Capítulo 34

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Renzo

Mía acababa de desaparecer por el pasillo, y mientras la veo irse, pienso en que hay errores que uno comete sin saber que los esta cometiendo, como contratar al exnovio de la mujer con la que tienes un contrato de boda.

Buscaba a Mía porque se había olvidado su teléfono en mi despacho, y cuando la encuentro, la veo con Alejandro, de quien tenía una buena impresión hasta saber qué papel interpretaba en la vida de Mía. Fueron minutos incómodos de conversación, él se veía desconcertado, y ella... Tal vez no había adjetivo correcto para su expresión.

No lo voy a negar, quizás frente a Mía sí, pero me sentía celoso cada vez que Alejandro la observaba por respuestas. Ellos dos ya no tenían algún vínculo que los unía, él la había dejado, y ahora era yo quien estaba con ella. No obstante, por más que yo quisiera ignorarlo, era Mía la que tenía la última palabra. Y cuando las lágrimas empezaron a escurrirse por su rostro, mientras Alejandro nos dejaba solos, vi como algo en ella se volvía a romper. Entonces la abrace, y ese fue el abrazo más sincero que había dado en los últimos ocho años.

No podía despedir a Alejandro por el simple hecho de que se lo había prometido a Lexur, y sabiendo que él fue quien me abrió el testamento de mi abuelo, no podía hacerle tal bajeza. Quizás Alejandro pudiera pedir su renuncia, pero, con la aparición de Mía, dudara que lo hiciera. Solo me quedaba hacer que entre ellos dos no reviviera algún sentimiento y que supusiera algún peligro para tener mi herencia, cosa que esperaba que Mía ayudara al ver que tenía un contrato por cumplir.

Con la cabeza hecha un lio, el pecho apretado y pasos apresurados llego al despacho de Axel.

-Buenas tardes Señor Ferran. – saluda su nueva secretaria, rubia y regordeta. - ¿Está buscando...

- ¿Esta Axel adentro? – la corto porque no estoy para protocoles ahora.

-Sí, él está adentro sin compañía. – dice tomando el intercomunicador. – En estos mo...

-No te preocupes, ya paso. – digo exigente.

Cuando traspaso la puerta del despacho de Axel lo veo escribiendo en el computador. Está tan concentrado en el trabajo que da un pequeño salto cuando entro sin avisar.

-El ex novio de Mía es Alejandro. – suelto apresurado.

Axel queda boquiabierto, pasmado unos segundos hasta que se retuerce en su sillón y dice.

- ¡¿Qué?! – pregunta dejando el lapicero que tenía en mano. – ¿Es el mismo Alejandro que envió Lexur?

Asiento en afirmación.

-Sí, ese Alejandro. – aprieto la quijada cuando pronunció su nombre. – Maldita sea el momento en que le hice ese favor a Lexur, si no lo hubiera hecho, Mía y él no se hubieran topado en el pasillo hace unos minutos.

Recuerdo el momento justo cuando los vi en el pasillo, él la tenía muy cerca, casi rodeando su cintura, pero cuando grité el nombre de Mía fue ella quien puso distancia.

- ¿Crees que él sospeche de algo? – Al igual que Axel estábamos considerando sobre si Alejandro podría ser un inconveniente para nuestros planes, quizás lo fuera para Mía, con tantos recuerdo y sentimientos viniendo como una avalancha tal vez la hiciera dudar sobre lo que firmo, pero tenía esperanzas en que todo se quedara solo en pensamientos. Y que, de cierta forma que aún no tenía clara, Mía me eligiera a mí.

- No lo creo. – respondí. – Mía no se atrevería a contarle lo del contrato. – La defiendo de toda duda que tiene Axel sobre ella. - Además, ellos terminaron hace más de dos años, las fechas sobre nuestra farsa concuerda.

Una Boda Por Un Contrato [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora