Capítulo 21.5: Un mal presagio

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Narra Ugetsu Murata

Me siento extraño... tengo la sensación de que algo sucedió. Estoy demasiado inquieto.

—¿Cuánto falta para llegar, papi Ugetsu?—preguntó Mafuyu.

—No sé—respondí. Inconcientemente yo movía mi pierna debido a la inquietud que sentía.

Estábamos en el avión que nos lleva a Japón, la gente abordo estaba metida en sus asuntos charlando o durmiendo. Mafuyu tenía colocado mi suéter negro y estaba acurrucado abrazando mi brazo, el cuerpo del pelirrojo ocupaba dos asiento, en cambio yo estaba ocupando el asiento junto a la ventana, me gusta ver el cielo así de despejado.

—¿Que sucede, papi?—habló nuevamente Mafuyu, probablemente se percató de mi ansiedad.

—Mafu, sé que algo malo pasó allá en Japón, estoy seguro de que algo le pasó a Haruki, y no me vengas con que estoy paranoico porque no me vas a quitar de la cabeza que algo malo pasó.

El menor se quedó callado unos segundos. Mientras yo comencé a masticar un palillo que saqué de mi bolsillo para tratar de calmar mi ansiedad. Pensé que Mafuyu no me diría más nada, pero me equivoqué—Yo también siento algo...—Fue lo que murmuró el pelirrojo.

—¿Qué sientes, hijo?—pregunté acariciando sus rojas hebras para tratar de relajarlo y que así se quede dormido, es mejor que Mafuyu duerma porque el cambio de horario le suele afectar mucho.

—Yo... me siento extraño también... siento como si Ritsuka-chan estuviera triste, pero no triste como lo estaba cuando nos despedimos, sino triste por otra cosa—respondió Mafuyu, luego señaló su pecho con su dedo índice—. Eso lo siento aquí en mi corazón... ya quiero llegar y ver a Ritsuka-chan porque si Ritsuka-chan está triste, es mi deber darle muchos besos y abrazos para que no se sienta triste y no llore.

Me quedé unos segundos procesando las palabras de Mafuyu, mis inquietudes aumentaron ahora que sé que Mafuyu tiene el mismo presentimiento que yo.

—Tranquilo, todo estará bien...—Le susurré.

—¿Tú crees que Ritsuka-chan esté bien?, es que... no quiero que Ritsuka-chan esté triste. Si él llora, entonces yo... yo también...

—Ya, tranquilo, hijo, no tienes por qué llorar, seguro que él está bien al igual que Haruki—le dije, tenía el presentimiento de que no era así, pero no quiero inquietar ni estresar a Mafuyu.

Estoy algo exhausto por la gira. Mi cuerpo exige un merecido descanso, pero no puedo relajarme. Igual fue divertido recorrer lugares turísticos y dar shows en otro continente.

—Papi Ugetsu... ya quiero ver a Ritsuka-chan... ¿podemos ir a casa de Haruki-san al llegar?.

—Está bien, Mafu—respondí, seguí con las caricias en su cabeza, lo suave que se siente su cabello entre mis dedos me tranquiliza—. Oye Mafu, ¿y mi teléfono?.

—¿No lo tienes tú?—cuestionó el pelirrojo. Revisé los bolsillos del suéter que Mafuyu usaba y los bolsillos de mi pantalón, no hay señales de mi teléfono móvil—. Ups...

—Mafu, conozco ese "ups", ¿dónde está mi teléfono?.

—Lo diré solo si papi Ugetsu promete no reaccionar mal—negoció mi hijo.

—Mafu, ¿dónde está mi teléfono?—repetí en un tono más demandante y colocándome de frente al menor.

—Creo que... en el hotel... pero no hay problema, podemos volver y buscarlo, ¿no?.

—¡¿Qué?, ¿cómo y por qué se quedó mi teléfono en el hotel?!—pregunté impactado, pero sin alzar el tono de voz. Ya me estaba comenzando a estresar.

—Es que yo le cambié la contraseña para jugarle una broma a papi Ugetsu, pero me distraje con el peluche de gato negro que se parece a Ritsuka-chan, y se me olvidó guardarlo y se quedó en la mesa que había cerca de mi cama y no fue mi intención dejarlo ahí, yo quería ver cómo papi Ugetsu intentaba adivinar la contraseña y yo no quería dejar el teléfono y es culpa de gato-chan por distraerme y no fue mi intención, yo... yo... lo siento.

Suspiré—Ya no importa, que se lo quede alguien más, da igual. No estoy molesto porque hayas olvidado el teléfono, es solo... que ahí tenía el número de Haruki y pensaba llamarlo al llegar, necesito verlo para sacar las inquietudes de mi cabeza.

—Papi Ugetsu quiere mucho a Haruki-san...—comentó Mafuyu analizandome con la mirada.

—Mafu, entiende, eso es bastante complicado, y decirle a Haruki que lo amo complica más las cosas...

—¿Por qué es complicado, papi?.

—Porque Haruki no tiene los mismos sentimientos por mí. Desde un inicio lo tuve claro: yo no le gusto ni un poco—sonreí aunque por dentro me dolía admitirlo.

Cuando a mí me gustaba alguien, solía seducirlo de distintas formas y terminaba logrando acostarme con esa persona. Pero con Haruki siempre fue distinto... muy distinto a lo que tuve con Akihiko y a la vez es bastante parecido. La sonrisa de Haruki me parece bastante cautivadora, la forma en que acaricia mi cabeza, las bromas que hacía mientras yo tocaba el violín... esas cosas que poco a poco me fueron enamorando. Unos simples detalles que para mí son muy importantes. La ingenuidad de Haruki siempre me parecía tierna, eran lindas sus reacciones cuando yo lo insinuaba. Bajé tanto la guardia ante Haruki que me terminé enamorando de él...

"¡¿De qué te ríes?!"

"Jaja, lo siento, no es nada"

"Siempre te ríes sin motivo mientras toco el violín, Haruki, ¿lo hago mal?, ¿no te gusta como toco?"

"No es eso, es solo... que la expresión que pones mientras tocas es muy seria y me resulta algo hilarante"

"¿Prefieres que ría y baile mientras toco o qué?"

"No, no es eso, es solo que... tienes una muy linda sonrisa, deberías sonreír de vez en cuando, en especial cuando tocas el violín. Es solo una idea que tuve, lo siento, puedes seguir, no voy a reírme"

Simples y comunes palabras me decía Haruki, pero se sentían tan especiales dichas por él.

—Cambiando de tema, papi Ugetsu, ¡adivina cuál es la nueva clave del teléfono!—dijo Mafuyu sonriendo.

—No tiene sentido, perdimos el teléfono...

—¡Adivina, adivina, adivina!—repitió Mafuyu riendo de forma juguetona y divertida, su risa me anima bastante.

—Está bien, está bien... la clave que le pusiste fue... "Mafu2802".

—Nop.

—Mmmm... "Tama2802".

—¡Te equivocaste de nuevo!.

—Me rindo—dije a la final, hay muchas posibles contraseñas que Mafuyu pudo inventar que voy a tardar demasiado adivinandola, mejor rendirme de una.

—¡La clave que le puse al teléfono fue "RitsuFuyuTama2802", estaba muy fácil!.

—Jamás lo hubiera adivinado—reí sin parar las caricias en su cabeza. Mafuyu siempre logra devolverme mi sosiego—. Bueno, Mafu, deberías descansar un poco, ¿no crees?.

—¡Mafu fuerte, Mafu tener energía!—exclamó el pelirrojo sonando más animado que nunca.

—Sí, sé que Mafu es fuerte y tiene energía, pero es mejor que duermas ahora y guardes esas energías para jugar con Ritsuka, ¿no crees?.

—Mmmm... está bien—cedió Mafuyu para luego recostar su cabeza en mi regazo. Acaricié su espalda mientras le tarareaba una canción para tratar de dormirlo.

Era tranquilizante ver a Mafuyu dormir, pero... mis inquietudes no se desvanecían por completo. Sé que a Haruki le pasó algo y nadie va a quitar esa idea de mi cabeza, no me sentiré tranquilo hasta verlo.

Haruki cree que depende mucho de mí, pero soy yo el que depende mucho de Haruki.

Miré el cielo azul claro que estaba totalmente despejado. Tengo un ligero dolor de cabeza...

¿Que sucede, Haruki?.

Su hijo (Given)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora