38.- El final del torneo

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La prensa se cebó con la actuación de los campeones oficiales. Pese a que Hermione había logrado completar la tarea, sus lesiones eran serias. A Ron lo consideraban un payaso, y elucubraban como era posible que el cáliz hubiese escogido a semejante incompetente. Y respecto a Isabeau, bueno... por su expediente académico era claro que no le faltaba inteligencia, pero era narcisista y estaba acostumbrada a que todo el mundo en su entorno se doblegara a su voluntad. Así que después de masticar y escupir a los tres, aireando en las páginas impresas cada nimio detalle, turbio, embarazoso o simplemente jugosos cotilleos. Para después proceder a diseccionar al detalle la actuación de los tres "segundos", tanto en la primera como la segunda prueba, elucubrando con los hechizos empleados y poniendo de relieve su dominio mágico.

Evans ignoró por completo los repetidos intentos del Director de entablar conversación, sus cartas (redirigidas sin abrir directamente al bufete de abogados) y cualquier otra forma de comunicación. Entre impartir clases, sus estudios privados de sanación, y su proyecto de familia y amigos, Evans tenía gran parte de su tiempo ocupado. Lo más lejos de su mente, desde luego, la tercera prueba del torneo.

Dora cumplió su parte del contrato. Con una cuidadosa mezcla de tecnología muggle y magia, logrado tres embriones. Uno se implantó de inmediato y estaba desarrollándose perfectamente en esos precisos momentos. Y eso tenía a Evans, a Severus, Sirius, Remus y muchos otros con ilusionadas sonrisitas. Por supuesto, todo se estaba llevando con estricto secreto, así que en las vacaciones de Pascua hicieron un viaje relámpago en familia a Bulgaria, y aprovecharon para hacer compras en su bullicioso distrito comercial en previsión de la llegada del bebé.

Albus estaba desesperado. Había tenido que instalar una réplica de su despacho en una salita de reuniones bajo su despacho, porque los cuadros de los antiguos directores le estaban volviendo loco. Afortunadamente, su hechizo para contenerlos dentro de los marcos resistía, aunque Phineas había logrado huir del suyo antes de colocarlo.

Con un Augurey que había encontrado en el mercado negro, y haciendo uso de liberales hechizos y transformaciones, incluso tenía un "fénix" en su percha. Resolver el problema de encontrar un suministro alternativo de lágrimas fénix para su habitual "tónico revitalizante" había sido mucho más difícil. Y sin fondos "especiales" para costear gastos extras, aún más. Pero incluso así, era inevitable pasar parte del tiempo bajo el asalto de críticas y quejas de los retratos, porque sus artefactos e instrumentos, anclados y alimentados pos las protecciones de la escuela, no funcionarían apropiadamente en otra ubicación. No sin reestructurarlas para crear un nuevo nodo en diferente ubicación.

¡Harry estaba arruinando todo su Torneo! ¡Haciendo mofa de sus esfuerzos! Claro que no toda la culpa era de él, claro. Subyugado bajo la corrupta influencia de Prince, los Malfoy, e incluso los traidores de Sirius y Remus, era indiscutible que toda muestra de valor y heroísmo había sido duramente sofocada. Pero claro, ¿Cómo iba a hacer alardes de osadía si lo único que le estaban enseñando era a tratar empachos y hacer tontas pociones? Albus paseó nerviosamente delante de su nuevo "Fawkes" hasta casi marear al pobre pájaro, que trinó lastimosamente, con tono lúgubre y deprimente.

Tirándole una chuchería para acallarle, el Director se mesó la barba pensativamente, retorciéndosela entre los dedos. Tal vez no todo era tan malo... desde luego, el chico tenía recursos. Ingeniárselas para salir airoso con magia tan simple... sonriendo alegremente, Albus subió las escaleras con las túnicas sujetas por encima de las rodillas para subir los escalones de dos en dos. Recorrió su biblioteca privada con los ojos, seleccionando rápidamente varios volúmenes.

Por supuesto, ¡él podía encargarse de ampliar el repertorio de hechizos de Harry!. Con "Maldiciones perfectamente legales para el mago de hoy", "101 bromas, maldiciones y hechizos" y "Derrote elegantemente a su enemigo sin tener que llamar a su abogado" entre las manos, Albus ignoró las voces de los cuadros y comenzó alegremente a poner compulsiones, antes de envolverlos en un chillón papel de colorines. Harry iba a tener oportunidad de lucirse.

Una Pareja ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora