Del Odio al Amor. |Trilogía Were Hunter #2

Cap 11

—Cinco de cinco. —le sonrió

Ayel había ganado…

—¿Cómo hiciste eso?

—¿Qué cosa? ¿Ganarte? ¿Duele? —le sonrió picaronamente

—Eres una bruja…

Ayel se carcajeo. Él nunca había escuchado su risa, su risa parecía de un ángel no escandalosa sino casi de una princesa, era preciosa. Mientras Ayel se divertía por primera vez desde hace mucho.

—Bien gane… —le alzó una ceja — ¿y bien?

Urías suspiro —hiciste trampa…

Ayel sonrió —¿Lo crees?

—Si — respondió seguro, examinándola con la mirada

—Gane que no se hable más… además ¡tengo hambre! —sonrió

Eso a Urías le gustaba, verla sonreír, algo le decía que podían comenzar de cero.

—¿y si preparo la cena como castigo?
—le pregunto mientras se pasaba la mano por su cabello.

—jajaja claro que la prepararas porque yo no pienso hacerlo

—¿No cocinas? —preguntó asombrado

—Por supuesto… —se acercó para dejar su arco — ¿tú sabes cocinar?

—Sí y muy bien

Ayel lo miro, jamás había conocido a un hombre que cocinara y sobre todo que lo hiciera “muy bien”.
Urías sólo podía mirarla ahí parada con un sus manos en la cintura, negando y sonriendo…

—Vamos preparemos algo para cenar... —le dijo ella

—Ayel…

—¿si?

Él quería decirle que se lo pasaba bien pero temía que ella tomara su aspecto serio así que decidió callar — nada…—le sonrió — vamos…

Juntos bajaron a la cocina para cenar ya que sólo tomaron sus jugos antes de irse del club. Cuando llegaron a la cocina se dispusieron a apartar lo que utilizarían para la cena y lo demás lo levantaron, en ocasiones chocaban sus manos, brazos y eso a ambos les enviaba tranquilidad aunque no querían admitirlo, ella porque no quería dar a conocer lo que sentía por él y él porque necesitaba primero dejar las cosas en claro. Necesitaba hablar con su padre pero con Ayel cerca tendría que tener cuidado.

Urías resulto ser todo un experto en la cocina. Habían preparado su cena: Rollos de solomillo en salsa de frijol Negro. Ayel hizo una ensalada, zumo de naranja y unas ricas brochetas.

—Enserió te gusta el zumo de naranja

—No, no me gusta… —decía mientras le daba un sorbo a su zumo —¡lo amo!
—sonrió

Urías estaba feliz de alguna manera no era la persona que pensó que era. —Te juzgue mal…

—¿por?

—Crei que eras una mujer muy seria en todo y muy agria — le sonrió — y que solo pensabas en matarme

—lo se… lo sé todos lo piensan pero en parte es cierto

—¿Qué?

—Soy demasiado seria, pero sólo cuando hay que serlo y alegre cuando hay que serlo… y lo de matarte… —ella cayó por un rato, pero luego dijo algo que lo dejo atontado por un rato creo que lo pensare por un momento…

Después de haber vivido todas esas emociones en un sólo día lo mejor que podía hacer es iniciar desde cero, sería difícil, pero ahora estaban emparejados, tenía que hacer algo al respecto, y lo que Archeron le dijo en el club la dejó pensando.