Capítulo 14

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Aire

Tiro el algodón impregnado en alcohol, también ahora con sangre por la herida, a la basura

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Tiro el algodón impregnado en alcohol, también ahora con sangre por la herida, a la basura.

- Ya...ya he terminado - digo sin mirarlo a los ojos, temiendo que vuelva a pasarme lo mismo que antes.

- Muy bien - de reojo lo veo como alza la barbilla -. Gracias, bruja.

Alzo mis ojos hacia los suyos solo por haber escuchado ese calificativo por el que siempre me llama él. ¿Puede resultarte una cosa tan desagradable que la odias hasta acabar adorandola? Sí, confirmo.

- Me voy a mi habitación - digo sin apartar mis ojos de los suyos. Me atrapan de una manera inexplicable. No tengo explicación para lo que me hace sentir -. Si necesitas algo, estoy arriba.

Asiento varias veces con la cabeza para convencerme a mí misma que para qué va a necesitar mi ayuda. No voy a ser la primera a la que vaya si le pasa algo. Al ver que no contesta y hay un silencio entre nosotros, aparto mis ojos y los poso en el botiquín para recoger las herramientas y llevarlas de nuevo a su sitio.

En el momento que cierro la tapa del botiquín siento su presencia y aroma detrás mía. Sus manos se posan en la encimera, encerrando mi cuerpo entre sus brazos, entre su cuerpo y la encimera. Sensación de que me falta el aire. Mi respiración se ralentiza y mis labios se entreabren para poder respirar.

- Puede que me corte de nuevo - susurra casi tan cerca de mi oído que puede llegar a tocarlo con sus labios. Su aliento es una locura y su olor más todavía.

- ¿Por qué? - pregunto tan bajito que ni yo me escucho, no sé si él se habrá enterado.

- Solo para que me vuelvas a curar como lo has hecho - su voz está más baja que antes, me ha costado descifrar lo que ha dicho. O quizás soy yo que la falta de aire me está dejando obnubilada.

Mis manos se apoyan en la encimera al lado de las suyas, casi se rozan. Mi pecho sube y baja a consecuencia de el aire. Hace mucha calor aquí. Muevo el cuello de un lado a otro de manera muy silenciosa y sin movimientos bruscos, y mi cuello queda expuesto bajo su atenta mirada. Noto que se mueve hacia delante, pegándose poco a poco a mi cuerpo. Mi falta de aire se hace más notoria ya que se escucha mis jadeos por falta de él. En un visto y no visto, sus manos están encima de las mías y su dedo pulgar hace círculos en el dorso de mi mano. Siento su aliento pegado a mi cuello.

- Bruja... - dice en un susurro casi pegando sus labios a mi cuello, su cuerpo se pega demasiado al mío y siento que me falta más el aire. Siento que me voy a desmayar en cualquier momento.

Los recuerdos vienen a mi mente como un tren a gan velocidad pasando sobre las vías.

"- No te muevas....".

"- Vas a quedarte sin aire....".

"- No, por favor... - lloro y grito desesperada".

Mi cabeza se nubla, mis oídos se entaponan, lo escucho todo muy lejos, puntos negros aparecen en mi vista. Mi pecho sube y baja sin control, mis labios están abiertos jadeando, soltando aire del cual no entra en mi aparato respiratorio.

- ¿Amanda? ¿Estás bien? - lo escucho muy lejos, hasta que siento una mano agarrar mi brazo.

- No me toques - es lo último que digo antes de que los ojos se me cierren y mis rodillas me fallen. Oscuridad.

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