Jeon Jungkook pensó que la vida no tenía sentido si no podía observar con claridad, su pasado era una venda que aún no podía quitarse de los ojos, sin embargo, Lim AeRin llegó a pintar sus ojos de colores únicos e inigualables, haciéndole ver el ver...
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—Ahora lo sabes todo – Jungkook suspiró – sólo soy un joven de diecinueve años, con un pasado de mierda y con varios enemigos.
AeRin chasqueó su boca, mientras negaba con la cabeza.
—¿Sabes que eres para mí? – sonrió – un joven de diecinueve años con un corazón de oro, con una piel maravillosa y lo más importante, el dueño de mi corazón.
—AeRin...– habló Jungkook apenado.
—¿Qué?
—No seas tan cursi, joder...– ella comenzó a reír.
—¿Acaso hice sonrojar al peleador más famoso y rudo de Guryong? – un sonido afirmativo hizo sonreír nuevamente a AeRin – me hubiese gustado verte en acción alguna vez.
Algo dentro del chico se encogió, pero al mismo tiempo, el foco que habitaba en su cabeza se encendió.
—¿Ya fuiste a un doctor para que te valore?
—Después del accidente sólo voy a revisión o simplemente cuando me enfermo.
—Si yo te lo pidiera...– calló un momento – ¿Irías? ¡No lo tomes a mal! No quiero obligarte a nada ni que me respondas ahora, sólo quiero que quizás, tengas la oportunidad de ver a un especialista y...– Jungkook hablaba tan rápido que a AeRin le era difícil intentar descifrar lo que decía, sin embargo, le enternecia su preocupación, así que optó por estirar su mano para que guardara un momento silencio.
—Iré con una condición, ¿La aceptarás?
—Esa sonrisa no me da buena espina – ambos rieron – ¿Qué tramas, Lim AeRin?
—Quiero que te reconcilies con Jimin – un silencio incómodo se instaló en la habitación – Jungkook, Jimin ha sufrido mucho...
—No tanto como yo.
—¿Podrías dejarme hablar? – ella comenzaba a molestarse – no puedes vivir toda la vida con resentimientos y siendo egoísta. Ambos sufrieron, cada uno a su manera, y quieras o no, son hermanos.
—Él dejó de ser mi hermano desde que yo me fui de su casa.
—¡Y por eso Jimin comenzó a sufrir! – gritó la chica, estaba cabreada por la actitud tan soberbia de su chico – él siempre nos dijo que su hermano menor se fue de casa en busca de una mejor oportunidad estudiantil, ¿Tú crees que no le duele?
—¿Y mi dolor? – Jungkook comenzaba a sentirse incomprendido – su padre arruinó la única estancia agradable que tuve y en la única familia que me sentía amado.
—Quiero que ambos recuperen esa hermandad que tenían, considéralo, ¿Si? – ella estiró nuevamente sus manos, ésta vez con la intención de tomar su rostro – ambos me importan, y mucho.
—Perdón por ser tan egoísta – Jungkook acercó las manos de la chica a sus mejillas y comenzó a besarlas – perdóname, por favor.
—A mi no me pidas perdón, ni a Jimin, sino a tu madre – eso tomó por sorpresa a Jeon – la señora Park te brindó una parte de su instinto maternal para que tu te sintieras parte de su familia, y por consecuencia, Jimin hizo lo mismo. Le debes mucho a ellos dos.
