Mía
Los padres de Renzo se ven muy entusiasmados, ilusionados para ser más exactos.
Laura es una mujer delgada y de estatura mediana, lleva un vestido verde que solo resalta sus ojos, mientras que Gabriel viste un traje azul sobrio. Tomo todo de mi autocontrol para hacer retroceder los recuerdos de mis padres tomados de la mano, sonriendo, felices. Pero los recuerdos llegan, de golpe, amenazando derrumbarme.
Estiro el brazo para saludar, pero en vez de un apretón de manos Laura me jala para fundirnos en un abrazo, sin saberlo me está consolando. Se lo agradezco. Mientas que con Gabriel solo basta con un rose de manos y unas palabras de bienvenida. Sonrío cuando ellos ponen de toda su atención sobre mí, y no son los únicos, porque desde que llegamos las miradas de extraños no me sueltan.
Renzo gira la cabeza como si estuviera buscando algo o a alguien, sé que lo encuentra cuando ensancha los labios en una sonrisa.
Una mujer delgada, de cabello rubio y suelto, como de mi edad y estatura, se acerca a nosotros. Lleva un vestido color vino que aprieta su silueta y unos tacones negros. Sus pasos son agraciados y rápidos. En unos segundos ya está cerca nuestro y salta con un abrazo para Renzo.
- Llegaste, te extrañé mucho- dice la rubia.
- Yo también te extrañé pequeña- responde Renzo - Mía, te presento a mi prima, Lina.
Lina, me parece un nombre muy lindo y curioso. Único. Me acerco y le estiro la mano, ella al igual que Laura me jala para envolverme en un abrazo.
- Por fin tengo una prima- sonríe y me observa de pies a cabeza - Te ves muy hermosa.
Espero que mis nervios no se hagan notar en mi palabras o movimientos, porque sentía que con tantas miradas podía caer. Pero Renzo me sostenía por la cintura, esta noche no caería. Observó alrededor de toda la estancia, ningún conocido, a excepción de Axel y Emma que están en una esquina besándose sin pudor.
Emma me había dicho que Mario asistiría a la celebración, y si todo lo que decían de él era verdad tendría que cuidarme, pero desconociendo su rostro no sabía de quién hacerlo. ¿Quién era Mario? ¿Cómo actuaría Renzo si lo viera?
- ¡Maldición! – exclama Lina atrayendo la atención de todos - No lo puedo creer.
Estoy perdida por un momento, ¿qué es lo que acaba de pasar? No tardé en darme cuenta hacia donde iban todas las miradas, a mi mano izquierda y el anillo de compromiso. Lina toma mi mano y la enrolla haciendo relucir el aro con diamante.
Laura y Gabriel, que están frente nuestro, observan asombrados a Renzo.
- ¿Cómo fue que pasó? – pregunta Laura.
Renzo no tarda en responder, con lo planeado y ordenado que es seguro ya tenía previsto respuesta para toda clase de preguntas. Pero me hubiera gustado de las comparta conmigo antes, no quería quedarme con la cabeza en blanco cuando alguien preguntara cosas que se suponía que debía saber.
- Fue hace tres meses. – empieza la mentira - Fuimos a cenar, después la llevé a la playa y se lo propuse. – Renzo me aprieta a su pecho y me besa la sien. Sonrío para fingir, y ahogo mi incomodidad hasta el fondo de mi ser. Hace más de un par de años que ningún hombre me tocaba de esa manera, delicada y cariñosa. Es una mentira, cada movimiento de él y mío son una farsa.
Sé que no es posible, pero una vez pensé que así sería como me propondría matrimonio. Podría parecer algo sencillo para unos, pero la maravilla de ver la luna reflejada en el agua, el aire frío corriendo, el sonido de las olas chocar y la arena en tus pies, era el lugar perfecto para marcar el inicio de una promesa. No fue así como me lo propusieron, pero no dejo de ser un hermoso momento.
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Una Boda Por Un Contrato [Completo]
Romansa¨Una firma puede cambiarlo todo¨ Renzo tiene una herencia que poseer y una cláusula que cumplir para que esta esté en sus manos. Mía es una chica dulce, amable y protectora, y no imaginó que estaría a punto de perder al ser que más quiere y que toda...