Capítulo 66

6.7K 395 7
                                    

Renzo

Son exactamente treinta y ocho días desde que Mía fue secuestra.

Mario nos ha tenido jugando como si fuéramos sus títeres, los muñecos que maneja a su querer. Nos ha llevado a emboscadas falsificando pistas del paradero de Mía, primero, a una casa a la otra punta del país, segundo, a unos túneles subterráneos, y tercer, y último, y uno de sus más jodidos juegos, a una oficina forense, cosa que me volvía loco. Él quería volverme loco con tantos juegos y maquinaciones, pero no, por más trampas y desafíos, la encontraría.

Con la evidencia que entregué a los oficiales, la carta, el collar y el acta de defunción, se declaró el caso de Alison vuelto a abrir. Mario era el único y posible sospechoso. Él padre de Alison, el señor Hamilton, llego desde New york al ser notificado que el caso de su hija era abierto. No pude hablar con él, tampoco es que me lo permitiera, pero una mañana cruzamos por ese pasadizo inhóspito de la comisaría, y con una mirada, nos dimos a entender que después de muchos años esa duda y culpa que cargábamos sobre los hombros nunca fue nuestra.

Había sido necesario exhumar su cuerpo, yo no lo hubiese querido de ese modo, pero era indispensable para la investigación. Además, sin esa prueba de ADN en sus uñas, no se habría determinado que, en verdad, como dijo Jason Morgan, Mario es su asesino.

Esa fue la primera semana después de enterarme que mi primo mató a mi novia, por celos, por egoísmo, por miedo...Ya ni importa el por qué. Esa semana fue, combinado con el estrés y la desesperación de encontrar a Mía, un celescopio de emociones. Todos abrumadoras y aterradoras al tiempo.

Ah, y después, no sabía si crearme algún tipo de esperanza sobre esta nueva pista que aseguraba donde podría estar Mía, pero aún así, aunque lo intentara, el hecho de imaginarme más cerca de ella me llenaba.

Esta señal, que era vaga y poco probable, nos llevaba a las afueras de la ciudad a un pequeño pueblo, adentrándose en unas de las casas que yacían en los bosques, de esas casas que llevaban un siglo ahí. Pero también podría ser un juego más de Mario, una más de sus tetras, como también su equivocación al comprar una propiedad con dinero lavado y una identificación falsa.

Eso muy pronto se descubriría, para ser exactos, mañana. 

Una Boda Por Un Contrato [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora