🍒 Cereza Dos 🍒

1.3K 133 20
                                    


≻───── ⋆✩⋆ ─────≺

—No entiendo porqué estamos aquí, pero gracias, tengo que irme —Dijo Jimin, volteándose a dirección contraria de la puerta. Jungkook le agarró de ambos hombros y volvió a ponerlo a espaldas suyo. —. Tengo cosas que hacer. —Dijo tras un suspiro.

—No creo que tengas nada más que hacer, si no fuese por mí, estarías muerto en estos momentos.

—Bueno, planear mi segunda parada me lleva tiempo. —Jungkook prefirió no responder, pues le estresaba el pensamiento del rubio.

—Bien, escucha... —Le volteó hacia él, quedando nuevamente cara a cara. —, sé que no soy nadie para cuestionarte nada y mucho menos para intentar cambiar tus pensamientos, seguramente me estás odiando por esto, y lo entiendo, soy un completo desconocido para ti y que me esté metiendo en tu vida es algo loco...

Jimin, simplemente no podía creer que la misma belleza le estaba hablando frente a sus narices y de paso le estaba abofeteando. Jamás había visto a una persona tan guapa como lo es ese socorrista. Jungkook estaba cerca de él, y podía ver la piel de su rostro en 3D y le era imposible encontrar alguna imperfección. Su piel más morena y bronceada que la suya brillaba, demostrando lo saludable que era, sus ojos color café en forma de Bambi, parecían impregnarse en su centro de atención. Jimin, inconscientemente bajó su mirada a los labios del más alto, eran finos y rojos como pétalos de rosas, y sus dientes; joder, nunca había visto dientes tan blancos, tan brillantes y tan perfectos como las de Jungkook.

—Y es importante para mí, espero que también lo sea para ti. —Jimin parpadeó dos veces al escucharlo.

—¿Disculpa?.

—¿Qué? —Dijo un Jungkook algo indignado. —¿no me estabas escuchando? —Jimin no respondió. Jungkook suspiró. —. Te estaba diciendo que en este lugar hay varias fotografías de algunas personas y me gustaría hablarte un poco al respecto.

El rubio no le respondió, bajó su mirada a las manos de Jungkook que estaban sujetándolo de los hombros. El más alto al notarlo, lo soltó.

—Ven, no te llevará ni cinco minutos.

—No estoy de humor para esto —Jungkook abrió la puerta y se adentró. Jimin se quedó mirando desde afuera, algo inseguro. —. ¿Por qué ya no me dejaste ir desde hace rato?, prefiero estar en mi cama y pensando en mi fracasada vida, no aquí, hablando con un desconocido muy extraño que seguramente me trajo a ver su colección de fotos de chicas con poca ropa.

—Sólo cállate y entra. —De alguna manera, Jimin obedeció.

—Sólo espero que no seas menor que yo, porque te arrepentirás por hablarme así. —Se puso a un lado de Jungkook.

Era una especie de vestidor, aunque había un escritorio a un lado. Jimin se preguntó si mientras que los salvavidas se estuviesen bañando, habría alguien sentado en el escritorio mirándolos atentamente, como si estuvieran modelando para él.

—¿Ves todas éstas fotografías?

—Si, no estoy ciego. 

—Bien. ¿Tienes idea por qué están aquí? —Jimin negó lentamente. —, porque todas éstas personas cometieron la misma porquería que tú quisiste hacer hoy. Algunos llevan años y otros tan solo unos meses, pero no importa que tan antiguo sea, a sus seres queridos le sigue doliendo como la misma mierda.

Jimin no sabía ni quería decir nada.

—Mira las fotografías de todos —Jungkook suavizó su voz y camino frente a los marcos de fotografías, parándose frente a un muchacho con la sonrisa más radiante y llamativa. Jimin volvió a obedecerle. Habían distintos marcos, cubriendo la mitad de una pared. La mayoría de las personas se veían jóvenes, incluso adolescentes, tragó duro y bajó la cabeza, incapaz de mirar a esas personas. —. Todos tenían una historia por contar. Pero, arrebataron sus vidas sin antes conocer lo que le depararía el futuro.

🍒 Sabor A Cereza 🍒『KOOKMIN』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora