One Last Night || ESPAÑOL [TERMINADA]

3

Es probablemente muy temprano como para estar así de borracha, pero la verdad, no me importa mucho lo que el resto del mundo pueda pensar. Y, mis amigas están igual, o quizás más borrachas que yo.

La validación de ellas es la única que necesito.

—Que se joda Adrian Barret —dice Alex alzando la botella de tequila al aire, un corto hipo se escapa de sus labios—. ¡Salud!

La botella ya está por terminarse, según mis cálculos no deben quedar más de dos o tres shots dentro de esta. Alex hizo un Tequila Sunrise para cada una, y una vez que se terminó el jugo de naranja, no tuvimos más opción que simplemente comenzar a beber de la botella. Avery se robó una botella de Rosé del mini Bar de Alex, y la sostiene como si fuese un recién nacido, Rose se roba un par de sorbos cada vez que puede.

No sé en que momento terminamos en la azotea del edificio de Alex, las cajas de comida china vacías rodeándonos.

La azotea es preciosa. El edificio tiene más de veinte pisos, lo cual nos deja una vista privilegiada de la ciudad. Alrededor de los bordes de la azotea hay altas barandas de metal plateado para evitar accidentes, unas cuantas parrillas en ambos costados de la azotea. En el centro, hay una fogata que por ahora se encuentra apagada, estamos a pasos del verano, las brisas son frías pero no lo suficiente para congelarnos. Además, el alcohol está haciendo lo suyo para mantenernos tibias.

Rodeando la fogata, hay extensos sofás blancos con almohadones que son esponjosos como nubes, pero por alguna razón, nuestros cerebros intoxicados decidieron que sería una mejor idea extender una manta en el suelo y hacer un picnic a las... observo rápidamente la hora en mi teléfono: 9.45 pm.

—¡Que se jodan todos los hombres! —chilla Rose, está recostada sobre la manta, su cabeza apoyada en el regazo de Avery, la cual bebe directamente de la botella de vino, Rose tiene los ojos pegados en las pocas estrellas que son visibles a esta hora de la noche.

—Amén, hermana —responde Alex, su voz viene seguida de una risotada—. Espero lo recuerdes cuando Caleb vuelva con la cola entre las piernas.

Rosie suelta un suspiro.

—No va a volver —masculla Rose negando con la cabeza suavemente.

—No lo sé —dice Alex—, los hombres son criaturas simples. De hábitos. Y Caleb El Idiota tiene el hábito de terminar contigo para revolcarse con Dios sabe quién y mantener su consciencia medianamente limpia, solo para volver arrepentido porque sabe lo grandiosa que eres, y lo mucho que está perdiendo al dejarte ir.

La rubia se encoge de hombros, jugueteando con la tapa de la botella de tequila entre sus dedos.

Alex no se caracteriza por ser delicada, exactamente. Ella lo sabe. Nosotras lo sabemos. En general, es la cabeza fría que pone las cosas en perspectiva cada vez que lo necesitamos. Creo que todos los golpes que se ha dado en su corta vida, le han permitido mirar el mundo de manera distinta. Un poco más oscuro que el resto de nosotras. Sé qué hay ciertas cosas por las que Alex ha pasado que no está lista para contarnos todavía.