Cap 18

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Después de su ritual ambos se sumergieron en sus ansiedades e irónicamente tenían sexo por todas partes, en el sofá, el baño e incluso la mesa de la cocina, cada uno mejor
que el anterior. Cuando se acordaban ninguno podía dejar de sonreír. Se suponía que hicieron el ritual para separarse pero ahora ninguno de los dos quería hacerlo. Ayel supero lo de su mirada y no fue sola, Urías le ayudo.
Dos días después de terminar su plazo de emparejamiento se quedaron sin suministros, Ayel estaba sentada en el sillón viendo la tele cuando Urías apareció.

—Bien. Ya casi no tenemos nada que comer… tendremos que ir al pueblo por despensa.

Ayel asintió. Estaba viendo una película de amor y estaba en la parte más buena… ¡sexo! Rio para sus adentros.

Urías la observaba sentada en el sillón mientras veía la tele. Era la cosa más
exquisita que hubiese visto y probado nunca, sólo pensar en su sabor lo volvía loco, se acercó a ella que permanecía inmersa en la película y vio lo que ella miraba.
Él aprendió que a ella le gustaba ver películas de acción y romance, si
tenía sexo de preferencia. Él rio.

—¿Por qué ríes? — le preguntó ella mirándolo por un breve momento antes de regresar a la película.

Él que estaba detrás de ella en el sillón le dijo. —¿Cuántas veces has visto la película?

—Mmm… unas tres veces esta semana.

—Me imagino que ya sabes todos los diálogos. —se mofo

Ella rio. — No… no todos, me faltan los de las escenas ardientes — le dijo provocándolo.

Urías alzo una ceja… ¿el escucho bien? ¿Lo estaba provocando?

—¿Escuche bien?

—Si… dudo que estés sordo —se guaso Ayel

Esa morenita lo estaba provocando…

Bien, dos podemos jugar a lo mismo.

—Cierto… no lo estoy — le hablo sensualmente al oído.

Ayel se encogió al sentir su aliento sobre su cuello.

Hijo de su… rio para sus
adentros. Bien, puedo con eso

—¡Bien! Me alegra saberlo —respondio de la manera más indiferente —si me permites, deseo poder grabarme los diálogos de las escenas ardientes.

Ambos guardaron silencio mientras la película entraba a una parte ardiente…
De pronto ambos se bloquearon al escuchar los sonidos que emitía las bocinas. Sin desearlo ambos se excitaron y desearon que esa tortura terminara. Ayel intento mover su
mano y apagar la película pero no pudo. Ambos se vieron reflejados en la película como si ellos estuvieron en su lugar. Ayel sonrió y se carcajeo al pensar en eso.

—Jajaja — se rio — lo siento…

Urías se relajó al escucharla reírse, pero ver esa escena lo dejaron excitado y sin perder tiempo empezó a mordisquear el hombro de Ayel. Ella contuvo el aliento cuando sintió lo que Urías le estaba haciendo.

—Deberías dejar de ponerte blusas así… —le dijo con voz ronca

—¿Por qué? ¿No te gusta? — preguntó cerrando los ojos al sentir su aliento en su cuello.

—No me gusta… ¡me encanta!... pero así estas demasiado apetitosa.

Ayel sonrió. — Me alegra escuchar eso… —se estaba excitando —que te parece si nos vamos al pueblo… —se cortó su voz, Urías bajo el tirante de su blusa y le estaba lamiando su cuello —Antes de que anochezca... Urías…

Del Odio al Amor. |Trilogía Were Hunter #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora