30

6.8K 622 75
                                    

A primera vista, pareciera que mi mamá está dormida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A primera vista, pareciera que mi mamá está dormida. 

Eso hasta que comienzo a ver su rostro con mayor detalle, enfocándome en sus ojos cerrados, enmarcados por círculos violeta, el ancho tubo de plástico que ingresa por sus labios azules, respirando por ella. Las maquinas a su alrededor (la única razón por la cual aún sigue con vida) emitiendo un incesante pitido. 

Es ahí que me doy cuenta que no solo está dormida, sino que ya no va a despertar nunca más. 

Trago con fuerza, para intentar de disolver el nudo en mi garganta, pero no funciona del todo. 

La tibia mano de Adrian envuelve mis fríos dedos, su pulgar trazando suaves círculos en la parte interior de mi muñeca, justo donde rebota mi pulso. Puedo percibir su intensa mirada sobre mí, pero tengo la leve impresión de que si volteo a verlo ahora, no seré capaz de contener las lagrimas que han estado amenazando por salir desde que abandonamos la sala de espera.

—Les daré un momento —dice el dr. White desde el umbral de la puerta, para luego desaparecer al otro lado del corredor.

Avanzo los pasos que me separan del borde de la camilla y suelto un suspiro.

—¿Quieres estar un rato a solas con ella? —pregunta suavemente Adrian a mi lado.

Niego con la cabeza.

—Por favor, no te vayas —me apresuro a responder, sujetando su mano con más fuerza que antes.

Sé que soy capaz de hacer esto sola. Sé que quizás lo mejor es que haga esto a solas. Pero la diferencia es que no quiero hacerlo, no si él está dispuesto a quedarse aquí conmigo.

—Está bien —dice él—. No iré a ningún lado.

Adrian no dice palabra alguna mientras acaricio el cabello de mi mamá. Los últimos años luego de la muerte de mi padre, fue impresionante la forma en que ella pareció envejecer. Como si la edad se hubiera precipitado contra mi mamá sin que hubiera nada que pudiéramos hacer para detenerla.

Ella solía fingir que no le importaban los cabellos blancos que de a poco comenzaron a reemplazar el marrón de su pelo. O las arrugas enmarcando sus ojos. Pero estos últimos meses, le era bastante difícil esconder su disgusto, sobre todo porque la mayor parte del tiempo, para ella yo no era más que una extraña para ella. Antes, mi mamá habría hecho absolutamente todo por protegerme de sus problemas. Aislarme de aquello que la perturbaba, pero cuando perdió la noción de quién era, eso dejó de importarle de la noche a la mañana.

—Se ve tan distinta —murmuro en voz baja—. Solía estar tan sonriente todo el tiempo, su cara llena de vida, es difícil verla así.

—Sé que no tuve la oportunidad de conocerla tan bien, Sam, pero siento mucho que una mujer tan maravillosa se haya ido. 

Adrian deja un suave beso en mi sien, sus palabras me dan ganas de sonreír. 

—Sabes, antes de que enfermara, mamá solía disfrazarse cada Halloween para intentar asustar a los niños que pedían dulces, pero solo bastaba que llegara el primer grupo, y los encontraba a todos tan adorables que simplemente ni lo intentaba. Sí era completamente maravillosa, y... estoy devastada porque se ha ido —respiro profundamente, preguntándome si las palabras que están a punto de salir de mi boca sonarán tan mal en voz alta como lo hacen en mi cabeza—. Pero, ¿es egoísta que me sienta un poco aliviada? —pregunto bajando un poco la voz, llevando mis dedos hasta la mejilla de mi mamá. Su piel está fría, pálida.

One Last Night  || ESPAÑOL [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora