Su hijo (Given)

Capítulo 24

Falté varios días a clase, no me sentía cómodo yendo a un lugar donde solo me juzgaban por algo que no hice, prefiero quedarme en casa cuidando de Akimi.

—¡A-ki-mi-chan!—exclamé sonriendo tratando de que la aludida comenzara a reír, pero se veía muy molesta, lleva rato con el ceño fruncido—. Supongo que extrañas mucho a tu papá, ¿eh?. Tranquila, papá debe estar por llegar...

Ella estaba acostada en la cama boca arriba abrazando su peluche de ardilla mientras yo estaba sentado a su lado. Akimi tiene una expresión de enojo y se ve que está inquieta. Puede ser que extraña mucho a su papá, o tal vez está así porque está aburrida.

Estos últimos días han transcurrido tranquilos. Aunque, por las noches, Akimi se despierta llorando varias veces, y por instinto Akihiko y yo terminamos levantandonos por lo que el rubio y yo no hemos podido descansar adecuadamente. Ella duerme en la cama con nosotros, aparentemente odia su cuna.

Luego de que Akihiko se va por las mañanas, me quedo jugando con Akimi. Por las tardes, cuando llega Akihiko, ambos bañamos a la bebé y le damos de comer para que se quede dormida. Y, mientras Akimi duerme, Akihiko y yo estudiamos o hacemos alguna cosa juntos.

Hemos manteniendo una buena rutina.

Aunque... hace un par de días, sentí algo extraño en mi pecho y de mi mente no salía la imagen de Ugetsu sonriendo, pero a los minutos sentí un alivio desconocido, eran unas sensaciones extrañas. Sentía cómo si algo malo que estuvo a punto de suceder, a la final no pasó y solo quedó el susto experimentado. Fue bastante raro.

He querido ir a ver a Ugetsu, pero no sé si sería desubicado de mi parte visitarlo de repente, tampoco sé con qué cara mirarlo. Además, si voy a casa de Ugetsu, él quedaría más involucrado en todo este problema con la familia Uenoyama y tal vez los padres de Ritsuka busquen ponerlo en peligro. No quiero que Ugetsu sufra también.

Y... ayer soñé con Ritsuka, fue un agradable sueño, él estaba muy sonriente y feliz mientras me llamaba para que yo caminara a su lado por el parque, fue bastante corto mi sueño, pero a la vez muy lindo. Durante la mañana pensé en Ritsuka y en todo lo que viví con él. Esos recuerdos que creamos en primavera, se van deshaciendo en este desastroso otoño...

Escuché un estruendo proviniente de la sala producto de la llegada de Akihiko. Cargué a Akimi para luego dirigirme a la sala dónde supongo está el mayor.

—Ya llegué—anunció Akihiko arrojando su mochila al sofá para luego acercarse a mí. Pensé que la reacción de la bebé al ver a su padre sería de emoción, pero la bebé simplemente desvió la mirada hacia otro lado ignorando completamente al rubio—. También te extrañé, hija.

Akihiko cargó a la bebé y le dió un dulce beso en la mejilla, la bebé lo miró molesta unos segundos y luego rodeó el cuello del mayor con sus brazos.

—Ella también te extrañó mucho aunque no lo demuestre tanto—comenté acercándome a Akihiko para darle un dulce beso en los labios, me dedicó una dulce sonrisa.

—Muchas gracias por cuidarla como siempre. Eres increíble, en serio no te merezco—dijo el rubio con una pequeña sonrisa en sus labios.

—No digas eso, no es así realmente...—musité colocando mis manos en sus mejillas para que me mirara, pero el rubio evitaba el contacto visual conmigo—oye...

—Haruki...—habló el rubio aún sin mirarme— a mí... me gustaría mucho que Akimi llevara tus apellidos, y que tú la adoptaras... aunque es solo una idea egoísta en la que he pensado.

—Que Akimi lleve mis apellidos o que yo la adopte sería casi imposible ahora, no porque no quiera, sino por las circunstancias en las que estamos—dije fijando mi mirada en la bebé que sonreía estando acurrucada en el pecho de su padre. Akihiko seguía mirando hacia otro lado con cierta pena, nuevamente tomé sus mejillas para que me mire y esta vez conseguí hacer contacto visual—. Pero, como le dije una vez a Ritsuka, no hace falta unos absurdos papeles si hay cariño, la quiero como una hija y eso es suficiente por ahora.