One Last Night || ESPAÑOL [TERMINADA]

6

Maldita seas Samantha Williams.

Es lo que me gustaría poder decir en voz alta, pero mantengo la boca cerrada porque por ahora lo más importante es dar una buena impresión.

Recuerdo perfectamente alguna vez haberle dicho que el rojo es su color y, demonios, las cosas no han cambiado absolutamente nada desde que nos graduamos de la universidad tres años atrás.

Y el vestido ceñido al cuerpo que lleva puesto, es la prueba perfecta de esto.

¿Qué hice para merecer esta tortura?

En realidad sé la respuesta a esa pregunta, pero soy demasiado cobarde para pensar en ello ahora, justo cuando la tengo delante de mí después de tanto tiempo.

Demasiado maldito tiempo. 

Si alguna vez me piden describir el infierno, sería algo así como esto: Williams, usando un vestido que es una talla más pequeño de lo que necesitaría, abrazando perfectamente cada una de sus curvas. Su cabello marrón chocolate cayendo como una cascada por sus hombros, hasta llegar justo encima de sus perfectos pechos , y esa insufrible sonrisa en sus labios que parece no querer borrarse con nada.

No bajes la mirada, no bajes la mirada, no mires sus... demonios.

Ella sonríe con aún más fuerza y procede a tomar asiento en una de las sillas.

Mi boca se siente seca de repente y mis mejillas se calientan. Yo, Adrian Barret, no me ruborizo, y mucho menos por una chica con la cual tuve encuentros casuales un par de veces tres años atrás. Punto.

—Sam, este es Adrian Barret y su socio Jake Park —dice Tiana, sacándome de mis pensamientos, lo que me hace considerar cuanto de la conversación me he perdido, porque definitivamente no estaba pensando en la forma en que la tibia piel de Samantha se sentía bajo las palmas de mis manos, ni sobre la suavidad de sus labios.

Contrólate, Adrian.

—Un place verte de nuevo, Williams —digo, y para mi sorpresa, mi voz sale más segura de lo que tenía presupuestado. Un punto para mi, supongo.

—Me gustaría poder decir lo mismo —responde ella sin dejar de sonreír en ningún momento.

Jake esconde una carcajada y casi quiero golpearlo por aliarse con el enemigo.

Ya sabía de antemano que Williams no me iba a hacer esto fácil. Lo comprobé anoche cuando me colgó el teléfono sin dejarme hablar, lo vuelvo a comprobar ahora. Pero, no estaba seguro de que tan lejos estaba dispuesta a ir, y... supongo que irá tan lejos como pueda con tal de hacerme pagar mi error.

Como si tener que vivir con el cargo de consciencia no fuese suficiente.

Sam me observa con llamas en los ojos, y estoy segurísimo que si ella tuviera una pistola en las manos, la bala estaría atravesando mi cráneo en estos momentos.