🍒 Cereza Veintitrés 🍒

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Le puso la comida en su plato y seguidamente fue a buscarlo. Al entrar en la habitación, se sentó de cuclillas y le extendió los brazos, llamando con la voz más tierna y dulce que tenía. El caniche movió la colita con emoción y saltó por él, dejándole varios besitos por toda la cara. Eso hizo que Jimin sonriera por las cosquillas.

—Vamos a comer, Cookito —Le alzó en brazos y juntos fueron hasta la sala principal y tras darle un beso en la cabeza, le bajó al suelo y Cook empezó a comer. —. Tengo que ir a casa un rato, por favor no te pongas triste, prometo que volveré.

Y caminando de puntitas para que no logre escucharlo, salió del departamento. Estaba quedándose con Jungkook desde que le había contado todo, el castaño se preocupaba tanto por él que quería tenerlo cerca y eso a Jimin le gustaba. Le gustaba ser parte de los días de su menor, le gustaba verlo llegar de su trabajo y abrazarlo y besarlo mientras le daba de comer en la boca, como un bebé. Entre ellos nada ha cambiado, pero sin duda el amor crecía todos los días y juntos eran empalagosos. Estaban acostumbrados tan mal a estar juntos, que no sabían si era algo completamente correcto, pues no se dejaban solos a no ser que tengan obligaciones de la vida de adultos que los obligue a separarse durante unas horas. Pero al final del día siempre volvían a estar juntos.

En los brazos y en el calor del otro.

Era sábado y ya hacía cinco días que iba a las consultas con la doctora Jane, que sin duda, eran las mejores consultas que Jimin no sabía que podían llegar a existir. Esa mujer era sublime y encantadora, tan realista y tan fabulosa que el rubio estaba feliz por tenerla en su vida. Con ella, algo horroroso y terriblemente doloroso, podía ser mejor de sobrellevar. Más fácil y más liviano, como si ella no le hiciera temer de ninguna manera y lo protegía bajo sus palabras tan sabias y tan llenas de significados. 

Su mente dejó de divagar por las cosas que últimamente le hacían vivir de la forma más explosiva y alegre al llegar frente a su apartamento. Pagó al Uber y seguidamente bajó del coche. Su sorpresa y ojos se agrandó al ver a una persona allí, frente a la puerta. Se acercó rápidamente con una gran sonrisa que alegró al otro.

—¡Taehyung! —Saltó a abrazarlo y éste no dudó en ajustarlo a sus brazos.

—¡Jimin!.

—Qué sorpresa que estés aquí —El más alto le dio un beso en la cabeza y terminaron alejándose.

—Te extrañaba. —Admitió.

—¿Hace cuánto que estás aquí afuera? Si me avisabas que vendrías, hubiese venido mucho más temprano. —Se acercó a abrir la puerta y lo dejó pasar primero.

—Sólo hace cinco minutos, yo pensé que simplemente no me querías abrir. —Bromeó y ambos rieron.

—¿Cómo crees? —Al llegar frente a la puerta de su apartamento, volvió a abrir con llave. —. Sólo pido disculpas por el desorden.

—Uy, si vieras mi apartamento.

Se adentraron y Jimin le pidió que se sentara en el sofá, mientras él le servía un poco de agua. Segundos después volvió junto a su amigo.

—Siento mucho tener que ofrecerte solo agua, como hace unos días no estuve por aquí, mi nevera está vacía, para mi sorpresa había una botella de agua fría.

—No te preocupes de nada, pero dime, ¿por qué no estás en tu casa? ¿Viajaste?.

—No, voy a quedarme en la casa de Jungkook, ¿te acuerdas de él, el muchacho que me acompañó en la gala?.

🍒 Sabor A Cereza 🍒『KOOKMIN』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora