eras un niño y te la pasabas pidiéndome que te leyera un cuento.
Solté una ligera sonrisa al recordar aquella época. Cuando yo era niño, me sabía todos los cuentos e incluso sabía leerlos, pero igual me gustaba que mi hermana mayor o mi madre me los leyera y me la pasaba insistiendo que me leyeran uno.
Mi madre siempre me cuenta historias sobre las travesuras que yo hacía de niño. Mis hermanas también tienen algunos recuerdos de los juegos que jugaban conmigo. Hay muchas cosas que olvidé conforme fuí creciendo, pero afortunadamente tengo a mis hermanas y a mis padres para que me recuerden todo acerca de mi infancia y adolescencia.
—No me había dado cuenta de lo mucho que cambian las cosas—dije volviendo a recostar mi cabeza en el hombro de mi hermana. Me sentía como un niño asustado que buscaba refugio en su hermana mayor. Reflexiono mucho siempre que estoy con mis familiares cercanos.
—Verte así de deprimido me recuerda a las veces que te caías cuando eras pequeño y venías llorando a dónde estaba yo, mamá me decía que te distrajera para que dejes de llorar, entonces yo te llevaba a dónde estaban las gallinas y los conejos, a los minutos empezabas a sonreír de nuevo. Eras muy bipolar, pero supongo que eras así porque siempre fuiste el más consentido de los tres...
—Tú también eras muy mimada por ser la mayor—respondí.
—Ajá, pero tú eres el único varón, además, los hermanos mayores somos los menos consentidos—comentó la mayor rodando los ojos. Reí ligeramente por sus palabras, pero mi risa se desvaneció al recordar lo que sucedió con Ritsuka.
Quería contarle a mi hermana todo lo que sucedió con Ritsuka, pero me resultaba imposible decirlo. Cada vez que lo intentaba, un nudo en mi garganta no me permitía decir las palabras que realmente quiero transmitir. Esta situación me estresa y me desespera mucho. Suspiré
De repente, mi hermana se colocó de pie—¿Ya te vas?—cuestioné
—Sí, no me puedo quedar mucho, de seguro que Kou-chan enloqueció a su papá, mejor es que yo vuelva temprano a casa—dijo la mayor mientras despeinaba mi cabello—. Por cierto, mañana te iré a buscar a la universidad para que pases el día en mi casa. Kou-chan siempre alegra a quien lo ve, estoy segura de que jugar con él te animará un rato. Te hará bien pasar tiempo con la familia, ¿te parece?.
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Su hijo (Given)
RandomHaruki tiene una increíble paciencia para todo incluso para los errores de Akihiko, pero... ¿que sucederá luego de que se enteren de la llegada de un nuevo ser?, desde que se anunció la llegada de aquel nuevo ser, los cambios drasticos en la vida de...