Prólogo

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Complicado

Despierto por la mañana y miro al techo pensativa

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Despierto por la mañana y miro al techo pensativa. Llegó el día de irme de casa. No pensaba que iba a ser tan pronto.

Mis padres me avisaron hace unos días que se iban a cuidar de los abuelos que al parecer están mal de salud y necesitan ayuda, ya que ellos solos no pueden hacer las cosas por sí mismos. Dijeron que me quedara aquí en casa viviendo ya que ellos se iban a vivir a la ciudad de mis abuelos, pero ya llevo aquí varios días y no encuentro trabajo ni nada, he decidido mudarme. Ellos lo saben porque ayer los llamé para preguntar cómo estaban, si habían llegado bien y cómo estaban mis abuelos, y aproveché para hacerles saber mi decisión de mudarme. Se creen y también os creéis vosotros que me voy a mudar no muy lejos de la casa de mis padres, para cuando vuelvan, tenerlos cerca aunque no viva con ellos, pero la cosa no es así. Esto si que no lo sabe nadie, solo yo. Es mi decisión y cuando se enteren espero que la respeten.

Tengo 21 años, y ya va siendo hora de valerme por mí misma, de empezar a buscar trabajo de verdad - que esto no significa que no lo este haciendo ahora, pero no estoy volcada entera -, de ganar dinero por mi cuenta, y sobre todo, empezar a vivir. A vivir mi vida. Quiero hacer las cosas y vivir lo que vive la gente de mi edad. Encontrar el amor, tener entusiasmo, salir y entrar de todos lados,... Cosas que no he hecho cuando estaba viviendo con mis padres, pues quiero empezarlas a vivir ahora, y que mejor manera que hacerlo yéndome a vivir a otra ciudad.

He de decir que me hace especial entusiasmo, pero esa ciudad es nueva para mí. Vivo en Rochester, Nueva York, un lugar tranquilo, y es una zona donde más de una vez hemos sufrido de desempleo, no encuentro trabajo por ningún lado. Donde me voy es un caos, es totalmente diferente a la tranquilidad, ahí si que creo yo que me voy a perder, y si no me pierdo es por pura suerte porque yo soy muy torpe, aviso.

Tengo ilusión y curiosidad a la misma vez de saber cómo es vivir sola y en Las Vegas, el sueño de casi toda persona creo yo, o a lo mejor estoy equivocada, pero yo quiero.

Salgo de la cama para asearme un poco después de toda la noche. Entro en la ducha después de desnudarme, y siento la tranquilidad y esa necesidad de sentir el agua caliente caer sobre mi cuerpo. Mojo mi pelo y enjabono mi cuerpo, salgo de la ducha y pongo alrededor de mi cuerpo una toalla, igual que en mi pelo. Miro al espejo y veo mi reflejo. Sonrío al pensar en lo que está por venir.

Entro en la habitación y abro el armario para primero sacar la maleta de viaje y, seguidamente de eso, ver qué me voy a poner. Soy una chica sencilla, aparte de que soy hija única, y eso siempre ha sido una cosa a mí favor, ya que nunca he tenido problemas de que mis hermanas me quiten la ropa sin permiso y todas esas cosas que suelen pasar.

Suelo vestir normal, formal pero a la vez informal. Una cosa que no he dicho es que soy una amante empedernida de los zapatos de tacones. Son mi pura perdición. Al tener poco dinero pues no me puedo permitir un armario entero lleno de ellos, aunque en mi imaginación siempre lo tengo.

Deja Que FluyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora