One Last Night || ESPAÑOL [TERMINADA]

25

Un cosquilleo en mi nariz me despierta.

Abro los ojos lentamente, tengo que admitir que esta cama es malditamente cómoda. Quizás debería ver la marca para comprarme una exactamente igual, no he cambiado el colchón de la mía desde que la compré cuando me mudé a mi apartamento en las cercanías del campus de la universidad, casi siete años atrás, ¿para qué iba a invertir en otra si la que tenía estaba en buenas condiciones?

Cuando trato de removerme en la cama, me percato de la presencia de Samantha a mi lado. Frunzo el ceño al darme cuenta de la cercanía de su cuerpo. Sus labios a simples milímetros de mi hombro, su brazo derecho extendido sobre mi pecho y su suave muslo inmovilizando mi pierna por completo.

Y pensar que era ella la que anoche no quería compartir la cama.

Quién lo habría pensado.

Lo que hace picar mi nariz, es un rebelde mechón del cabello marrón de Sam. Lo quito con cuidado, no sin antes tomarme un segundo para apreciar el aroma a dulzón coco que este emana.

Genial, ahora no podré volver a tomar una Piña Colada sin pensar en Williams.

Ella suelta un pequeño gruñido cuando con cuidado la hago a un lado para poder levantarme. De los dos, la que estará menos contenta si se da cuenta que durmió toda la noche pegada a mí, sin duda alguna sería Williams. Y no tengo ganas en estos momentos de averiguar que tan lejos puede llegar su ira.

En el momento que me encuentro completamente fuera de la cama, ella murmura algo que no puedo entender, y cambia su atención a la almohada donde antes tenía apoyada mi cabeza, hunde su rostro en ella y vuelve a dormirse, todo en menos de treinta segundos.

Años han pasado desde la última vez que compartí cama con alguien durante toda la noche. Este último año, había sido más bien una compilación de revolcones sin sentimientos de por medio, y me aseguraba de que ellas lo supieran de antemano para así evitarme problemas.

Me iba antes de que las chicas pudieran comenzar a cocinar el desayuno o buscarles nombres a nuestros bebés, y en general no había tenido mayores inconvenientes con aquel estilo de vida.

Con Sam se siente tan diferente, es difícil de explicar con palabras. Como si viniéramos haciendo esto por mucho tiempo más que tan solo cuatro meses.

Me encantaría poder decir que no me aterra, pero eso probablemente sería una vil mentira. Porque a veces, me aterra más de lo que me siento cómodo reconociendo. Y no es tan solo el hecho de que pareciera como si viniéramos haciendo esta pequeña danza todas nuestras vidas, es más bien lo mucho que deseo que no termine nunca, lo que hace despertar cada insinto de huída en mi cuerpo.

Y sé que está terriblemente mal. Trato de pelear contra él cada vez que puedo, pero no nací para ganar todas las batallas.

Quizás esta estoy destinado a perderla.