Jeon Jungkook pensó que la vida no tenía sentido si no podía observar con claridad, su pasado era una venda que aún no podía quitarse de los ojos, sin embargo, Lim AeRin llegó a pintar sus ojos de colores únicos e inigualables, haciéndole ver el ver...
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HyungSik se abalanzó sobre AeRin, ambos rodaron por el pavimento lastimandose en el proceso, el bate resbaló de las manos de AeRin dejándola totalmente indefensa ante el hombre sobre de ella. Tomó sus muñecas con una sola mano y con la otra tomó su cuello, ejerciendo presión en el mismo.
—Eres tan patética...– HyungSik sonrió – nadie podrá salvarte de nuevo, AeRin.
—Déjame...– susurró sintiendo su garganta arder – ir.
—¿Recuerdas cuando te sometí? – HyungSik sonrió acercando su rostro al de ella – ese día en el que fuiste mía, el día que un hombre te tocó por primera vez.
Intentó golpear su parte baja pero le fue imposible, no sabía hacia dónde más moverse para poder obtener un poco de aire, nos obstante, alzó su cabeza y logró visualizar el brazo de HyungSik, con esfuerzo acercó su boca y le mordió con todas su fuerzas, incluso sacándole un poco de sangre. El hombre le soltó tomando su mano afectada, así que aprovechó para empujarlo y golpearlo para liberarse de su agarre, tomó de nueva cuenta el bate para después dirigirse hasta Jimin, quien se hallaba a unos poco metros de ella. Colocó el bate a su lado dirigiendo su mirada al rubio, quitó la mordaza de su boca y se esforzaba por deshacer los nudos de las cuerdas en su piel.
—AeRin, por favor, vete de aquí – Jimin le miró con los ojos llorosos – lleva a Jungkook lejos y escapen.
—No me iré sin ti – mordió su labio conteniendo su llanto – nos iremos los tres de aquí.
—Es mi padre...– el rubio sollozó – debo acabar con él y vengar las injusticias que ha cometido contra ustedes.
—No podrás contra su locura – AeRin le miró – jamás, así que hagamos esto, juntos.
Mientras AeRin trataba de desatar a Jimin, HyungSik se levantó furioso y con el dolor punzante en su mano, caminó hasta la chica en silencio creyendo que no se darían cuenta, en cambio, Jimin notó la figura de su padre detrás de ellos, sin embargo, no pudo alertar a AeRin a tiempo. Poco le importó tomar a la chica del cabello para arrastrarla lejos de su hijo y tomando el bate nuevamente miró a Jimin con una sonrisa malévola.
—¡Detente, padre! – gritó Jimin con desesperación – ¡Detente, por favor!
—¿Por qué? – ladeó su cabeza deteniéndose un momento para verlo – ¿Qué te aterra, mi adorado hijo?
HyungSik aterrizó con fuerza el bate de manera rápida en el abdomen de la chica, sacándole el aire que habitaba en ella.
—Dejaré que hagas lo que quieras conmigo – Jimin le miró suplicante – pero por favor, deja que se vayan, no le diré nada a nadie lo que realmente sucede y podrás seguir con tu negocio con tranquilidad.
HyungSik sonrió soltando con brusquedad a AeRin, haciendo que ella golpeara su rostro contra el suelo, desorientandola por completo, caminó hasta Jimin para acariciar su rostro.
