SoYeon... no regresó a la facultad.
YoonGi pasó sus cabellos negros hacia atrás mientras se recargada el la barra atrás de él.
Era una de metal... estaba en su trabajo donde casi siempre se aburría, no hacía nada más que atender a clientes y pelear como señoras sobre las ofertas del día.
Pero al menos esas horas perdidas pudo pensar un poco más sobre el ridículo que según él hizo ese día en el almuerzo. No sé atrevió a volver con sus amigos, ni siquiera después del receso. JiMin fue el único que encontró cuando este lo busco y se sentó junto a él en el césped.
No lo esperaba pero tampoco le sorprendía. El, siendo el único que sabía sobre todo lo que estaba pasando y su lucha por no romperse... le pareció un gesto bondadoso que con la simple compañía le estuviera apoyando en silencio.
Aunque su corazón latía más y más fuerte cada vez que notaba su existencia.
Cerró los ojos un momento, agotado y exhausto, estaba a punto de terminar su turno en la tienda y por fin podrá irse... después de todo debe llegar antes que LeeGi para poder recibirla.
- Oh... YoonGi. - Sus ojos se abrieron de inmediato cuando esa campanilla sonó en la grande puerta de vidrio grueso, sacándolo de sí mini descanso y poniéndolo tenso - No sabía que trabajaba aquí?... - Oh vamos... claro que sabías.
Era JungKook. Entró con su chamarra de mezclilla y sus botas pesadas al establecimiento. Sus llaves colgaban en su pantalón y la sonrisa burlesca por la que se caracteriza le hacía a YoonGi simplemente querer rodar los ojos.
Con pasos pesados se dirigió a uno de los inmenso refrigeradores sacando un six de latas llenas de burbujeante cerveza. Eso solo le trajo recuerdos a YoonGi, recuerdos que desea borrar de su mente para siempre.
Solo se escuchaba el motor de los frigoríficos funcionando, las máquinas de café a un lado y los pasos azotando en la blanca loza.
YoonGi no lo quería ver a los ojos... sabia que solo obtendría un rostro mofándose de él y inexplicablemente intimidación, Jungkook siempre transmitía un aura de superioridad que, aunque hace una semana eso a YoonGi le importaba una mierda, ahora entendia porque todos le hablaban con cuidado.
Odiaba esa sensación, ¿desde cuando Temía por mirarle a los ojos?
Pasó los artículos elegidos por JungKook por el scanner y de inmediato, sonándose la nariz habló.
- Son 10 con 90... - Lo dijo seco, no quería hablar con él, solo quería que se fuera de ahí lo más pronto posible.
- YoonGi... cariño.. ¿Por qué tanto misterio?... - Por un demonio... - ¿Por qué me ocultaste ese oscuro secreto?... a mi; a tu amigo...
Alzó los hombros y se recargo en la mesa de cobro aún mirando hacia abajo, se estaba encolerizado y el coraje crecía justo como en el almuerzo de la universidad.
- JungKook solo paga y vete. - No quería aguantar a el peli negro un segundo más ahí... no podría aguantar.
- O tal vez jamás tuviste lo que tanto nos decías... ¿Cuál será el motivo para inventarse una enfermedad?... Vamos YoonGi, ¿Acaso no confías en mí?.
- No... - Lo admitió, y eso hizo solo descolocar al menor por la afirmación - No... no lo hago. De hecho no lo hago ni contigo ni con alguien más... - Se alzó de hombros alejándose hacia atrás.. Dios, se arrepentirá después de decir eso. - Solo con JiMin.
Y la sonrisa burlesca... y el aura de superioridad, y los ojos llenos de ácido hipócrita desaparecieron.
- ¿JiMin?...
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ʜᴀɴᴀʜᴀᴋɪ-ᴍ.ʏɢ~ᴘ.ᴊᴍ
FanfictionYoonGi, un estudiante de universidad donde se encontraba en su último año. Aunque no lo pareciera él no era como los demás...tenia una enfermedad muy extraña donde no podía experimentar ningún tipo de emoción o sentimiento. Pero ese no era el proble...