🍒 Cereza Veintiuno 🍒

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Para Jungkook, era desgastante tener que ver a Jimin sumido en la depresión. Él conocía ese término mejor que nadie y sabe que la depresión no es ningún juego, que es algo mucho más fuerte que la mente sana de una persona y lo difícil que es ayudar a alguien para que pueda sanar, sabía todo eso. Pero Jungkook empezaba a tener problemas para seguir esperando por la verdad qué le ocultaba Jimin, cuando hubo días que no pudo cerrar un ojo por escucharlo llorar o, por las veces que lo engañaba diciendo que recordaba a su padre y eso lo hacía sentimental, cuando la verdad era que se guardaba todo para él, todo su sufrimiento y dolor, para no tener que dar explicaciones. Y si era verdad, Jimin no tenía por qué explicar nada a Jungkook si no quería, ¿pero cómo se supone que uno puede vivir tranquilo, sabiendo que hay algo qué está carcomiendo a la persona que más amas?.

Jungkook espero, esperó durante seis meses, esperó que el propio Park sea el que le cuente completamente todo, pero eso nunca pasó, y pensó varias veces en seguir esperándolo, pero a medida que los días pasaban, el rubio parecía no mejorar. Las noches depresivas y el alma oscura, seguían ahí. Consumiendo a la persona que daría todo por salvarlo, a la persona que no debería guardarse tanto dolor para sí mismo.

Nadie merece sentirse tan roto. Tan Nadie. Tan Insuficiente. Tan Poco.

Bajó los ojos hacia las nota de números telefónicos de su agenda y comprendió que sólo le faltaba una persona a quien llamar. Su cabeza daba vueltas y sentió una leve desesperación en su interior, un presentimiento extraño. Pero se armó de valor, porque ya fueron catorce llamadas a distintas partes y no se rendiría hasta conseguir la más mínima respuesta, aunque sea.

Con el estómago revuelto, marcó el número del terapeuta, sonó una vez y luego fue atendido.

—Buenas tardes, soy Jeon Jungkook.

Buenas tardes, yo soy Han Seo Jun, señor. ¿En qué puedo ayudarlo?.

—Sí, más bien llamo a preguntar algunas cosas si no lo molesta.

El hombre del otro lado de la línea, pareció extrañado.

No es molestia, siempre y cuando pueda contestarlas.

Jungkook esperó un momento antes de hablar, lo que llenó la línea de silencio.

—Ha tenido un paciente llamado Park Jimin, ¿es verdad?.

Disculpe, esa información es reservada, ¿quién es usted?.

—Soy un amigo suyo. Conozco las normas de las terapias, sé que es información confidencial, pero sólo llamaba para saber si es que seguía asistiendo a las terapias. Su abuela me ha llamada y me ha dicho que cree que su nieto no va a sus consultas, ¿eso es cierto? Todos estamos preocupados por su salud y no sería correcto que nos esté engañando de esa manera. —Mintió Jeon.

El hombre pareció suspirar profundamente.

¿Es usted Kim Seokjin? —Jungkook carraspeó para asentir. —. Me alegra volver a comunicarme con usted, Kim, ya hace tiempo que perdimos la comunicación. Park Jimin no volvió a a sus consultas desde principios de marzo, creí que estaba enterado de su abandono, en realidad.

Jungkook se quedó sin aire.

Dígame, señor Kim —Quiso saber Han tras otra pausa. —, ¿sabe algo de mi paciente?, ¿cómo lo ve?.

—É-él... No creo verlo muy bien —Retomó su bienestar y jadeó. —. Doctor, ¿podría saber por qué decidió dejar la terapia?.

He pensando en su situación durante mucho tiempo, es casi normal que los pacientes decidan abandonar sus terapias por cansancio, por ver que no han revolucionado... Park siempre fue un chico muy inseguro, usted sabe que desde la primera vez que pisó mi consulta quiso irse. Él es un paciente difícil, su trauma es algo sensible y creo que eso de dejar de asistir aquí para que se encierre en sí mismo, es algo habitual en personas con el mismo pasado.

🍒 Sabor A Cereza 🍒『KOOKMIN』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora