Capítulo 2.4

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❄️

—¿Cómo es que está en el palacio? —pregunté ridículamente.

Frustrado, me mordí los labios. Nunca pensé que él hubiera estado bebiendo solo en un lugar como este, cuando ni siquiera había asistido al banquete de la cacería de invierno. De hecho, él no habría actuado como si estuviera mirando a una persona indefensa en el palacio con una cara como esa.

—Parece que te has convertido en un noble.

Sus ojos me miraron de arriba abajo. Tardíamente recuperé el sentido. No era solo él quien estaba expuesto a la brillante luz de la luna. La luz de la luna también reveló el jubón azul oscuro que llevaba, junto a un broche con joyas y una capa azul de seda.

—¿Es esta la razón por la que la ropa desapareció silenciosamente? ¿Quién te dio esas cosas?

Sus ojos azules, que simbolizaban a la familia real, brillaron. Cuando me encontré con esos ojos, un temor básico de que pudiera morir, apareció. Tambaleé y di un paso hacia atrás.

—¡Espera!

Sin dudarlo, le di la espalda y eché a correr. Podía escuchar al príncipe Jared gritar a mis espaldas. Corrí sin mirar atrás. Tenía que escapar de alguna manera de esa torre. Un viento fuerte sopló del otro lado y me golpeó en la cara. La capa revoloteaba implacablemente mientras cruzaba el viento en contra.

—¡Atrápenlo!

Podía oír al príncipe Jared gritar de nuevo desde la torre. Miré hacia atrás con horror. Los guardias bajo el balcón salieron de la oscuridad. Volví la cabeza de nuevo y corrí con todas mis fuerzas para no morir. No debía dejarme atrapar. Si provocaba un escándalo en el palacio, llamaría la atención de todos los súbditos del emperador, así como a otros sucesores.

Me estaba quedando sin aliento, pero no podía detenerme. Mi corazón estaba a punto de estallar. Tan pronto como atravesé el pasadizo del palacio y escapé de los guardias, vi el carruaje de la familia Granium esperando en el patio. Corrí hacia él sin detenerme. Pude ver a los soldados de la familia Granium sentados cerca del carruaje mirándome sorprendidos al verme correr.

—¿Mi Lord?

Sin responder a las palabras del soldado, salté directamente al carruaje; y tan pronto como traté de cerrar las persianas a toda prisa, vi a varios guardias corriendo a lo largo de la pared por donde pasé.

—¿Qué diablos está pasando, mi Lord?

—Si preguntan por mí, nunca abras esta puerta, y tienes que salir del palacio ahora mismo —les dije a los soldados fuera del carruaje e inmediatamente entendieron que se trataba de una situación urgente.

Antes de salir de la mansión esta mañana, les había dicho que podría pasar algo. Posteriormente, los soldados se dispersaron para montar sus respectivos caballos sin hacer más preguntas.

Sin esperar a más, el cochero condujo el carruaje de inmediato. La carroza arrancó con un traqueteo. Me apoyé contra el carruaje y traté de calmar mi respiración agitada. Me las arregle para subir al carruaje, pero todavía no podía relajarme. Sus guardias podrían haberme visto subir a la carreta. Fue un momento tan inesperado.

El carruaje se sacudió mucho y sentí náuseas.

—Para un momento.

En ese instante, de repente se escuchó la voz profunda de un hombre y el carruaje se detuvo. Mi corazón palpitaba fuertemente. Tragué mi aliento y me concentré en el sonido de afuera.

—¿Has visto a un hombre con una capa azul corriendo hacia aquí?

—No le he visto.

Oí la respuesta del jinete.

Cacería invernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora