One Last Night || ESPAÑOL [TERMINADA]

20

Tengo una mejor idea.

Debí haberlo visto venir.

Honestamente con lo mucho que suelo decirme a mi misma que conozco a Adrian malditamente bien, debí de darme cuenta la dirección en la que se dirigían sus palabras. O a lo menos, debí de tener una vaga idea a lo que se refería con "Tengo una mejor idea". 

La duda debió de surgir, sobre todo, cuando vi su atuendo de repuesto en el asiento trasero de su carro. Una camiseta blanca limpia y unos jeans de marca Levi's.

Le echo la culpa a la pequeña manía que tengo de fingir que algo no es cierto hasta creérmelo. Ha funcionado, de cierta manera, en otras oportunidades, ¿por qué debería de no funcionar ahora?

Las dos últimas semanas fueron... extrañas, es una buena palabra para definirlas. De primera, ya no siento las irracionales ganas de querer estrangular a Adrian cada vez que abre la boca, lo cual no debería molestarme de la forma en que lo hace. Y segundo, puede ser que me ha llegado a fastidiar un poco, que tanto él como yo estemos ignorando la existencia del beso en mi cocina.

Y quizás es porque no hemos tenido tiempo a solas desde entonces. Jake asiste a todas nuestras reuniones, y si ya es incómodo tener que hablarlo nosotros dos, pues sería simplemente insoportable tener esa conversación frente a Jake.

Ahora, Adrian ha estado en mi departamento por exactamente... ocho horas. Y el tema del beso no se ha asomado en ninguna de nuestras conversaciones.

Ocho horas que han estado llenas de las recetas de Adrian, y mi incansable cháchara. Admito que me sobrepasa la forma en que hace lucir el cocinar, como si fuese lo más fácil del mundo, para terminar con un producto que probablemente no sería capaz de realizar aunque tuviera todo el tiempo del mundo.

Y sí... puede ser que cada vez que él intenta sacar el tema lo desvío con la primera cosa que se me ocurre. Lo que nos llevó a ver las tres películas del Rey León, una detrás de la otra, pero en mi defensa, no estoy lista para... para dar ese paso todavía.

Fue solo un beso.

Ocurrió hace un par de semanas.

No tiene porque ocurrir de nuevo.

—No sabía que eras tan fan de las películas de Disney —dice Adrian acomodándose en el sofá, mientras los créditos del Rey León 3 bajan en la televisión de mi sala de estar.

—Son mi placer culpable —respondo encogiéndome de hombros—. Me hacen recordar a cuando la vida era solamente eso... ver películas y preocuparse de como harían las princesas para obtener su final feliz.

Incluso si los finales felices son tan solo una vil mentira que le dicen a los niños para que no le tengan miedo a convertirse en adultos.

Adrian me observa intensamente por algunos segundos sin abrir la boca, y es increíble la forma en que sus ojos pueden decir más que mil palabras, quizás es algo de lo que no me había dado cuenta antes, pero ahora que lo hago, es muy difícil dejar de verlo.