🍒 Cereza Veintiséis 🍒

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Una ira inadmisible lo controlaba, incapaz de recapacitar, exigiéndole a su vez seguir con su furia hasta verlo en sus últimas. La inestabilidad de su juicio estaba peligrando, no especulaba lo que estaba haciendo, pero su latido voraz le recordaba lo que ese hombre estaba haciendo segundos atrás, carcomiendo su mente, visualizando el hecho como un disco rayado, estallando cada vez más furioso. Sus puños impactando el rostro magullado del hombre dejándolo sin aire, se repetían una y otra vez.

Por otro lado, el rubio miraba un punto fijo, desorientado, ignorando que a centímetros yacía un hombre tirado sobre un charco de agua, mezclándola con sangre e ignorando que a centímetros yacía otro hombre encima de aquel cuerpo destrozándole el rostro bajo un farol que los iluminaba. Se sentía incapaz de moverse, quería expresar algunas palabras, pero de alguna manera, el shock seguía presente.

­—¡Bestia!.

Jadeante en medio de la tormenta, fue el grito violento de Jungkook que lo trajo de vuelta a la realidad. Aquella declamación jamás escuchada en él le hizo recordar lo inútil que podía llegar a ser, la manera en que todas las personas eran capaces de defenderse sin tener miedo, mientras tanto él; dejaba ser abusado, violentado, insultado y la cobardía nunca le permitió más.

Ver como Jungkook le propinaba tantos golpes al vagabundo le oprimía el estómago, dejándolo inmóvil, sin saber qué hacer. La euforia gritaba por todos los músculos de su cuerpo, que se contraían bajo la ropa mojada. El aura negra que albergaba como sombra producía una vibra de horror, forzando a Jimin sentir escalofríos, temiendo por lo irreconocible y salvaje que se veía el castaño.

—¡Vamos, maldito! ¡Métete con alguien de tu tamaño! —Amenazó tras otro golpe en la barbilla. —. ¡Demuéstrame lo machito que estabas siendo! ¡Vamos!.

—¡Jungkook! —Gritó un cuarto, corriendo hacia él. —, ¿qué estás haciendo? ¡Ya suéltalo!.

—¡No te metas, Jackson! ¡Acabaré con éste cobarde de mierda! —Lo agarró del cuello de la remera. —. ¡Mírame, hijo de puta! ¡Voy a terminar contigo!.

Jackson se metió entre ambos, obligándolo a separarse, empujó a Jungkook y éste rápidamente se puso de pie, caminando hacia el hombre para volver a agarrarlo. No obstante, el peli negro se puso en su frente y le empujó con ambas manos, logrando que sólo dé unos pasos atrás.

—¡Éste señor es el de los problemas mentales, joder! —Afirmó. —, va siempre a la playa, tiene alzhéimer. ¡Déjalo ya!.

Aun así, la expresión de Jungkook no cambiaba, seguía apretando los dientes y los puños cerrados, ansioso por volver a darle su merecido, como un león queriendo terminar una batalla con otro. Jackson volvió a apartarlo y le señaló a Jimin, quien seguía en el suelo, pálido. En ese momento, como si acababa de ver a un ángel, su mirada se ablandó, dejando atrás al vagabundo, quien se levantó y corrió apresuradamente de sus vistas, se sacó la campera negra, se le acercó y se puso de rodillas a su lado, sus manos temblaban por los impactos, coloreándose los nudillos de sangre.

—¿Estás herido? —Le preguntó, Jimin movió la cabeza en negación. Con la campera le cubrió la cara para que la lluvia no lo molestase y luego pasó un brazo por debajo de la espalda y otra por debajo de sus piernas, alzándolo del suelo.

Lo que ocurrió después, Jimin ya no lo sabía, pues a pesar de tener el rostro cubierto, tenía los ojos cerrados, sólo escuchó como la puerta de un coche era abierta y seguidamente estaba adentrándose allí, temblando de frío. El cálido interior del coche lo abrazó.

🍒 Sabor A Cereza 🍒『KOOKMIN』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora