A YoonGi además del dolor de cabeza que iba disminuyendo, las rodillas y pies le estaban matando.
Aún no se acostumbraba a su jornada laboral a medio tiempo, esa en la que debía de trabajar de 3 a 8 de la noche por un mísero sueldo, sin embargo no se quejaba del tanto, no sabría qué hacer si no tuviera esa oportunidad de trabajo.
Pero justo ahora, no estaba ni en los ánimos ni en las condiciones para trabajar, apenas pudo librarse de su maldita migraña para que el cansancio y la pesadez en su espalda y piernas estén presentes, quería llevar a su casa, caer como plomo en su cama y privarse en un Plácido sueño hasta la mañana anterior.
La noche por supuesto que era fría, a cada exhalación soltaba un poco de humo por su boca, sin su camiseta, estaba seguro que estaría temblando de frío, sin embargo la actividad física de caminar hasta su casa le había quitado un poco el congelamiento muscular, ya era una costumbre que se retire caminando tratando de entrar en calor.
Y cuando estuvo a solo unas casas para llegar a la suya, miró al chico de bonita sonrisa salir de el hogar de su vecino, claramente, entre las penumbras de las calles solitarias, admiró la puerta de JiMin donde este se despedía con un beso en sus labios a su novio, sonreía como siempre y después entraba dejando a JungKook, bajar sus escaleras de patio.
Y se detuvo.
No sabe porque lo hizo, simplemente justo enfrente de su casa, detuvo su caminata para poder ver al peli negro bajar completamente hasta la banqueta donde por fin, JungKook dio cuenta de su presencia.
Este por inercia, soltó una risa irónica al ver a su amigo YoonGi mirarle, no sabe desde cuándo estaba ahí, pero sí sabía que vio lo suficiente... que importaba.
Poniendo sus manos dentro de su chaqueta de cuero, se dirigió hacia el bajo arrastrando sus zapatos pesados entre las calles llegando hasta YoonGi.
- Que sorpresa verte por aquí...- Kook, le dijo haciendo ademán a que no esperaba su presencia.
- Vengo de mi trabajo.- Simple y monótono- ¿Y tú?..
- Vine a la casa de JiMin...- obvió apuntando con su cabeza tras él donde su novio vivía, hizo una cara irónica como si su pregunta fuera muy estupida.
- ¿Tan tarde?...
- ¿A caso debo tener un horario para ti? ¿Quién eres... mi madre?...- Min YoonGi estaba seguro que hasta si tuviera sentido del humor, no reiría por los chistes del más alto.
- Lo siento...- paso su lengua por su mejilla interna pasando su peso a un solo pie- Hay veces que se me olvida que JiMin es tu novio... ya sabes, como tú en la fiesta de-
- ¿Tú crees en esos malditos chismes de lavanderas?...- Le interrumpió JungKook riendo sarcástico y grave - Dios YoonGi... te creía más listo que eso.
- Yo no necesito creer en nadie, simplemente comento.. pero por lo que veo si te afectan mucho los rumores, El que nada debe nada teme, Kook... ¿Verdad?...
- Yo no le temo a nada...
- Y eso habla muy bien de ti querido JungKook. - Sonrió sin gracia dando paso hacia atrás y haciendo entender al más alto que se retiraba - Buenas noches, te veo mañana.
YoonGi se despidió con la mano en el aire y regresó a su camino hacia la casa escuchando una maldición baja por parte del peli negro alto y las botas de este llevándose a grandes pasos.
Min no lo hacía por divertirse, él no era capaz de sentir alguna gracia cuando molestaba a alguien, simplemente se entretenía sacando de sus casillas a sus amigos, él disfrutaba verlos ponerse a la defensiva y a veces gritándole... y cuando él se mantiene tranquilo ganado la batalla con pura labia, puede satisfacer al menos un poco su ego.
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ʜᴀɴᴀʜᴀᴋɪ-ᴍ.ʏɢ~ᴘ.ᴊᴍ
Hayran KurguYoonGi, un estudiante de universidad donde se encontraba en su último año. Aunque no lo pareciera él no era como los demás...tenia una enfermedad muy extraña donde no podía experimentar ningún tipo de emoción o sentimiento. Pero ese no era el proble...