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Cuando Samantha dijo que Edmund Forbes era un viejo estirado al que no le importa nada más que él mismo, por un segundo pensé que estaba exagerando, pero ahora puedo darme cuenta de lo terriblemente equivocado que estaba

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Cuando Samantha dijo que Edmund Forbes era un viejo estirado al que no le importa nada más que él mismo, por un segundo pensé que estaba exagerando, pero ahora puedo darme cuenta de lo terriblemente equivocado que estaba.

Forbes es la definición de narcisista. Estoy segurísimo que si buscan la palabra en el diccionario, su nombre saldrá en el significado.

—Tiana me dijo que te juntarías con tu cliente hoy, Williams —digo recibiendo el café que la chica detrás de la barra me entrega—. Me pidió que viniera para supervisarte.

Samantha se ve algo irritada, y Edmund parece realmente horrorizado.

Tomo un gran sorbo del café tratando de hacer la mayor cantidad de ruido posible, y al mismo tiempo, aguantando todas las carcajadas que podrían exponer nuestra farsa.

—No creo que eso sea necesario —dice Samantha.

—¿Y decidiste presentarte a una reunión de trabajo vestido así? —pregunta Edmund alzando una ceja, mientras apunta a mi atuendo con uno de sus acusadores dedos.

—¿Tiene algo de malo?

—Chico, ¿te das cuenta de la forma en la que estás manchando el nombre de Allen Unison? —dice Forbes y sus gordas mejillas comienzan a encenderse de un fuerte color rojo que no le viene para nada.

Allen Unison & Barret Park —lo corrijo—. Aunque quizás tiene razón... debería haber escogido otra camiseta. Si quiere puedo quitármela.

—Barret —dice Sam en voz baja dándome un leve codazo en las costillas.

—Vamos, Williams, no te hagas la difícil... sé que mueres por ver mis abdominales de nuevo.

Forbes se atora con el café y Sam me fulmina con la mirada tan intensamente que por un segundo creo que lo hace de verdad y que no es parte del acto.

Quizás me pasé un poquitín.

—¿De nuevo? —pregunta Forbes y ahora a la que mira feo es a Sam.

—No es lo que piensa Sr. Forbes.

—Oh, es completamente lo que está pensando —digo y Edmund desvía la mirada de Samantha hacia mi, y luego de vuelta a Samantha.

—Tenía entendido que las políticas para... relaciones entre colegas en la empresa eran bastante estrictas —dice Edmund pasando y gorda mano por los tres pelos que tiene en la cabeza.

—Lo son —responde Sam.

—Soy su instructor de natación. ¡Por favor, Eddie, que mal pensado! —digo para luego soltar una estruendosa carcajada.

Nos tomó más tiempo del que teníamos considerado el encontrar una idea que pudiera satisfacer nuestra necesidad de hacer enojar a Edmund de tal manera, que sintiera la necesidad de reclamar su puesto en la empresa. O al menos plantar la duda suficiente en su cerebro para que considere la idea de que quizás, las decisiones que toma Tiana no son tan buenas como todos los miembros de la junta piensan.

One Last Night  || ESPAÑOL [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora