One Last Night || ESPAÑOL [TERMINADA]

Carta de Margaret Williams para Samantha

Sam, Sammy, hija, en estos momentos, deseo con todo mi corazón que nunca tengas que leer esta carta. Que nunca tengas que leer las palabras que me atormentan cada día, porque eso significaría que ya no estoy allí para decirlas por mi misma, y no sabes lo mucho que eso rompe mi corazón.

Me estoy desvaneciendo, Sam.

Yo lo sé, tu lo sabes (incluso si no quieres admitirlo). Me estoy desvaneciendo rápido. Estas últimas semanas han sido un tormento. Pero, tú te ves tan feliz en la universidad, cursando tu último año antes de salir al mundo, a la crueldad de la vida real, que lo último que quiero en estos momentos es arruinar tu felicidad, porque tristemente esta no dura por siempre.

Pero me estoy desvaneciendo, mi cabeza ya no funciona de la misma forma que antes, y es por esa razón que decidí escribir los pensamientos que quizás algún día ya no seré capaz de decir.

Sam, siempre fuiste la persona más independiente que tuve el placer de conocer. Desde pequeña, si querías algo, peleabas con uñas y dientes hasta conseguirlo. No mucho ha cambiado. Conseguiste la beca para estudiar en Harvard, (¡HARVARD! ¡Ya han pasado años desde que te aceptaron y aún así no soy capaz de creerlo!). Y ahora, te falta tan poco para poder hacer lo que amas.

Estoy segura de que triunfarás en todo lo que te propongas, lo llevas en la sangre después de todo (no dejes que ese muchacho ¿cuál era su nombre? Te desanime, Sam, sé que puedes patear su trasero en cualquier momento) (aunque, te haces la tonta, pero sé lo mucho que lo tormentas tu también, no creas que no he escuchado las llamadas que tienen cada vez que te quedas aquí en casa conmigo)

Bueno, ese no es el punto de esta carta, la cual se está extendiendo más de lo que tenía planeado, por favor no me odies.

Antes de partir, tu padre nos dejo un fondo a ambas. Dinero para que pudiéramos sobrevivir en este mundo sin él (como si una cosa así fuese posible), y desde el primer segundo en el que me enteré de la existencia de esta cuenta de ahorro, lo primero en lo que pensé fueron tus estudios.

Siempre quisiste ir a la universidad, de pequeña te gustaba más Princeton, pero terminaste escogiendo Harvard por alguna razón que en realidad desconozco (espero puedas explicarme algún día), y te ganaste esa grandiosa beca, lo cual me dejó a la deriva.

Tu padre siempre tuvo dinero, eso no lo podemos negar, su familia lo dejó bien establecido incluso antes de que él tuviera que salir a trabajar (sin menospreciar su trabajo, claro, ambas sabemos lo excepcional que era tu papá), pero el problema es Sam, que ahora no sé que hacer.

Se siente incorrecto gastar un dinero que siempre te ha pertenecido a ti. Y sé que si te lo digo en voz alta, en estos momentos, vas a insistir que lo usemos para cubrir mi tratamiento.

Eso es de lo único que hablas últimamente, y sé lo mucho que te preocupa mi salud, pero, yo voy a estar bien Sam. Tengo un par de ahorros que fui capaz de juntar una vez que te fuiste a la universidad casi seis años atrás, y quizás no duren por siempre, pero sé que durarán lo suficiente (por favor confía en mí).

Pero la verdad, hija, es que yo ya viví todo lo que podía vivir.

Tuve a tú papá, te tuve a ti. Ambos me hicieron la mujer más feliz del universo, y el dolor que siento en mi alma al saber que podré llegar a olvidar aquella felicidad, es algo que me destruye día a día. No quiero olvidarte Sam, eres mi princesita, la luz de mi vida cuando todo lo que había era oscuridad.

Pero tampoco puedo hacer algo al respecto.

Es por eso que en estos momentos, no hay nada más en la faz de la tierra que pueda pedir, que tu felicidad. Quiero que seas la persona más feliz del mundo. O al menos esa es mi meta.

Así que hablé con Richard (de nuevo, espero no me odies), y decidí guardar este dinero hasta que yo ya no esté. Y luego será todo tuyo, para que puedas hacer con este lo que creas conveniente.

Sé que es lo que tu papá habría querido.

Y... además, sé que los próximos años no van a ser fáciles. Soy consciente de lo que esta enfermedad le puede hacer a una persona, y quiero disculparme ahora mismo que todavía tengo todos mis sentidos intactos, por todo el sufrimiento que pueda causarte en el futuro.

Lo siento, Sam, de verdad que lo hago.

No hay nada, ni nadie que ame más en el mundo que a ti, espero que eso lo recuerdes cuando yo sea un dolor en el trasero del cual no puedas deshacerte (por favor no dudes en hacerlo, no me molestaría en lo absoluto vivir en algún lugar donde puedan cuidarme, necesitas vivir tu vida después de todo).

No quiero decir adiós, pero estoy segura de que si sigo escribiendo, las lagrimas ya no serán tan fáciles de contener.

Te amo, hija. Con cada célula de mi cuerpo, y hasta mi último respiro.

(pd. ADRIAN! Ese era el nombre!! Ya deja de torturar al pobre muchacho).