One Last Night || ESPAÑOL [TERMINADA]

15

Lance Willis es uno de los dueños de una de las revistas de moda más reconocidas en Nueva York. Y por suerte, es un hijo de puta al que no podría importarle menos la gente que trabaja para él. Lo cual en estos momentos es perfecto para nuestros propósitos.

Sobretodo ahora, que está siendo demandado por explotación laboral y quiere que Allen Unison & Barret Park lo defienda.

La idea fue de Alex, así que no puedo llevarme el crédito, pero tengo que admitir, que es la idea perfecta para dar inicio a nuestro plan.

Adrian me está esperando en la entrada del edificio de Misty Gazette, no lo he visto en todo el día así que me es imposible frenar la forma en que mi corazón parece saltarse un latido cuando me sonríe a la distancia. Preferiría que me golpearan con un ladrillo en la cabeza repetidas veces a tener que pasar toda una tarde con él a solas, pero no tengo otra opción.

—Hola —saluda a verme, del cuello le cuelga una tarjeta falsa de identificación que fuimos capaz de conseguirnos gracias a un amigo de Avery, en esta se lee Luke Miller—. ¿Cómo estás?

—Uh, bien —respondo—. ¿Listo?

Adrian se ve un poco decepcionado cuando me rehuso a entablar una conversación trivial con él. Y tiene toda la razón en pensar que lo estoy haciendo a propósito, porque lo estoy. Conociéndolo, aprovechará que ahora no está Jake para tener la conversación que tanto he tratado de evitar, y por ahora, si quiero que lo que estoy a punto de hacer salga al plan de la letra, no puedo tener distracciones.

Y Adrian es una enorme distracción.

Comienzo a caminar hacia el elevador, según los detalles que nos entregó Alex un par de días atrás, seremos capaces de encontrar a Lance en el quinceavo piso, donde estarán haciendo una sesión de fotos a Alex y un par de modelos más.

Las puertas del elevador se abren, y Adrian ingresa a este detrás de mí. Las puertas se vuelven a cerrar y es él quien presiona el botón con el número quince, mientras yo trato de ignorar su inminente cercanía.

—¿Estás nerviosa? —pregunta volteándose a verme

—He hecho esto miles de veces antes, Barret. 

El juguetea con la credencial que cuelga de su cuello y suelta una corta risa que carece de humor. 

—Yo estoy un poquito nervioso, la verdad, nunca he sido muy buen actor que digamos.

Una estruendosa carcajada se escapa de lo más profundo de mi pecho, y tengo que llevar una mano a mis labios para detener la cascada de pequeñas risas que también amenazan por salir. Adrian me observa con una ceja alzada.

—Buen chiste —digo asintiendo. Porque debe estar bromeando, definitivamente, tiene que estar bromeando.

—Aunque te parezca gracioso, lo digo en serio —dice él y por un segundo una de las esquinas de sus labios tira con la intención de convertirse en una sonrisa, pero él la reprime.