13.- Un anuncio por palabras

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Usando una poción en cierta manera similar al Multijugos, pero que se alimentaba con una memoria o memorias de la persona a la que se deseaba suplantar, y que se empapaba en unas ropas procedentes de esta o al menos idénticas a las que la persona solía usar, Evans obtuvo una especie de marioneta vagamente animada. Incapaz de pensamiento autónomo, pero capaz de repetir una frase o unos pocos gestos.

Con la pizarra dando detalladas instrucciones para comenzar a revisar el temario usando las hojas de preguntas dispuestas en las mesas, y una breve y fantasmagórica aparición del sosias casi al final de la clase, aferrando una papelera y murmurando que podían llevarse los test (recopilación de exámenes de años anteriores) entre arcadas contenidas... y nadie se percató de la ausencia del verdadero Quirrel.

Evans mantuvo la pretensión de atender a la supuesta enfermedad de Severus durante unos días, apareciendo luego tan solo para las clases de los cursos que se examinaban de Éxtasis y Timos. Cuando se recobró lo bastante, Severus reapareció, pálido y malhumorado, centrándose en la revisión del temario de sus estudiantes. Aun le quedaban varios ciclos de tedioso remojo en leche de burra y su raro, especialísimo jabón...

No fue hasta casi dos semanas después del incidente del bosque cuando Quirrel dejó de aparecer en clases, pero su prolongada ausencia aun tardó en ser notada por el Director. Las fechas y horas de los examen habían de ser fijados y Quirrel no se presentó a la reunión de profesores. Filch fue enviado a buscarle y regresó exclamando que el profesor no estaba en sus habitaciones. Evans había retirado todas las pertenencias que podían ser de utilidad: cartas, diarios, una varita de más, y destruido cualquier resto o residuo corporal perteneciente al poseído profesor. Ni ropas ni libros, nada. Dejó los restos de pociones que indicaban que el hombre estaba gravemente enfermo y los montones de ajo que usaba para ocultar el olor de un cuerpo en decadencia.

Albus se desconcertó por completo. El profesor no había dejado la escuela, las barreras le habrían advertido de ello y pasó a la siguiente suposición. Estaba enfermo, y probablemente se había colapsado en algún rincón... Los profesores fueron enviados en su busca, y Severus masculló que no estaba aún en condiciones de andar correteando en pos de un idiota incapaz de cuidar de sí mismo. Una gripe mágica deja el cuerpo agotado, con los niveles mágicos por los suelos. Evans y él abandonaron la sala. Cuando los profesores fallaron en encontrar a su colega desaparecido, Albus intentó localizarle usando un Patronus, pero el elegante fénix conjurado le miró con incredulidad revoloteó a su alrededor y se disolvió en humo sin hacerle caso.

Los inminentes exámenes dejaron poco tiempo para buscar al hombre, y Evans suplió graciosamente la ausencia del profesor presentando exámenes escritos para los alumnos que no recibían pruebas oficiales del Ministerio. Los otros profesores tuvieron que encargarse de las pruebas prácticas, repartiendo entre todos la carga de trabajo.

Dumbledore tiró la toalla. Se acabó el curso y Quirrel no aparecía por ningún lado. Era posible que hubiese dejado la escuela usando alguno de los pasadizos secretos. Con un suspiro apesadumbrado decidió chequear el estado de su fantástico laberinto de pruebas. Nada estaba fuera de lugar, y entró a la sala de paredes de piedra donde reposaba el espejo de Oesed. Al principio nada llamó su atención, pero de repente, un toque de color morado atrajo su vista... ¿Qué demonios hace el turbante de Quirrel aquí?! El anciano mago se plantó delante del espejo y este devolvió su imagen y algo más... pero no la piedra. Maldiciendo profusamente, y efectuando comprobaciones, Albus dejó el lugar preguntándose cómo iba a decirle a Flamel que había perdido la Piedra Filosofal... porque confesar que uno de sus profesores la había robado bajo sus propias narices estaba fuera de lugar.

Por si no fuese poco, a los pocos días, el Wizengamot le mandó una nueva citación... Potter había interpuesto una demanda. ¡Como si un niño supiese lo que era eso! Arrugó el pergamino y lo tiró malhumorado al fuego. ¿Es que el maldito Severus no iba a comportarse nunca? Con el poder de Potter respaldándole era un elemento peligroso... demasiado para dejarle suelto... tenía que traerle al redil de nuevo... y con él, a Potter.

Una Pareja ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora