Capítulo 19

522 52 11
                                    

Nadie está preparado para tener que decir adiós a las personas que más amas, y Gaia tenía que hacerlo dentro de poco. Al despertar de la inconsciencia, la realidad de lo que había pasado la embargó, haciéndola llorar desconsolada en aquella habitación del área médica. Se sentía impotente y destrozada. La joven no podía pensar que su hermana se había ido para siempre, y que no había hecho nada para evitarlo.

Mientras que la pelinegra se encontraba en aquel lugar, los vengadores se encargaron de buscar respuestas hacia lo sucedido, encontrando pruebas que apuntaban a ser un atentado de HYDRA. Steve sentía su sangre hervir al saber que el grupo terrorista había sido el culpable de que la ojiazul perdiera a su hermana mayor, y estaba indeciso de decirle la verdad a su novia.

-No entiendo... ¿qué buscaban ahí?-preguntó Natasha, mientras leía los expedientes del laboratorio.

-Tal vez tenían algo que los llevara a crear nuevos mejorados-comentó Sam.

-No hay registro de que hayan intentado extraer información-murmuró el capitán.

Los vengadores se sentían acorralados ante la falta de respuestas, sobre todo, porque no podían darle la razón del ataque a Gaia. Wanda había decidido prescindir de la busqueda, para ir a ver a la pelinegra. La gemela sabía lo que era perder a un hermano, por lo que entendía a la perfección cómo se sentía la joven. Al llegar a su habitación la encontró sentada, con la mirada fija en un punto en la pared.

-Gaia-la llamó la castaña.

-Déjame sola-murmuró la vengadora. Su voz se notaba afectada por el llanto y por la opresión que sentía en el pecho.

-Estar sola es lo peor que puedes hacer-respondió Wanda, sentándose en la silla al lado de la cama.

-¿Por qué Wanda? ¿Por qué mi hermana?-la voz de Gaia se quebró- ¿Qué tipo de karma es este?-

-Esto no es tu culpa-mencionó la ojiverde, tomando la mano de la joven.

-¿No? No la salvé Wanda... ¿qué clase de vengadora soy si... no puedo proteger siquiera a mi familia?-la gemela suspiró levemente al escucharla.

-No podías saber...-

-Por supuesto que podía, pero no lo escuché... de nuevo no lo escuché-la pelinegra dejaba que las lágrimas resbalaran por su mejilla, mientras que en su garganta se creaba un nudo.

-Nadie puede advertir la muerte... solo nos queda aceptarla-murmuró la castaña, mirando a la ojiazul.

Después de aquellas palabras, la joven rompió a llorar nuevamente. Wanda la abrazó, intentando reconfortarla, pero sabía muy bien que nada de lo que hiciera quitaría el vacío que estaba formándose en su pecho. Tras algunas horas, el doctor la dejó ir a su habitación, la cual se encontraba hecha un desastre tras el grito que había lanzado, pero poco le importó. Al llegar, se encerró en él y no dejó que absolutamente nadie la mirara. Steve no quería dejarla sola, pero la pelinegra ni siquiera le respondió cuando la llamó desde el otro lado de la puerta.

Gaia sentía que caía en un pozo sin fondo y que en algún momento la oscuridad la tomaría por completo. Sus padres la llamaron varias veces pero al tener el celular destruido jamás contestó, por lo que optaron por llamar a Steve, al cual le dijeron el lugar y la hora en que velarían a Selene. El capitán no supo qué decirles a sus suegros cuando preguntaron por su hija, mas terminó por decirles que la joven no se encontraba del todo bien.

Llegada la noche, el rubio intentó nuevamente hablar con Gaia, mas esta siguió sin responder, pero aun en esa condición, Steve le mencionó la llamada de sus padres y lo que le dijeron. El escuchar que velarían a Selene no le hizo nada bien, y terminó rompiendo en llanto nuevamente, como había pasado todo el día. La joven no tuvo la valentía como para ir a ver a su hermana en un ataúd, por lo que nunca llegó a su velorio.

Mystic: Angel FallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora