Capítulo 3.5: Familia de dos

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Narra Ugetsu Murata

Dos años atrás

Había decidido tomar un descanso acababa de culminar otra de mis giras así que no había problema con tomar unas vacaciones.

Estaba lloviendo y soplaba un viento muy frío, el agua estaba helada, me arrepentí de haber decidido caminar a casa. El viento se llevó volando mi paraguas y me ví en la obligación de seguirlo corriendo tratando de no resbalarme, corrí un par de calles siguiendo el paraguas. Cuando por fin atrapé dicho objeto, me topé con una escena deplorable. Había un niño sentado sobre un pequeño de cartón en la acera mientras se cubría con otro pedazo de cartón para no mojarse, el niño parecía bastante desnutrido como si tuviera días que no come, también tenía su cara totalmente sucia, su ropa estaba un poco rota, temblaba por el frío del clima. ¿Cómo se atrevieron a dejarlo así?.

Coloqué mi paraguas de manera que lo cubra a él y a mí.

—¿Cómo te llamas?—pregunté viendo cómo él me miraba con dolor mientras limpiaba un poco su rostro.

—Ma-Ma-Mafuyu—tartamudeó mientras se abrazaba a sí mismo para darse calor.

—Mafuyu, ¿no tienes casa?—pregunté aún suponiendo la respuesta. Mordió su labio inferior mientras seguía temblando—. Tranquilo, ven, vamos a mi casa...

—No quiero... no me iré sin Kedama—respondió encogiéndose más en su lugar.

—¿Quién?—pregunté al no entender de quién hablaba. Él me mostró un pequeño pomerania algo debilitado, esa raza de perros necesita un extremo cuidado, pero se nota que este pequeño cachorro no ha recibido tal cuidado, me atrevería a decir que pronto morirá.

—Si Kedama no va, yo tampoco—aclaró el pequeño mientras abrazaba su cachorro—. R-Resiste, Kedama, pro-prometo que no te pasará n-nada, y-ya verás que no te dejaré Ke-Kedama,, solo no... solo no...

—Vamos—dije cargándolo a él. No pesa nada para ser un niño de 5 años, anda muy desnutrido, su ropa estaba en serio sucia que me incomodó cargarlo, pero era mejor ya que no quiero ponerlo a caminar en su estado. No soltó al pequeño cachorro, de hecho, lo pegó más a su pecho.

Apresuré el paso para llegar rápido a casa. Apenas entramos, lo llevé directamente al baño que estaba más cálido, necesita calentarse antes de que se resfríe.

—Quítate la ropa para bañarte—pedí llenando la bañera con agua asegurándome de que esté caliente. Tomé a Kedama y lo coloqué en el lavamanos para lavarlo. No tengo shampoo para perros, pero creo que el que uso para mi cabello servirá. Lavé muy rápido al cachorro, luego lo envolví en una toalla y lo dejé a un lado. Cerré la llave de la bañera dejándola casi llena. Mafuyu se había quitado toda la ropa sin decir nada, es bastante sumiso, hace estas cosas sin decir "pero". Lo coloqué dentro de la bañera y limpié su carita, tenía varios hematomas, cortes y otros tipo de heridas alrededor de todo su cuerpo.

—¿Por qué andabas en la calle?, ¿cómo terminaste así?, ¿y tus padres?.

—Mi papá mató a mi mamá y luego él intentó matarse—dijo el pelirrojo con una mirada triste—. Pero... no estoy solo, Kedama está a mi lado...

—¿Que pasó luego de la muerte de tu madre?, habla solo si quieres—dije limpiando su mejilla llena de suciedad, yo estaba agachado frente a la bañera, lavandolo.

—Simplemente escapé y por eso ando en la calle—respondió mientras jugaba con el agua.

—¿Tienes miedo de mí?—pregunté suponiendo que le resultaría aterrador que alguien de repente se lo llevara y estuviera ayudándolo.

—No...—contestó mirando mi rostro con sus lindos ojos—eres Ugetsu Murata... mi mamá me llevó una vez a un recital tuyo, me gusta como tocas el violín.

—¿La extrañas?—cuestioné lavando su cabello.

—Mucho, pero sé que ella está en el cielo cuidándome como me lo dijo antes de morir—sonrió, pero pasado unos segundos mostró una mueca de dolor y se resistía para no llorar.

Al verlo tan tranquilo, tan honesto, tan sumiso, decidí cuidar muy bien de Mafuyu.

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Actualidad

Regresaba nuevamente a casa luego de dar un espectacular show, me apresuré en llegar a casa, me invitaron a fiestas y otros compromisos, pero los rechacé, prefiero llegar a casa temprano.

—¡Ya llegué!—exclamé sonriendo. Rápidamente el pequeño de ahora 7 años se acercó a mí. Mafuyu había empezado a comer mejor, era bastante tímido por lo que nunca hemos salido juntos ya que los reporteros le darían más atención a mi hijo que a mí. El pequeño perro se acercó a mí y empezó a dar vueltas a mi alrededor, les pagué a los mejores veterinarios para que examinaran a Kedama y nos dijeran los cuidados especiales que requería, por eso, ahora este pequeño pomerania vivía alegremente—. ¿Me extrañaste, mi niño?.

—Claro que sí, papi Ugetsu—respondió con su sonrisa radiante e inocente, ya tomó la costumbre de llamarme "papá" y me considera uno. Ha hecho un gran avance, aunque a veces pareciera que su pasado lo atormentara, él sonríe y se esfuerza por seguir adelante. Me encargué de que viva de la forma más cómoda posible, no suelo comprarle muchas cosas ya que no podría determinar que le gusta con exactitud, pero cada vez que le regalo algo sus ojos brillan.

—¿Kedama se portó bien?—pregunté mientras me servía una taza de café, el pequeño volvió a dirigir su atención en sus múltiples juguetes.

—Sí, papá—respondió casi automáticamente. La noticia de que yo había adoptado a un niño generó mucha polémica en las redes sociales y en el noticiero, muchas personas se pusieron en contra de que yo haya adoptado a un niño a mis 19 años, pero en estos últimos dos años las cosas se calmaron y como probé que soy un buen padre, no han puesto más quejas ni comentarios. Aunque sinceramente el pequeño Kedama me ha robado fans, Mafuyu suele grabar videos de Kedama jugando y los pública logrando ganarse miles de fans.

Mientras la cafetera hacía su trabajo de calentar el café, fuí a abrazar a Mafuyu.

—Te extrañé, mi niño—le susurré recostando su cara de mi pecho.

He sido madre y padre para Mafuyu, él no necesita de nadie más, ya se lo he demostrado. Siempre viví con mis abuelos, no sabía cómo era una familia normal ni nada por el estilo.

Aún así, hice con Mafuyu algo que ambos necesitábamos y queríamos: formar una familia.

Solo seremos Mafuyu, Kedama y yo.

Su hijo (Given)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora