One Last Night || ESPAÑOL [TERMINADA]

11

Han pasado cuatro días desde mi reunión con Adrian en su departamento, y no lo he visto ni a él ni a Jake en la oficina desde entonces. Monique comentó el otro día algo así de que tenían otras cosas de las que preocuparse en el edificio antiguo donde solían trabajar, mientras yo fingía no escucharla.

Y tampoco fui lo suficientemente valiente como para preguntarle a Barret yo misma, después de todo, esa noche quedamos en que nuestro plan comenzaría a andar el Lunes. Hoy es Sábado, y tengo que encontrar la forma de sacármelo de la cabeza a no ser que quiera volverme loca.

Es por esa razón, que cuando Avery nos invitó a su casa de veraneo en Rhode Island para festejar el cumpleaños de Connor, no fui capaz de decir que no.

Nada suena mejor que un fin de semana con mis amigas, a la orilla de la playa y con la fabulosa piscina temperada en la que Avery gastó una fortuna. Sin mencionar el alcohol ilimitado.

Alex me pasó a buscar en uno de sus autos cerca de veinte minutos atrás, y no ha dejado de hablar en ningún momento. Ella está sentada al lado mío en la parte trasera del auto, y Dean, va adelante conduciendo.

—Pensé que traerías a tu mamá —dice Alex abriendo una botella de agua y llevándosela a los labios.

—Ayer no tuvo un buen día —respondo encogiéndome de hombros y ella entiende a lo que me refiero de inmediato—. La enfermera dijo que era mejor dejarla ahí por este fin de semana.

—Que lástima, sabes que adoro a tu mamá.

Y mi mamá adora a Alex más que a todo el resto del universo. Cada vez que la ve, parece transformarse en una mujer completamente distinta, se ríe muchísimo más, y está dispuesta a hacer cosas que... bueno, nunca habría imaginado a mi mamá haciendo.

La última vez que Alex fue a mi departamento cuando estaba mi mamá, terminaron cubiertas de harina de pies a cabeza tratando de hacer un pastel, no las detuve porque mamá parecía estar feliz. Son pocos los momentos en los que se ve realmente feliz.

—A veces pienso que te quiere más a ti que a mi —respondo rodando levemente los ojos. Alex esboza una enorme sonrisa y se encoge de hombros.

—Es que soy encantadora.

Dean suelta un bufido, y Alex no espera dos segundos para abalanzarse hacia la parte delantera del auto, y se queda mirando a Dean fijamente.

—¿Qué dijiste? —pregunta ella tratando de parecer enojada.

—No dije nada —responde Dean y luego suelta un pequeño gruñido—. Ahora siéntate bien. Y ponte el cinturón.

Él usa uno de sus brazos para empujarla hacia atrás y Alex no hace más problemas.

Nunca he entendido muy bien la relación de esos dos, y creo que ya es demasiado tarde para preguntar.

—Uh, casi lo olvidaba, quiero que me cuentes absolutamente todo lo que ocurrió con Adrian.