Cacería invernal

Capítulo 2.7

❄️

—¿Cómo puedo saber lo que está pensando su Alteza Jared? También le respondí que no tengo un querido Omega, así que fue a mirar alrededor de la mansión.

Sir Stein se encogió de hombros cuando me escuchó.

—Por fortuna dijo que no iba a asistir a reuniones sociales, así que pensé que no tendría que verle la cara. ¿En qué diablos está pensando?

—Quizás solo está buscando a un Omega que se le escapó después de una noche increíble —dijo Sir Fabius con una amplia sonrisa.

Estaba a punto de tomar una copa de vino, cuando de repente me puse rígido. Lentamente, miré hacia arriba y vi a Sir Fabius y a Sir Stein. Afortunadamente, los dos se miraban y bromeaban sin notar la extraña sensación en el ambiente.

—Si su Alteza Jared estuviera aquí, a tu sirviente ya no le habrían quedado dedos.

—No tengo uno, así que no lo sé.

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En el camino de regreso a la mansión, al pasar por la plaza de la capital, todo era un completo caos. Bajé ligeramente la cubierta del carruaje y miré hacia afuera. Los soldados del Palacio real deambulaban por la plaza y se veían a los trabajadores montando carpas y colgando banderas.

«¿Acaso te estás preparando para un evento en el Palacio?»

Sentí curiosidad porque no había escuchado nada al respecto. La noticia parecía no haber sido divulgada porque el príncipe Rowen, había entrado en su RUT. Volví a bajar las persianas y me quedé pensando. Todos los nombramientos de los príncipes ya habían pasado así que... «¿Qué tipo de evento estás preparando?».

Al regresar a la mansión, cancelé la visita de un profesor de filosofía que estaba programada para la tarde. Quería descansar bien porque había gastado más energía de la que esperaba en la mansión de Sir Stein. Esa noche no hice nada más y me acosté temprano.

Fue a la mañana siguiente cuando me llegó un mensaje de su Alteza desde el palacio.

"Habrá un concurso para celebrar el regreso del príncipe Jared, por lo que los sucesores de los señores en la capital deberán asistir y brillar. Consulte el interior del pergamino para obtener más información".

Dijo el mensajero del palacio, entregando un pergamino enrollado y sellado con cera. El sello real estaba estampado en el medio del pergamino. Pude ver mi mano temblar notablemente mientras aceptaba el manuscrito.

Nunca había esperado algo como esto.

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Con manos temblorosas, abrí el pergamino. Fue como dijo el mensajero del palacio. Al pie de la carta había un mensaje que decía:

"Por cualquier motivo, la sucesión de cualquier sucesor que no haya asistido será tratada de manera diferente a la de los sucesores presentes, así que tómelo en cuenta".

Después de completar su misión, el león me saludó y regresó al palacio. Estaba perdido en mis pensamientos mientras sostenía el pergamino enrollado. Me avergonzaba que sucediera esto en un momento como este. El verano pasado, el día del nombramiento del príncipe Rowen, estaba en la finca. Los Granium cumplieron con su deber de enviar mensajeros con regalos. Si la familia real ordenaba una participación forzosa en cada evento, los sucesores del señor tendrían que seguir viviendo en la capital permanentemente, por lo tanto, yo ya estoy pasando toda la temporada completa en la capital.

«Entonces se emitió tal orden porque todos sus sucesores están en la ciudad?».

Mis preocupaciones no perduraron demasiado. No pasó mucho tiempo antes de que un hombre llegara de la finca, era Sir Lloyd y sus sirvientes, que encabezaban la guardia en Granium. Cuando le pregunté el motivo de su repentina visita, me contestó con una mirada ensombrecida: